Trípoli, 10 oct (dpa) – El primer ministro de Libia, Ali Zeidan, aseguró hoy que no piensa renunciar, pese al secuestro del que fue objeto por hombres armados.
«Si el objetivo de este secuestro era obligarme a renunciar, entonces sólo puedo decir que no voy a renunciar. Avanzamos despacio, pero estamos en el camino correcto», escribió el primer ministro en Twitter.
Zeidan fue secuestrado por ex revolucionarios armados en la mañana del jueves en el hotel «Corinthia» de la capital, Trípoli, y unas seis horas más tarde liberado. Después de su liberación, el primer ministro se dirigió a su oficina en Trípoli, informó la agencia de noticias LANA.
Según medios locales, Zeidan dijo que un grupo de milicianos, al que no identificó, lo había secuestrado para obligarlo a dimitir.
De acuerdo con la oficina del primer ministro, Zeidan fue liberado por otra brigada de ex revolucionarios. Al parecer, no se produjo ningún enfrentamiento durante la acción y Zeidan resultó ileso.
La agencia libia Al Tadhamun señaló a su vez citando al comité de seguridad de Trípoli que ex revolucionarios que lucharon contra Muamar al Gadafi se habían ocupado de «liberar» al jefe de gobierno.
Sus captores intentaron hacer pasar el incidente como una «detención». Sin embargo, los demás miembros del gobierno no aceptaron esta versión. La fiscalía general del Estado subrayó que no había emitido una orden de detención contra Zeidan.
El presidente del Parlamento libio, Nuri Abu Sahmien, quien aseguró haber visitado al primer ministro durante su secuestro, declaró ante la prensa que «no hay inmunidad para revolucionarios».
Ya en varias ocasiones anteriores, miembros de brigadas que en 2011 habían luchado contra las tropas del dictador Muamar al Gadafi habían atacado o cercado el edificio donde se encuentra la oficina del primer ministro. En la mayoría de los casos se trataba de acciones destinadas a reclamar dinero o exigir la puesta en libertad de correligionarios detenidos.
Muchos libios atribuyen a Zeidan la responsabilidad por el secuestro del presunto terrorista Abu Anas al Libi por parte de un comando estadounidense el pasado sábado en Trípoli. La acción fue condenada como una violación de la soberanía incluso por los libios que no simpatizan con la red Al Qaeda.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, calificó el secuestro de Zeidan como una «llamada de atención» para que se restablezca la estabilidad política y el imperio de la ley en Libia.
«Sería muy importante para el gobierno libio y sus líderes que hubiera un diálogo inclusivo y una reconciliación, para que todos puedan realmente unirse a esta transición política», declaró Ban en el marco de una cumbre regional en Brunei.
El secuestro de Zeidan fue condenado, entre otros, por el presidente de Francia, François Hollande, el gobierno de Italia y por el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague.