Las aves fueron liberadas en la Reserva Ecológica Nanciyaga, ubicada en Los Tuxtlas, Veracruz, para que se reintegren a la vida silvestre como parte de un programa de reintroducción de la especie.
Ciudad de México, 12 ago (dpa) – Las autoridades ambientales liberaron ayer en una reserva natural en el estado de Veracruz a 23 guacamayas rojos procedentes de un parque zoológico, como parte de un programa para la protección de esta especie en peligro de extinción.
Las aves fueron liberadas en la Reserva Ecológica Nanciyaga, ubicada en Los Tuxtlas, Veracruz, para que se reintegren a la vida silvestre como parte de un programa de reintroducción de la especie. Con esta acción, suman 118 los guacamayos liberados en esta zona desde 2014.
Este programa «es resultado de un trabajo conjunto entre el Parque Ecoarqueológico Xcaret de Quintana Roo, el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp)», informó un comunicado.
Se trata de la quinta liberación que se realiza en Los Tuxtlas. Durante el evento, las autoridades ambientales hicieron énfasis en la necesidad de fortalecer las acciones para la preservación de estas aves, consideradas una especie emblemática en México por ser importantes para las culturas prehispánicas, como los mayas, que consideraban al guacamayo como el vehículo por el cual los dioses se manifestaban.
La investigadora del Instituto de Biología de la UNAM y líder del proyecto, Patricia Escalante, pidió a las autoridades y a los dueños de los predios cercanos a la reserva realizar acciones de reforestación para evitar la extinción de la especie.
Los guacamayos, que se distinguen por su plumaje de color rojo escarlata y el color amarillo de las plumas cobertoras y secundarias de las alas, portan un chip de identificación y un anillo cerrado para su identificación al ser liberados. También se les toman muestras de sangre.
Esta especie está amenazada por la deforestación del bosque tropical tanto en México como en Centroamérica y la Amazonía. Su captura y venta ilegal también constituyen un peligro para estas aves.