Ciudad de México, 19 de marzo (SinEmbargo).– La agenda pública de México en los últimos meses se ha cargado de nuevo hacia la violencia, tal y como se mantuvo en los seis años del gobierno del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Los especialistas dicen que los últimos acontecimientos y los resultados puntuales de distintas mediciones en materia de seguridad, han impuesto el tema en los medios a pesar de los esfuerzos de comunicación del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.
Especialistas coincidieron en que la estrategia de Peña Nieto no aminora la realidad. Advirtieron que, aunque el gobierno federal sostiene un discurso “que parece de ficción”, es imposible “esconder las cifras y hechos”.
Para Pablo Monzalvo, académico del Diplomado de Seguridad Pública de la Universidad Iberoamericana, la realidad social ya es innegable. “Todos los días, los medios informativos exponen datos que provienen de centros educativos, observatorios y asociaciones civiles. Hay frente a nosotros un panorama sobre el cual, ya está construida la opinión pública”, planteó.
El experto expuso que hace falta la posición del Presidente de la República para conocer qué está haciendo y qué no está haciendo, pero acota que cualquier palabra que emita estará en un contexto político y no precisamente en el de la realidad.
“La población vive todos los días las afectaciones del problema. Si un mandatario no habla sobre ello se debe a decisiones de estrategia política difíciles de entender desde la superficie”, dijo.
Por su parte, Edgar Cortez, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), afirmó que los secuestros, extorsiones y homicidios forman parte de la continuidad de lo que al inicio del sexenio llamaron “el cambio de narrativa, que es cambiar el discurso y no la realidad”.
Desde diciembre de 2012, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto asumió el poder, la estrategia de comunicación del gobierno federal ha privilegiado otros aspectos, principalmente el económico. Esto, en un intento por modificar la pauta en la agenda que expuso el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien se concentró en las tareas de seguridad e hizo énfasis durante años en el tema de la guerra contra el narcotráfico.
Sin embargo, dijo Cortez, “esta idea de la nueva narrativa la han seguido como receta y significa que el Presidente Enrique Peña Nieto no toque los temas de inseguridad en sus discursos sino que sean otros siempre. Él habla de otros temas, no de la violencia”.
De acuerdo con el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), Javier Sicilia, “nada más hubo un cambio de discurso, porque sigue igual la violencia, la lógica de descabezar a los capos del narco continúa, pese al discurso, ésta es la realidad.
«Y la realidad se mide también, como ustedes lo han señalado muy bien, en la cantidad de muertos, de desaparecidos, en la cantidad de extorsionados que tiene y que continúa teniendo el país, hubo un tremendo incremento. Entonces, sí, el discurso es distinto, pero en la realidad es igual, no hay más que una variación de discurso, por desgracia», planteó a SinEmbargo.
Ayer, como ejemplo de esta agenda trastocada por la realidad, el portal de la Presidencia de la República destacaba la siguiente información: “Michoacán, primer productor de aguacate”. Pero el comisionado federal para esa entidad, Alfredo Castillo Cervantes, se llevó las portadas de los diarios y medios digitales al anunciar que, de acuerdo con testimonios, Nazario Moreno, “El Chayo”, utilizaba órganos humanos en rituales de iniciación de Los Caballeros Templarios.
En ese contexto, el semanario Zeta informó de los 23 mil 640 muertos en los primeros 14 de meses de Peña Nieto como Presidente, al tiempo que el Observatorio Nacional Ciudadano publicó que, de diciembre de 2013 a enero de este año, aumentaron las denuncias de secuestro, extorsión y robos, además que en el primer mes de 2014 se cometieron 44 homicidios dolosos al día.
Además, la organización internacional Artículo 19, en su capítulo México, dio a conocer su informe de 2013, en el que destacó que el primer año de la administración de Peña Nieto fue el más violento para la prensa en México.
Mientras que la articulista Mary Anastasia O’Grady, de The Wall Street Journal, publicó que el “Estado de Derecho débil” de Peña Nieto es uno de los principales problemas que amenazan el progreso del país y el probable éxito de las reformas. La editorialista planteó que la delincuencia organizada es próspera, el narcotráfico causa gran parte de la violencia en el país y la extorsión es una práctica extendida.
DELITO A LA ALZA
El Observatorio Nacional Ciudadano informó que de diciembre de 2013 a enero del presente año aumentaron 5.60 por ciento de las denuncias de secuestro, 10.36 por ciento las de extorsión, 0.94 por ciento las de robo con violencia, 1.81 por ciento las de robo de vehículo, 3.60 por ciento las de robo a casa habitación y, por último, 1.22 por ciento las de robo a negocio. Lo que significó que seis de los ocho delitos de alto impacto social registraron un comportamiento al alza durante el primer mes de 2014.
Sobre el secuestro, detalló que ocurrió un plagio cada seis horas en el país. Los estados que concentraron las denuncias por este delito fueron Michoacán, Estado de México, Morelos y Guerrero.
En cuanto a las extorsiones se dio a conocer que 21 denuncias fueron presentadas diariamente. En este delito el Estado de México también registró más denuncias con 129 casos, lo cual representa el 19.8 por ciento de las registradas en todo el país.
Asimismo dio a conocer que en enero 2014 se cometieron 44 homicidios dolosos diariamente. El Estado de México, Michoacán y Guanajuato fueron los estados donde se registró una mayor denuncia del homicidio intencional con 31.63 por ciento.
