Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).- El futbol internacional tiene en España a la mejor versión práctica de este deporte. Real Madrid y Barcelona comandan no solo una liga desigual, sino que se han convertido en referentes universales. Mientras en Inglaterra la pelota es más justa con todos, un duopolio deja sin esperanzas a 18 equipos en suelo ibérico. Además de la calidad grupal, hay dos figuras que enaltecen la rivalidad, llevándola a terrenos donde el fanatismo provoca una ceguera física y mental en los discursos. Escoger entre Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, ha pasado a ser como una elección de culto.
Joseph Blatter dirige a la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) en esas juntas de consejo en las Bahamas, Suiza o donde se decida llevar a la cúpula empresarial para discutir todos los asuntos extra cancha que rodean al deporte más popular del mundo. El suizo se convirtió en presidente del máximo organismo que rige al futbol en 1998. Ha sido reelegido en tres ocasiones desde entonces. Bajo su mandato se han instaurado reformas tecnológicas, todo en pos del mejor espectáculo. A la par del lado oscuro que tiene este negocio multimillonario, su comportamiento lo ha puesto muchas veces en el ojo del huracán. Hace unos días, «Sep» eligió entre Cristiano o Messi, provocando la más dura de las críticas.
En una conferencia en Oxford, el suizo fue cuestionado sobre lo que millones de aficionados ya han elegido. Blatter no solo escogió a Messi, sino que dio sus razones. Al argentino como «un buen chico» al que «todo padre o madre le gustaría tener en casa», comparando al argentino con Cristiano, al que ve como «un comandante sobre el campo».
«Uno gasta más en su peluquero que otro, pero no puedo decir quién es el mejor», añadió. De pronto, un video le dio la vuelta al mundo en donde se podía ver al presidente de la FIFA simulando marchar, mientras abría los ojos poniendo un gesto duro. Según el suizo, el mensaje era describir al jugador del Real Madrid como un futbolista que vive buscando la perfección. Ridiculizado por un alto estandarte, el madridista le dio vuelo a la prensa partidista.
En su cuenta de Facebook, Cristiano lamentó el gesto de Blatter describiéndolo como una falta de respeto para él, para su club y para su país. «Ahora se explican muchas cosas», escribió el portugués. Ronaldo tiene solo un Balón de Oro, galardón que se entrega al mejor futbolista del mundo cada temporada. Messi ha conseguido cuatro consecutivos, siendo el único en conseguirlo en toda la historia. Merecidos o no, el portugués entiende que la FIFA menosprecia lo que millones idolatran. Dolido, orgulloso de sí mismo, simuló un gesto de comandante tras anotarle un gol al Sevilla, con clara dedicatoria.
Carlo Ancelotti, técnico del conjunto merengué, lamentó lo dicho por Joseph. Florentino Pérez, presidente del club, escribió una carta al suizo. El documento, expandido por Internet, fue la bandera de indignación madridista convirtiendo a un futbolista superlativo en un mártir del deporte que no ha sido medido justamente con galardones. Enrarecido el ambiente, el juego ha quedado en segundo plano gracias a la extravagancia de un dirigente que se irá pronto del cargo que ocupa y a un futbolista que ve a la excesiva humildad como una debilidad. En enero, la FIFA otorgará otro Balón de Oro en una gala en la que se vislumbra la ausencia de Cristiano.
En medio de análisis periodísticos, dependiendo el medio, Blatter le recordó a Cristiano que era un socio honorífico del Real Madrid pidiéndole una disculpa dejando claro que su intención no había sido insultarlo. La afición, enardecida por la respuesta del futbolista y un vaivén de declaraciones en redes sociales defendiendo al madridista, se ha envuelto otra vez en el fanatismo carente de análisis pero lleno de frases hechas aborreciendo al máximo dirigente. Todo es política, dice la vieja escuela periodística y el momento actual del fútbol lo demuestra con creces.