Por Ulf Mauder, dpa
Ciudad de México, 11 julio (SinEmbargo).- Un ataque con ácido contra el director de su ballet, luchas de poder entre los artistas y una investigación por fraude.
Los escándalos no dan tregua desde hace meses al legendario teatro Bolshoi de Moscú. Ante las consecuencias que puedan tener para la fama de este símbolo ruso, el Ministerio de Cultura ha decidido sustituir a su director, Anatoli Iksanov, que llevaba 13 años al frente de la institución.
El encargado de sacar al Bolshoi de la crisis será Vladimir Urin, hasta ahora al frente del teatro Stanislavski. A sus 66 años, cuatro más que Iksanov, Urin está considerado un importante director teatral, decidido y abierto.
No será fácil sacar de la actual situación al mayor teatro de ballet y ópera del país, con sus 2.500 trabajadores. «El teatro Bolshoi necesita sangre fresca con urgencia», afirmó el asesor de cultura del presidente Vladimir Putin, Vladimir Tolstoi. El asesor, familiar del escritor León Tolstoi, confía en que Urin se lleve a su propio equipo.
Pero fue la estrella de ópera Anna Netrebko quien más claro lo dijo a mediados de junio, durante un concierto en la Plaza Roja de Moscú. «Hay que echar a todos, cambiar todo, de la cabeza a los pies», afirmó la diva, que no descarta jugar algún papel en el futuro del teatro más importante de su país.
NO HABRÁ UNA REVOLUCIÓN EN EL BOLSHOI
Sin embargo, en su primera comparecencia ante el personal del teatro, Urin afirmó que no pretende llevara a cabo una revolución, sino lograr la armonía, al tiempo que algunos críticos advierten que el Bolshoi está perdiendo peso frente al teatro Mariinski de San Petersburgo, dirigido por Valeri Gergiyev.
El cese de Iksanov llega «con retraso», tuiteó el diputado Alexei Pushkov. «El estado del Bolshoi ya hizo mucho daño a la imagen internacional de Rusia», aseguró.
Lo cierto es que desde hace tiempo se acusa a Iksanov de haber cometido graves errores durante las millonarias obras de remodelación del teatro y las autoridades investigan por posible fraude.
Pero Iksanov pareció perder el control sobre todo tras el ataque con ácido que sufrió en enero el director del ballet del Bolshoi, Serguei Filin. El instigador del ataque, el ahora encarcelado bailarín Pavel Dmitrichenko, acusó a la dirección del teatro de actividades criminales.
Y también el solista Nikolai Ziskaridse, que fue despedido, culpó en varias ocasiones en público a Iskanov de las creciente luchas de poder entre los bailarines por conseguir los papeles más codiciados.
El último conflicto lo ha protagonizado la primera bailarina del Bolshoi, Svetlana Sajarova, quien canceló su actuación en una premiere prevista para el próximo viernes.