Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).- El sistema estelar Tau Ceti goza de una amplia popularidad entre los escritores de ciencia ficción debido a las similitudes que tiene su estrella con nuestro propio sol. Sin embargo, ahora científicos de la Universidad Estatal de Arizona, en una combinación de astronomía y geofísica evaluaron la posibilidad de que otros planetas sean capaces de soportar la vida. ¿Cuál fue la conclusión respecto a Tau Ceti? Es probable que no vaya a ser la próxima casa de la humanidad.
La respuesta de los científicos no resulto sorpresiva. En los últimos años la humanidad ha visto desfilar planetas y sistemas solares que en un inicio son anunciados como «la próxima gran oportunidad para la Tierra» y luego son descartados. Sin embargo, ¿cómo llegan a la conclusión de que un planeta es inhabitable cuando se encuentra a años luz de distancia de nosotros?
En el caso de Tau Ceti, la primera condición para la vida es que cualquier planeta se encuentre en la zona habitable alrededor de este sol. La zona habitable es el área en la que la superficie de un planeta puede ser idónea para la presencia de agua líquida. Sorprendentemente, por estos rumbos estelares existen dos planetas presentes en la zona habitable alrededor de Tau Ceti: Los planetas e y f (sí, así se llaman).
Desde la Tierra y con los instrumentos actuales el Planeta f se ve un poco más prometedor que el Planeta e, pero sólo ha estado en la zona habitable por alrededor de mil millones años. Esto puede parecer mucho tiempo para nosotros, pero es muy poco para un planeta que, en teoría, está creando un ambiente adecuado para soportar la vida. Haciendo una comparación, la Tierra le llevó alrededor de 2 mil millones de años alrededor de la zona habitable del Sol antes que la vida hiciera un cambio notable hacia la biosfera.
«El planeta f inicialmente parece más prometedor, pero el modelado de la evolución de la estrella hace que parezca probable que sólo se haya movido en la zona habitable recientemente, a medida que Tau Ceti se ha vuelto más luminoso en el transcurso de su vida», dice Michael Pagano, autor principal del trabajo publicado en Astrophysical Journal.
Un buen indicio de la composición geológica de un planeta son las propiedades de su estrella local. En este caso, el magnesio y el silicio son dos de los más importantes minerales que forman rocas en la Tierra. Así mismo, los niveles de magnesio y silicio en el sol nos dan una idea de los niveles de la Tierra. Por lo tanto, se deduce que los niveles de estos elementos en Tau Ceti corresponden a los niveles en Planeta f.
La relación real de magnesio y silicio en Tau Ceti es aproximadamente 70 por ciento mayor que la del Sol. Esto significa que la geología de Planeta f podría ser bastante diferente a la de la Tierra. Una diferencia podría ser la abundancia de un compuesto llamado ferropericlasa en el manto inferior, haciéndolo caliente con baja viscosidad. El manto es sólido, pero es más impredecible e inestable. Un manto con esta tendencia natural al desplazamiento podría crear movimiento tectónico dinámico, lo que lleva a la presencia de terremotos, geografía cambiante y dinámica, y acción volcánica. Excelentes condiciones para fotografías dramáticas de la naturaleza, pero no muy acogedoras para la vida.
Por supuesto, como en gran parte de las investigaciones sobre exoplanetas, se trata de conclusiones que son en gran parte especulativas y requieren una gran cantidad de extrapolación (e imaginación) a partir de datos. El sistema solar de Tau Ceti con toda seguridad no será el hogar de la humanidad, pero este trabajo destaca la importancia de la comprensión de nuestro propio planeta y el uso de datos para evaluar las condiciones de vida de los planetas que ni siquiera pueden verse a simple vista.
El sistema Tau Ceti, ha sido popularizado en la cultura popular en series como Star Trek y con esta noticia, más de un aficionado a la ciencia ficción se sentirá decepcionado. Sin embargo, no debe ser visto como tal. «Debe vigorizar nuestras mentes a considerar qué planetas exóticos probablemente orbitan las estrellas, y nuevos e inusuales planetas que puedan existir en este vasto universo», agrega Pagano sobre esta nueva conclusión.