Amnistía Internacional denuncia que controles en fronteras de UE generan abusos

Madrid, 17 nov (EFE).- La construcción de vallas y el fortalecimiento de los controles de fronteras en Europa fomenta una serie de abusos contra los derechos humanos, afirmó la organización Amnistía Internacional (AI) en un informe publicado hoy.

El informe, titulado “Miedo y vallas: Los planteamientos de Europa para contener a las personas refugiados”, defiende que en vez de detener la afluencia de gente, con estas vallas sólo se ha conseguido redirigir los flujos de refugiados hacia otras rutas terrestres o hacia rutas marítimas más peligrosas.

“Las vallas que cada vez recorren más kilómetros de las fronteras de Europa sólo han conseguido consolidar las violaciones de derechos y exacerbar los retos que plantea la gestión de los flujos de refugiados de una forma humanitaria y ordenada”, según John Dalhuisen, director del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.

Personas que intentaron cruzar las fronteras de Grecia, Bulgaria y España contaron a Amnistía Internacional que las autoridades fronterizas las habían devuelto en la propia frontera sin permitirles a acceder a procedimientos de solicitud de asilo ni darles la oportunidad de impugnar su devolución, lo cual constituye una violación del derecho internacional, según la organización.

“Donde hay vallas, hay abusos contra los derechos humanos. Las devoluciones ilegales en la frontera de solicitantes de asilo sin el debido procedimiento se han convertido en una característica intrínseca de cualquier frontera exterior de la Unión Europea (UE) situada en las grandes rutas migratorias, y nadie hace demasiado para ponerles fin”, en palabras de Dalhuisen.

Amnistía Internacional destaca además que los Estados miembros de la UE construyeron más de 235 kilómetros de vallas en las fronteras exteriores de la UE, que costaron más de 175 millones de euros.

Casi sesenta millones de personas están desplazadas a la fuerza en todo el mundo debido a conflictos, violencia y persecución, según la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), que afirma además que, en lo que va de año, alrededor de 800 mil personas consiguieron llegar a la UE frente a las 280 mil que lo hicieron en todo 2014.

Además, ACNUR destacó que 3 mil 440 personas murieron o desaparecieron en el mar en los primeros diez meses de 2015.

AI pidió que se abran rutas seguras y legales, que se garantice el acceso al territorio y el asilo en las fronteras exteriores de la UE a las personas refugiadas y que se pongan fin a las devoluciones en la frontera sin el debido procedimiento y otras violaciones de derechos humanos.

También reclama que se incremente la capacidad de recepción y ayuda humanitaria a corto plazo, y que se acelere y amplíe la aplicación de su programa de reubicación.

“La crisis global de refugiados supone un enorme reto para la UE, pero en absoluto amenaza su existencia -afirmó Dalhuisen-. La Unión necesita responder no con miedo y vallas, sino en la mejor tradición de los valores que tanto dice apreciar”.

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