Especialistas y organizaciones denunciaron que las industrias azucarera y refresquera han secuestrado durante décadas los paladares de los consumidores y han pagado «estudios científicos» a modo, con el fin de evadir la responsabilidad de provocar enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y sobrepeso. En México, aseguraron, las autoridades de salud defienden la colaboración de las empresas y realizan campañas para promover la salud «poco claras», por lo que urgieron a implementar estrategias más efectivas para así lograr un cambio en la población.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).- Las industrias azucarera y refresquera han secuestrado durante décadas los paladares de los consumidores y han pagado «estudios científicos» a modo, con el fin de evadir la responsabilidad de provocar enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y sobrepeso, denunciaron especialistas.
Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor, recordó que el año pasado, Coca Cola financió estudios en la Universidad de Carolina para señalar que la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares no eran provocadas por lo que se comía y bebía, sino por la falta de ejercicio.
Sin embargo, señaló, no es una práctica nueva, ya que, por ejemplo, en 1950, la industria azucarera financió estudios científicos en Estados Unidos con el fin de responsabilizar totalmente a las grasas saturadas y el colesterol en la dieta por las enfermedades coronarias y cardiovasculares.
«No podemos tener confianza ni dejar la investigación en manos de la industria», exigió.
En México, aseguró, «las autoridades de salud defienden la colaboración de las empresas y realizan campañas que aparentan promover la salud pública cuando, en realidad, están desviando la atención del daño que provocan sus bebidas, centrando la atención en que el problema es solo de balance energético, promocionando la actividad física».
Las campañas de la Secretaría de Salud, dijo, son poco claras, por lo que urgió a implementar estrategias más efectivas para así lograr un cambio en la población.
Ante ello, el doctor Enrique Gómez, de la Asociación Nacional de Cardiología de México, se pronunció a favor del aumento al impuesto al refresco, ya que, dubrayó, 150 mil personas mueren al año en México q causa de enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, señaló que de 2006 a 2016 se dio un incremento del 100 por ciento en los casos de diabetes tipo 2 en el país, lo cual, destacó: «tiene que ver con el consumo de bebidas azucaradas y en México se beben 180 litros de Coca Cola per capita al año».
«Las bebidas azucaradas son un daño para México», aseguró.
En su oportunidad, Erick Antonio Ochoa, de la Fundación Interamericana del Corazón, hizo un llamado a las autoridades a fortalecer las políticas públicas, por ello, criticó la reciente declaración del Presidente Enrique Peña Nieto, donde mencionó que todos los días bebé Coca Cola Light, dijo, fue «inmoral y sinsentido».
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El impuesto a las bebidas azucaradas, que en el país es una realidad desde hace más de dos años, es todavía un tema de debate entre la comunidad científica –que está a favor incluso de aumentarlo– y la propia industria, pero esa polémica se aviva a través de estudios pagados, de acuerdo con una denuncia del Comité Revisor del Estudio sobre el Impacto del Impuesto, difundido en febrero pasado.
Estos estudios, emitidos por instituciones académicas, fueron presentados en el último año con diferentes enfoques pero centrados en demostrar que el impacto del impuesto de 1 peso por litro no ha tenido una repercusión positiva en la epidemia de obesidad que padece México. El argumento central es la tasa impositiva no ha logrado disminuir el consumo de bebidas gaseosas en gran medida y que, incluso, afectó el crecimiento económico del país por las pérdidas provocadas a la industria.
En México, el consumo per cápita de las bebidas carbonatadas es de 135 litros por persona. Está en los primeros lugares del mundo en obesidad en adultos, primer lugar en diabetes tipo 2 y el cuarto en obesidad infantil. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aquí se consumen en promedio unas 3.024 kilocalorías diarias, 1.024 por encima de las 2 mil recomendadas a nivel internacional para una ingesta diaria saludable.
El Comité Revisor, integrado por científicos provenientes de instituciones como la Universidad de Londres, la Universidad de Duke y del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) encontraron que tres de los estudios que abordan los resultados del IEPS fueron pagados por el sector privado, a través del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (Conméxico) y la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC).