Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).– Es un gigante. Bueno, un loro gigante. El kakapo es un ave endémica de Nueva Zelanda única en su tipo: es el excepcional miembro de un género denominado Strigopinae, el único loro no volador del planeta y también el único incluido entre las diez especies de aves más amenazadas del mundo, de acuerdo con una lista realizada por la Sociedad Zoológica de Londres y la Universidad de Yale.
Estas aves tienen un cuerpecito rechoncho, que puede alcanzar los 60 centímetros y pesar entre tres y cuatro kilogramos –lo que los convierte también en los loros más pesados del mundo–; y están cubiertos por un plumaje verde moteado de marrón y amarillo que les proporciona una excelente forma de camuflaje en los suelos de los bosques en los que suelen andar en busca de plantas, frutas o semillas para comer. Pero tener un buen camuflaje no es lo único que resulta del color de su plumaje, sino también su explotación.
Durante siglos, los maoríes, aborígenes de islas neozelandesas en los que los kakapos habitaban usualmente, cazaron a estas aves para utilizar sus plumas como ornamento y también por su carne. Pero eso fue sólo la primera amenaza: La posterior introducción del perros, ratas y otros mamíferos que comenzaron a depredar a la especie casi los desapareció.
Para 1800, cuando los europeos colonizaron las islas, la población del ave ya había disminuido drásticamente, pero la situación se tornó crítica con el comienzo de tala de bosques, la caza y la liberación de más mamíferos depredadores. Para el siglo XX, se creía que al kakapos se había perdido. «Pocas personas volvieron a ver un kakapo, y ya nadie se ocupaba activamente para conservarlos. Sólo unos pocos pájaros permanecieron, limitados a las zonas más aisladas de Nueva Zelanda», explica Recovery Kakapo, una organización dedicada a la recuperación de la especie.
Medio siglo después, con la creación de Wildlife Service una agencia gubernamental encargada de cuidar a la fauna de Nueva Zelanda, echó a andar más de 60 expediciones con el objetivo de encontrar y recuperar al animal. Fue hasta 1978 que lograron encontrar 200 ejemplares al sur de la isla de Stewart y, diez años después los trasladaron a los santuarios en los que hoy habitan, en un par de islas libres de depredadores y estrictamente monitoreados para poder sobrevivir.
«La drástica medida de la eliminación de todos los depredadores de las islas en que los kakapos viven libres ha evitado la extinción de este notable pájaro, que está clasificado en Peligro Crítico de Extinción de acuerdo a la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)», explica la organización Arkive.
En la actualidad restan únicamente 125 ejemplares, y son producto de los esfuerzos realizados en su programa de conservación. Cada uno de los kakapos vivientes tiene un nombre y su seguridad, salud y alimentación se encuentran monitoreadas.
Esta situación, ha convertido al kakapo no sólo en una de las especies más amenazadas del mundo, sino también en la cuarta ave más amenazada del planeta y única especie de loro incluida entre las primeras 10; de acuerdo con un estudio realizado por la Sociedad Zoológica de Londres, de la Universidad de Yale.
La conservación del kakapo está siendo liderada hoy por un plan de recuperación que abarca diez años (2006-2016) y que esboza cuatro objetivos clave para la especie:
1. Maximizar el reclutamiento en la población kakapo,
2. Reducir al mínimo la pérdida de la diversidad genética en la población,
3. Restaurar o mantener un hábitat suficiente para acomodar el aumento previsto para el número de individuos y
4. Mantener la conciencia pública y el apoyo de las partes interesadas para la conservación del ave.
Una intensiva gestión, monitoreo de las especies en libertad, apoyo a la crianza y reproducción, así como «dedicación y trabajo duro han dado frutos y los resultados iniciales son muy alentadores», explica Arkive. Todo para que, en última instancia, se cumpla lo que Kakapo Recory señala como un «sueño lejano»: poder restaurar la «fuerza vital» del kakapo por tener al menos 150 hembras adultas y en un futuro reintroducir a la especie al continente, concluyen.