Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).– Los perros no son sólo guardianes, bomberos o policías. Hay perros capaces de guiar a un ciego por el camino correcto, de mejorar la motricidad de una persona con parálisis cerebral, de impedir que un niño con autismo se extravíe por conducta de fuga, y hasta de avisarle a una persona con discapacidad auditiva que alguien toca el timbre.
Los perros de terapia y asistencia son dos tipos de perros de servicio especialmente entrenados para mejorar la calidad de vida de personas con algún padecimiento o discapacidad mediante intervenciones esporádicas (en el caso de los primeros) o bien acompañando día a día a quien necesite de su apoyo.
En México, más de 7 millones de personas presenta alguna discapacidad para realizar al menos una de sus actividades: caminar, ver, escuchar, hablar o comunicarse, poner atención o aprender, o para atender su cuidado personal y mental, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2012. Los perros de terapia y asistencia resultan una herramienta de apoyo para el tratamiento de sus discapacidades y de padecimientos emocionales que ayudan a mejorar su su autoestima, capacidades y mejorar su inclusión social.
En el país no existe una instancia gubernamental que facilite estos servicios y los haga de carácter público, pero diversas organizaciones ya se enfocan en este sector y ofrecen Terapias Asistidas con Animales (TAA), en los que los animales forman parte de un proceso terapéutico supervisado por profesionales de la salud; entrenamiento y facilitación de perros de asistencia para personas con capacidades diferentes; e Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), con fines terapéuticos, educativos o psicosociales.
Bocalán es una de estas asociaciones. Es la sede en México de Bocalán España, fundada aquí en 2012 y la primera del país en entregar un perro de Alerta Médica entrenado para cuidar a un niño que presenta Diabetes Tipo 1. En entrevista para SinEmbargo, Claudia Aguilar, directora de la asociación, explica algunos detalles sobre las tres áreas en las que los perros de terapia y asistencia pueden desenvolverse.
Perros de Terapia Asistida con Animales (TAA)
Los perros entrenados para este fin suelen formar parte de actividades de terapias físicas, sociales y/o emocionales de las personas. Se trata de intervenciones dirigidas por profesionales de la salud (como psicólogos o fisioterapeutas) en los que el animal forma parte integral del tratamiento y se persigue la recuperación del paciente.
Claudia Aguilar explica que, aunque los canes no son los únicos, son animales ideales para estas actividades porque facilita el desenvolvimiento de las personas a las que se está tratando. «A las personas nos encantan los animales –explica–, entonces el papel principal de un perro en una terapia es que es un motivador. A las personas les parece ameno y divertido. Por ejemplo: hemos tratado a niños con Down, en donde el perro hace un rally subiendo y bajando obstáculos. Acto seguido, el niño le imita. A él se le hace más divertido imitarlo que hacerlo él solo», sostiene.
Los perros de TAA de Bocalán, pueden participar en procesos de recuperación de personas con autismo, discapacidad intelectual, parálisis cerebral, esquizofrenia, síndrome de Down y hacer intervenciones psicosociales en centros penitenciarios o para casos de explotación sexual y asisten esporádicamente a escuelas, cárceles, hospitales u otros lugares.
En cuanto a su selección y entrenamiento, Aguilar explica que para que un perro sea usado para alguno de estos fines «se hace una selección desde cachorros y se busca que sean muy equilibrados: nos aseguramos de que las sensibilidades de tipo visual, táctil, olfativa, entre otras, estén en condiciones óptimas, ni muy altas ni muy bajas. [Así mismo] realizamos algunas pruebas entre las que se incluyen las de temperamento.
«Una vez seleccionado el cachorro, comienza un trabajo de socialización, con el que nos aseguramos de que se acostumbre a estar con personas que usan a lo mejor bastón, sillas de ruedas o muletas, niños de todas las edades, adultos con lentes, etcétera», explica.
El proceso de selección y socialización de un perro se realiza desde las primeras 4 o 6 y el de socialización comprende el momento de su selección hasta los 8 o 10 meses. Una vez socializado, el perro entrará a un programa de entrenamiento para ser un perro de terapia capaz de intervenir en las diferentes tipos de terapia.
El entrenamiento para los perros de TAA es el mismo y no cambia de acuerdo al padecimiento o discapacidad a tratar, explica Claudia sino que «lo que cambia es el enfoque terapéutico, es decir, las actividades realizadas en la sesión, que son muy específicas de acuerdo al paciente, por ejemplo, para parálisis cerebral tienes que trabajar más motricidad gruesa; y en autismo, visión o contacto visual. El perro es uno sólo para todas las discapacidades y áreas de terapia».
La situación con los Perros de Asistencia es diferente…
Perros de Asistencia
«La selección de los perros de asistencia es distinta que los de terapia –continúa explicando Claudia– porque en ellos se buscan cualidades diferentes de acuerdo con la utilidad que se le dará. Por ejemplo: un perro de alerta médica debe tener capacidad olfativa entre media y alta».
Existen diferentes tipos de perros de asistencia, que vivirán durante años con su dueño. El más popular es el perro guía, que apoya a personas invidentes, pero entre ellos también se encuentran los perros de alerta médica, dedicados a ayudar a personas con Diabetes tipo 1 y a alertar al usuario de episodios de hipoglucemia (bajas anormales del nivel de azúcar en la sangre), mediante la detección (a través de su olfato) de de compuestos orgánicos volátiles que se liberan previo al episodio.
En México, Bocalán entregó en 2013 a «Vikingo», el primer perro de este tipo a un niño de nueve años. Hoy día, está preparando a «Full» un perro que ayudará a una niña de 12 años a detectar bajas de glucosa.
Por otro lado, hay perros entrenados para personas con discapacidad motriz y que están capacitados para apagar y encender luces, abrir puertas, empujar la silla de ruedas, buscar y localizar objetos, vestir y desvestir al usuario. O están también los perros señal para personas con discapacidad auditiva capaces de avisarle a su usuario de dónde provienen los sonidos como alarma sísmica, el timbre de la puerta o del teléfono, el despertador… Otro tipo de perro de asistencia, es el de servicio para niños con autismo.
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Julio Lara, es papá de Emmanuel, un pequeño de 7 años al que le fue diagnosticado este padecimiento tres años atrás. «Desde entonces, como todos los papás, buscamos formas de ayudar a nuestro niño y lo llevamos a terapias de lenguaje, motricidad inclusive quinoterapia –narra Julio–. En este proceso en que buscamos ver por nuestro hijo, mi esposa y yo vimos una película llamada Arter Thomas, que narra la historia de un niño con autismo que a través de un perro logra comunicarse con las personas».
Esa fue la película que inspiró a la pareja a buscar una mascota para su niño y la forma como encontraron a Bocalán. Ahora, después de poco más de un año y medio de terapias con un labrador, Emmanuel es candidato para recibir un perro de servicio. Julio recuerda cuando su hijo comenzó este proceso:
«Mi niño comenzó a tocar a «Bora». Para aquel entonces, Emmanuel tenía problemas con texturas y reconocía las cosas tocándolas con la boca. Él comenzó a tocar a Bora y observamos que el contacto no fue adverso, como creímos que sería, él comenzó tocándola con la boca, parecía que le daba besitos. Con el paso del tiempo, el perro comenzó a trabajar con Emmanuel de modo que él empezó a socializar más con la gente. Ahora es menos inquieto, sus niveles de estrés han disminuido y también sus esteriotipias (conductas repetitivas)», comenta.
Bora no será el perro que viva con Emmanuel, porque es un perro de terapia. El que vivirá con él será uno de asistencia, que le ayudará a prevenir accidentes, mejorar sus patrones de sueño, comunicarse y evitar y reducir conductas de fuga.
En el siguiente video, Teo Mariscal, Director de la Fundación Bocalán, explica más detalles sobre el entrenamiento y función de perros para niños con autismo
Actividades Asistidas con Animales (AAA)
Estas son un poco más «sencillas» en tanto que menos rigurosas. En las AAA los perros no siempre son utilizados con fines terapéuticos, sino en actividades educativas, recreativas o motivacionales. En estos encuentros se incorpora al animal a un papel básico y no están encaminadas a evaluar o medir de forma rigurosa el proceso de los pacientes.
Para estas actividades, se utiliza también a los perros de terapia.
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«Los perros de asistencia son algo muy serio», explica Claudia Aguilar. «Todo el proceso, desde la selección es un trabajo que conlleva mucha responsabilidad para todos los tipos de perro, porque si no realizan bien su actividad podrían arriesgar al usuario. Por ejemplo: si un perro señal no avisara de una alerta sísmica, se correría el riesgo de que a la persona le pase algo», comenta.
Por otro lado, la directora de Bocalán también indica que la selección del usuario es importante, y que éste debe comprender que se trata de animales de los que no se depende por completo, sino que sólo constituyen una herramienta para mejorar su calidad de vida.
En cuando a la forma de obtener un perro, Aguilar explica: «nosotros donamos los perros a través de patrocinios. Ahora mismo estamos buscando patrocinadores, porque el precio de un perro asciende hasta 185 mil pesos. Lo importante aquí es donarlos, por lo que apoyamos a las familias interesadas a buscar un patrocinio», señala.
Finalmente, la directora de la asociación también apunta que «no todas las personas con discapacidad necesitan un perro. Hay quienes son muy independientes. Los perros de asistencia son animales ideales para aquellas personas que tienen dificultades para realizar sus actividades en la vida diaria y mejorar su calidad de vida».
«Éste año se entregarán cuatro perros más: para autismo, un perro señal, otro para discapacidad física y otro de alerta médica», concluye.
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Además de Bocalán, en México, asociaciones como Doggy Terapia, Sanando Corazones y la Escuela par Entrenamiento de Perros Guía pueden ofrecer alguno de los servicios descritos en este artículo.