¿Cuáles son las principales amenazas para los mamíferos paquidermos? Según el análisis, la caza furtiva y el comercio de marfil, la pérdida del hábitat y la fragmentación, así como los conflictos humanos y el cambio climático tienen en jaque a la especie que juega un importante papel tanto en la naturaleza, como en la sociedad.
Ciudad de México, 5 de septiembre (SinEmbargo).- Actualmente, África cuenta con apenas 352 mil 271 elefantes de sabana africana en 18 países, lo cual representa una caída del 30 por ciento en siete años, de acuerdo con el último Gran Censo de Elefantes realizado entre 2014 y 2015.
En Botswana es donde se concentra el mayor número de elefantes, con un total de 130 mil 451, le sigue Zimbabue con 82 mil 304; mientras Camerún es el que menos paquidermos posee, con apenas 148. En Angola hay 3 mil 395, en Chad, 743; República Democrática del Congo cuenta con mil 959, Etiopía con 799; Kenia, con 25 mil 959; Malawi, con 817; Mali, con 253; Mozambique, con 9 mil 605; Sudáfrica, con 17 mil 433; Tanzania, con 42 mil 871; Uganda, con 4 mil 864; W. África, con 8 mil 911; y en Zambia hay 21 mil 759.
El estudio señala que desde el punto de vista ecológico, los elefantes africanos son una especie clave; visto por el tema económico, son los conductores del turismo; y culturalmente, son considerados iconos del continente.
Pero, ¿cuáles son las principales amenazas para los mamíferos paquidermos? Según el análisis, la caza furtiva y el comercio de marfil, la pérdida del hábitat y la fragmentación, así como los conflictos humanos y el cambio climático tienen en jaque a la especie que juega un importante papel tanto en la naturaleza, como en la sociedad.
CAZA FURTIVA Y VENTA DE MARFIL, LAS GRANDES AMENAZAS
El análisis menciona que existe una correlación entre la venta legal de marfil y el aumento de la caza furtiva. Y sí, de 1979 a 1989, cerca de la mitad del total de los elefantes africanos fueron asesinados por su marfil, por lo que el mismo año, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés) introdujo a dichas estos mamíferos en el Apéndice I donde se prohíbe el comercio internacional de marfil.
Para 1997, la CITES transfirió al Apéndice II las poblaciones de elefante africano de Botswana, Namibia y Zimbabwe, con lo que permitió la exportación experimental de marfil almacenado y quince años después aprobó una segunda exportación de 60 toneladas métricas de marfil almacenado.
El Gobierno de Estados Unidos, en 2013, quemó sus reservas de seis toneladas de marfil. El año pasado, Barck Obama, Presidente de EU, y Xi Jinping, mandatario chino, anunciaron que ambos países prohibirían todas las importaciones y exportaciones de marfil y los mercados nacionales de marfil cercanos, pero no fijaron fechas específicas.
No obstante, este año EU promulgó una prohibición casi total de los intercambios comerciales de marfil de elefante africano.
LOS ELEFANTES SE QUEDAN SIN LUGAR PARA VIVIR
La pérdida del hábitat es otro de los problemas que ponen en riesgo la existencia de los mamíferos paquidermos. El Gran Censo documentó que en 2007, el entorno de los elefantes africanos se redujo en más de un 50 por ciento comparado con los niveles registrados en 1979.
Para el año pasado, la población de estos animales alcanzó su tamaño más bajo desde 1979 y aunque importantes manadas se encuentran en áreas protegidas, menos del 20 por ciento de sus hábitats están resguardados formalmente.
EL CAMBIO CLIMÁTICO PONE EN JAQUE A LOS PAQUIDERMOS
El cambio climático supone otra gran preocupación para los conservacionistas de los elefantes, por lo que el Gran Censo recordó la existencia de un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el que se advierte que ningún continente será golpeado tan severamente por los impactos del cambio climático como África.
«En África, las presiones creadas por periodos secos más largos y por espacios para vivir más reducidos, hacen del elefante un animal altamente vulnerable al cambio climático», señaló la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
HUMANOS, UN PELIGRO
Los conflictos humanos también están provocando la desaparición de los elefantes africanos. El estudio advierte que a medida que los asentamientos humanos crezcan, también lo hará el potencial de conflicto entre personas y elefantes, lo cual ocasionará muertes de paquidermos, así como la pérdida de su hábitat a consecuencia de la agricultura y los incendios, además del potencial de extirpación de estas poblaciones.
El análisis revela, por ejemplo, que Camerún –el país donde menos elefantes hay– es uno de los mayores mercados nacionales de marfil no regulados en África Central y tras sortear una crisis económica en 1980 y 1990, aún lidia con la corrupción, los conflictos por el petróleo y los levantamientos armados como el Boko Haram.
En este contexto, el Gran Censo señala que los datos fiables sobre las poblaciones de elefantes han sido escasos, y la aplicación inadecuada de los acuerdos representa, a la fecha, una barrera para detener el comercio ilegal de especies de la vida silvestre.
A principios de 2012, National Geographic informó que «cazadores furtivos extraordinariamente violentos, bien equipados y entrenados» protagonizaron una masacre masiva de elefantes en el Parque Nacional de Bouba Ndjida.
Finalmente, el análisis advierte que el futuro de los elefantes de la sabana de África depende de la determinación de los gobiernos, organizaciones de conservación y la sociedad en general, quienes en conjunto deben reforzar la lucha contra la caza furtiva y el conflicto entre humanos y elefantes, además de atender la conservación de los hábitats de estos animales.
«Más de 350 mil elefantes todavía recorren las sabanas de África, pero en muchas áreas sus poblaciones se están hundiendo. Es necesario actuar para revertir el deterioro en curso», alertó el Censo.
LOS ELEFANTES A TRAVÉS DEL TIEMPO
En 1979, Iain Douglas-Hamilton completó el primer censo de elefantes, donde la estimación fue de 1.3 millones de mamíferos paquidermos en todo el continente africano. De ese año, hasta 1989, cerca de la mitad de dicha especie fue asesinada con el único fin de despojarla de su marfil.
Para 1995, las estimaciones de la caída de la población de elefantes llegó a casi 19 mil. Mientras en 1998 cayó aproximadamente en 10 mil, comparada con los niveles presentados tres años antes.
Si embargo, para 2007, la población mostró un incremento de 20 mil elefantes desde 2002, a pesar de ello, siguió representando la caída de más de medio millón de estos mamíferos desde el primer censo.
Tres años después, se llegó a la conclusión de que el 63 por ciento de los elefantes habían sido asesinados ilegalmente. Un par de años más tarde, The New York Times escribió que por cada 100 elefantes muertos, a 67 se les mató de forma ilegal.
La científica Fiona Maisels, en 2013, publicó su estimación: la población de elefantes africanos se redujo en dos tercios en diez años; y el año pasado alcanzó su punto más bajo desde 1979. Hoy por hoy, gracias al Gran Censo se sabe que 18 países africanos cuentan con 352 mil 271 especies.