Un arquetipo llamado Gastón

21/02/2014 - 12:00 am

Ser rico y llamarse Gastón pareciera ser un pleonasmo. Al menos desde que el genial Abel Quezada inventara el personaje de Gastón Billetes, un rico, gordo, chaparro, vestido con su traje cruzado a rayas, bigote, sombrerito, y con un anillo con un descomunal brillante en la prominente nariz, el nombre de Gastón quedó etiquetado. Digamos pues que si tienes la tentación de llamarle Gastón a tu hijo asegúrate de dejarle una buena herencia.

 La orden de aprehensión contra Gastón Azcárraga pareciera ser tan justa como arbitraria. Más allá de la viabilidad de Mexicana de Aviación como empresa con el contrato colectivo que tenía, la forma en que el propietario la quebró, engañando a los trabajadores y a los tenedores de acciones en la bolsa, ameritaban  una acción judicial desde hace meses. Sin embargo el gobierno, en un reconocimiento tácito de  que la justicia está supeditada a la política, retrasó 120 días la orden de aprehensión contra el empresario para no contaminar las reformas energética y fiscal.

Pero la orden de aprehensión contra Azcárraga  tiene todos los ingredientes de una selección arbitraria. De entre un grupo de candidatos a chivo expiatorio Gastón fue el elegido. Esto no quiere decir que no le merezca (sin pretender erigirnos en juez pareciera que todos los elementos de un gran fraude están sobre la mesa) sino que hay muchos otros que mereciéndolo no los tocarán porque con uno basta. Es la misma lógica que en la detención de Elba Esther, y por supuesto que es la misma que aplicó Carlos Salinas cuando detuvo a un líder sindical, La Quina, y a un empresario, Legorreta.

Las detenciones selectivas no buscan hacer justicia sino afianzar el poder de quien las decide y ejecuta. El mensaje no es que se terminó la impunidad, aunque así sea leído por una arte de la opinión pública siempre dispuesta al aplauso, sino que llegó la aleatoriedad: no es la inepta justicia dando palos de ciego sino el ojo panóptico del poder, que a través de Hacienda que conoce todos tus movimientos, quien decide.

La vida de los ex trabajadores de Mexicana de Aviación no va a cambiar por esta detención;  los accionistas de la bolsa que fueron sorprendidos y perdieron su dinero por decisiones unilaterales y fraudulentas de la compañía, tampoco.  Lo que va a cambiar es la actitud de los empresarios frente al poder. Al igual que su tocayo creado por Abel Quezada, Gastón Azcárraga es solo un arquetipo. Vuelven los tiempos de sumisión.

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