¿Dónde está tu hermana mientras alucinas culebras rojizas?

12/04/2015 - 12:01 am

Elisabeth Nietzsche, como su apellido lo indica, era la hermana de Friedrich. Casada con un pastor luterano profundamente antisemita, partió con él de Alemania a Paraguay, para fundar una colonia llamada Nueva Germania –que aún existe-, buscando el horizonte del “puro ario”, un tesoro inhallable, al parecer, puesto que Don Cuñado del autor de Así hablaba Zaratustra se suicidó tomando veneno y su viuda tuvo que regresar a Europa.

Quizás para ocupar el tiempo libro o guiada por el espíritu de su difunto marido, Elisabeth se dedicó a –cómo decirlo- “moldear” un tantito el pensamiento de su célebre fratello, haciendo entre otras cosas que el concepto de “voluntad de poder” se ajustara a la ideología del nazismo al que ella era adscrita contumaz.

El protagonista de la novela Entre culebras y extraños (Destino/Planeta) del escritor gallego Celso Castro (A Coruña, 1957), que no tiene nombre pero cómo sufre, sabe muy bien lo mucho que puede hacerle complicada la vida una hermana a un hermano incluso después de muerto (el hermano o la hermana, da lo mismo).

Y no es que el adolescente muy hijo de su madre y muy enamorado de su amiga de infancia tenga escritos póstumos que su parienta pueda clasificar y manipular a su antojo como hizo Elisabeth al fundar el Archivo Nietzsche, pero entre que se diluye en una especie de amor entre cortés y decimonónico, descubre las drogas y da de comer a las gallinas, los lazos de sangre comienzan a jugarle malas, muy malas, pasadas.

Novela de juventud y de los primeros pasos en una vida que se presume será complicada, Entre culebras y extraños, resulta inclasificable y su materia, por incierta y fascinante, impide las certezas y exige tiempos morosos para su lectura.

No es una novela para ser leída, sino para ser releída casi en forma constante. Propone un universo donde la hermandad, (HERMANA, así, con mayúsculas, escribe Castro en una grafía que le es ajena, decidido como está a narrarlo todo en minúsculas) construye y destruye en forma simultánea la identidad del protagonista, quien por no entender no entiende nada, pero cómo sufre –ya lo dijimos-

La madre, la hermana, la novia, podrían cambiar el orden pero no el resultado para un adolescente que busca respuestas en la filosofía, intenta llorar mediante “poemas” torpes y sólo halla remanso en un cuadro pintado con colores naranjas, obra de Vincent, acaso el único personaje sano en una historia donde el incesto, la culpa, el valor relativo de las palabras, los secretos familiares y la lucha entre razón y emoción, confluyen para dinamitar desde las páginas cualquier mapa infalible que se proponga seguir el lector.

Verdadera y grata sorpresa la prosa y la historia de un autor prácticamente desconocido en Latinoamérica, pero que refunda el goce de la lectura echando mano de una pluma original y de un compromiso con aquello que podríamos tomar de nuestro entrañable Daniel Sada, en el sentido que, tanto en la vida como en la muerte, “porque es mentira la verdad nunca se sabe”.

Decidido a ser un anti-escritor (al menos no un autor previsible y controlado como los que tanto se lleva en nuestros días), Celso Castro es una ventana abierta al sol del mediodía en una literatura que como la española no se caracteriza precisamente por esas hondas conmociones ni por interpelar con tanta saña a los lectores que busquen confort y dulces sueños en novelas que inicien en la primera página y terminen en la última.

La minúscula hace mucho para una redacción que fluye como un río donde no haces pie, mientras intentas no ahogarte al compás de los siempre perturbadores cuartetos de Béla Bartók y alucinas culebras rojizas en un horizonte empañado por tus lágrimas.

Entre culebras y extraños, de Celso Castro, editada por Planeta: lo mejor que leerás en mucho tiempo. Dicho sin exageraciones y con gran entusiasmo.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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