Washington, 23 jun (EFE).- La alfabetización podría salvar de la violencia que sufren algunos países de América Latina, según dijo en una entrevista con EFE, el secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización de Estados Americanos (OEA), Adam Blackwell.
Su departamento acaba de presentar un completo informe sobre la seguridad en el Continente que revela que América es el continente más violento del mundo, donde se producen cuatro asesinatos por minuto.
Sin embargo, el objetivo del «Informe sobre seguridad ciudadana en las Américas» no es estigmatizar, ni comparar los países sino «mostrar a los dirigentes que hay estrategias que pueden ayudar y que pueden tener un rol en la formación de políticas» más efectivas.
La correlación entre desigualdad, educación, pobreza y la tasa de homicidios «no es una sorpresa», pero «es importante que los Gobiernos sepan que podemos demostrar que estas tasas podrían mejorarse con la aplicación de políticas que funcionan» en otros países.
Blackwell señaló que la misión de la OEA es «acompañar» a los países, «no se trata de mostrar las diferencies entre los Estados sino de mejorar la situación en los Estados, mejorar los datos y desarrollar estrategias».
En este sentido subrayó que hay que invertir recursos donde se detectan los mayores niveles de inseguridad y enfocar las ayudas del exterior en las zonas que congregan los mayores problemas de violencia y corrupción.
En México, por ejemplo, señaló que a pesar de la percepción de violencia global que hay sobre el país, los estados en los que se concentran las tasas de homicidios son cinco, los que limitan con la frontera estadounidense.
«Estamos en un momento muy difícil y les queremos ayudar», dijo.
La alfabetización se situaría como uno de esos factores claves para completar los planes que ya han puesto en marcha algunos países para combatir el crimen organizado con estrategia policial.
Según una proyección hecha por el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la OEA que analizó los datos de los 34 países activos del organismo (todos menos Cuba), si se aumentaran un uno por ciento las tasas de alfabetización se reducirían los homicidios en un 0.6 por ciento.
Centroamérica, con una población de 45.7 millones de personas, de los que la mitad vive en la pobreza, registra en promedio una tasa de homicidios de 33.3 por cada 100 mil habitantes, la más alta del mundo, debido a la actividad de las pandillas y los carteles de la droga, según los expertos.
Blackwell señaló que el llamado «triángulo norte», compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras, se ha convertido en parte de la ruta de drogas.
Estos países «enfrentan algunos problemas de fragilidad institucional» que son un «campo fértil» para los grupos armados y los criminales trasnacionales , lo cual sumado a la falta de oportunidades son un caldo de cultivo para que los jóvenes caer en estas redes.
Por eso «se necesita una inversión en transferencias sociales» para trabajar con adolescentes porque «podemos identificar cuales son los jóvenes en riesgo», apuntó haciendo referencia a niños sin padres, que viven en áreas marginadas y sin educación.
Señaló como ejemplo algunas de las políticas de formación profesional que ha puesto en marcha El Salvador así como el programa Bolsa Familia de Brasil, mediante el cual se apoya a las familias pobres que mantienen a sus niños en la escuela y ha ayudado a reducir la pobreza un 10 por ciento, así como los homicidios en las áreas en las que se ha puesto en marcha el plan.
En el caso de Centroamérica señaló que «hay que ayudar a los Gobiernos, porque hay zonas en las que el estado ha perdido la capacidad de operar y hay que ayudarles a recuperar la credibilidad de sus ciudadanos de que pueden operar».
Blackwell aseguró que los países de Centroamérica pueden lo van a conseguir, con acompañamiento de la comunidad internacional, con la que «hay una responsabilidad compartida».
Guatemala acaba de acoger la Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica que concluyó con la promesa de apoyos de países y organismos por unos 2000 millones de dólares, para financiar planes de combate al crimen organizado y el narcotráfico en la región. EFE