Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).- Arranco la Copa de Maestros con un Rafael Nadal activo en emociones, sabiendo que detrás suyo hay un extenuante competidor que anhela recuperar el lugar que el mallorquín le pudo arrebatar. Novak Djokovic ha ganado tres torneos consecutivos desde que el balear retomó el 1 del mundo en el abierto de Tokio. El serbio puso en el escenario un final trepidante a la última gran competencia del año tenístico.
Nole venció en sets consecutivos a David Ferrer en París. El español intento hacerle frente al de los Balcanes, proponiendo un juego movedizo y rápido en toda la cancha. Al final el rendimiento físico, carta de presentación a lo largo de la carrera de Djokovic, fue la clave para la tercer victoria consecutiva. Los reflectores entonces apuntaron a Londres, donde los mejores del mundo son parte de un espectáculo en torno al tenis.
Con la necesidad de dos victorias para asegurarse ser el mejor del planeta, comenzó frente al mismo Ferrer con la derrota ante Nole aún fresca en la memoria. El tres del mundo, con menos de 48 horas de descanso, intentó hacerle frente al enjundioso mallorquín que en 1 hora y 14 minutos, le puso una presión extra a Djokovic quien no puede perder ningún partido si quiere seguir en la pelea. Con parciales de 6-3 y 6-2, el duelo español fue para un Nadal con las ganas de cerrar la proeza que empezó a mediados de año.
Con el sistema Round Robin, los mejores del ranking se enfrentarán entre sí. Como en el futbol, todas las noticias deportivas referentes a este torneo están pendientes de la suma de puntos de los dos principales competidores. Mientras la afición sigue añorando que Federer pueda retomar el nivel que lo encumbró como el mejor de la historia, dos atletas engrandecen al deporte blanco con juego y talento desorbitante.
Uno diestro, el otro zurdo, es la mentalidad ganadora la única gran coincidencia que tienen en común. A la espera de que Nole juegue con Federer, Nadal espera confirmar uno de los regresos más espectaculares en la historia del deporte. Luego de siete meses ausente por lesiones en sus rodillas, el balear tendrá la primera oportunidad de consolidarse como el mejor jugador de la ATP, frente a un tenista que en once enfrentamientos, nunca ha perdido.
Bajo la luz azul que combina con la superficie rápida inglesa, Nadal demostró tener el ritmo con el que brillo en el último US Open, donde un triste Djokovic supo que sus aspiraciones por seguir en la cima, se reducían considerablemente a lo que dejara de hacer Nadal. Pero el espíritu de Nole le prohíbe claudicar incluso cuando todo se ve perdido. El serbio sigue haciendo su parte, esperando que tenga una de las pocas malas noches que Rafa ha tenido en su vida.