Zeta documentó que, sólo en enero de 2014, se cometieron mil 425 homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado, que incluyen “ejecuciones”, “enfrentamientos”, “homicidios-agresiones”, y los que son producto de ajustes de cuentas entre narcomenudistas que pertenecen a diversos cárteles de la droga o células de estas estructuras criminales en todo el país.
Del 1 de diciembre de 2012 al 31 de enero de 2014, Guerrero (gobernado por Ángel Aguirre Rivero) continúa en primer lugar, con 2 mil 457 ejecuciones.
El segundo sitio, de acuerdo con el semanario bajacaliforniano, es para el Estado de México, con 2 mil 367 ejecuciones. El Edomex es la entidad natal de Enrique Peña Nieto y fue gobernada por el actual Presidente de México entre 2005 y 2011. Actualmente la administra el también priista Eruviel Ávila Villegas.
En este caso, el Observatorio ubicó al Edomex como la entidad con mayor número de asesinatos con 176 casos y, de acuerdo con un reportaje de Humberto Padgett para SinEmbargo, el narcotráfico ha extendido su violencia hasta ese estado, donde Peña Nieto parece colocar menos interés en la lucha contra el crimen organizado.
VER ADEMÁS: EDOMEX, LA GUERRA POR CUAUTITLÁN IZCALLI
Esa Organización No Gubernamental (ONG) hizo un balance y expuso que “concluido el primer año de gobierno de la administración del Presidente Peña Nieto y la de diversos gobernadores electos en 2012, sólo podemos decir que quedan atrás las múltiples promesas en materia de seguridad pública pronunciadas a lo largo de sus campañas. Ello se debe a que estos buenos deseos, con el transcurso del tiempo, se han convertido en recuerdos, pues aún continuamos observando incrementos de la criminalidad que más nos afecta”.
EPN SIN ESTRATEGIA
De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano, los secuestros, extorsiones, robos, homicidios y otros referentes de la delincuencia “se han convertido en palabras muy presentes en nuestros relatos cotidianos, ya sea porque hemos sido víctimas o testigos de estas conductas durante los últimos años en México”.
También el semanario Zeta recordó que pesar de la narrativa del Gobierno de la República y la propaganda anunciando una supuesta “disminución” en homicidios dolosos relacionados con delitos federales, al sexenio de Enrique Peña Nieto se le acumulan los muertos por miles en sus primeros 14 meses de gestión, tanto como en su momento se sumaron en la administración de Felipe Calderón Hinojosa.
El 21 de febrero de 2014, Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), presumió que en enero de este año, el gobierno federal registró 567 homicidios dolosos ligados al crimen organizado.
El funcionario destacó una disminución en las ejecuciones, debido a que en meses anteriores sucedían “entre mil 400 y mil 700 fallecimientos que tenían que ver con la delincuencia organizada; el mes de enero se llegó a 567, mil menos. Graves los 567, pero mil menos, eso habla de por qué la disminución de la violencia”.
Pero las cifras del Secretario de Gobernación no estuvieron sustentadas en datos duros, ni reflejan la cruenta realidad que se vive en el país.
Pero aunque en meses recientes la agenda pública se ha volcado hacia la inseguridad. Primero fue por los eventos en Michoacán, estado en donde, hace poco más de un año, nacieron las autodefensas. Después por la caída de dos grandes cabezas del crimen organizado: Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, detenido, y Nazario “El Chayo” Moreno, muerto al oponerse al arresto.
Edgar Cortez destacó que la insistencia del gobierno federal en mostrar que el discurso dominante no es la violencia, pero esto advierte puede encarar algunos riesgos. “El riesgo es que cada vez vamos acumulando estudios investigaciones, datos duros, números y tendencias que hablan de que no solo no se ha reducido la violencia sino que incluso se ha recrudecido, el riesgo es que se amplia la brecha entre el discurso y la realidad”.
El discurso alejado de la realidad también impide conocer con certeza la estrategia del gobierno de Enrique Peña Nieto contra la inseguridad, consideró.
“Esta narrativa lo que sigue teniendo es que no acaba de plantear en términos más concretos y precisos cuál es la vía, la articulación, la lógica de lo que se hace como estrategia en conjunto y qué podría proponerse lograr en cierto periodo. Esto nos lleva sólo a propuestas de corte político de buenos deseos u ofrecimientos pero no de estrategias precisas y medibles, quedamos atrapados en el riesgo de que el tema o el discurso sea eso más buenas intenciones pero no surgidas de análisis de información y reconocimiento de las estadísticas del problema”, explicó.
Entre los medios de comunicación el discurso permea, ya que reproducen sus discursos en los que no se refiere a la inseguridad sino a otros temas.
Además a algunos medios no les interesa abordar temas diferentes a los presidenciales a cambio de mantener privilegios en publicidad gubernamental, añadió.
“Está todo ese tema, lo que está alrededor de la compra e publicidad que carece de reglas claras y mientras no las haya y se privilegie la opacidad y uso discrecional convierte es una manera de seguir alineados a cierto discurso “, planteó.
Por su parte, el catedrático Pablo Monzalvo consideró que la violencia sistemática ha cambiado a la sociedad mexicana, que no sólo ha tenido más que suficiente con la incidencia delictiva sino con los silencios gubernamentales sobre las víctimas.
Hay una nueva responsabilidad social y debe asumirse. Pero para ello, dijo, es necesario plantear la siguiente pregunta: “¿Qué va a hacer ahora la sociedad con este paisaje?”.