A menos de 24 horas después de haberse firmado un acuerdo de Rusia y Ucrania para reanudar las embarcaciones de cereales, el Ministerio de Exteriores ucraniano informó de un ataque de misiles rusos en el puerto de Odesa, en la costa del Mar Negro.
Por Susie Blann
KIEV, Ucrania, 23 de julio (AP).— Misiles rusos alcanzaron el sábado el puerto ucraniano de Odesa, en la costa del Mar Negro, horas después de que Moscú y Kiev firmaron acuerdos para permitir la reanudación de las exportaciones de cereales desde allí. El Ministerio de Exteriores de Ucrania calificó el ataque de «escupitajo en la cara» de Turquía y de Naciones Unidas, que mediaron en los pactos.
Dos misiles rusos golpearon la infraestructura portuaria y las defensas aéreas ucranianas derribaron otros dos, de acuerdo con Comando Sur del Ejército ucraniano, que no concretó los daños materiales ni indicó si causó víctimas.
«Rusia ha tardado menos de 24 horas en lanzar un ataque con misiles contra el puerto de Odesa, incumpliendo sus promesas y socavando sus compromisos ante la ONU y Turquía en base al acuerdo de Estambul», afirmó el vocero del Ministerio de Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko. «En caso de incumplimiento, Rusia será totalmente responsable de la crisis alimentaria global».
Nikolenko describió el ataque con misiles, que coincide con el día número 150 de la guerra rusa en Ucrania, como un «escupitajo [del Presidente de Rusia, Vladimir Putin] en la cara del secretario general de la ONU, António Guterres, y del Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quienes hicieron grandes esfuerzos para alcanzar el acuerdo».
Durante la ceremonia de firma el viernes en Estambul, Guterres describió los acuerdos como «un faro de esperanza, un faro de posibilidades, un faro de alivio en un mundo que lo necesita más que nunca». Los pactos allanan el camino a la exportación de millones de toneladas de cereal ucraniano y a algunas exportaciones de grano y fertilizantes de Rusia suspendidas por la guerra.
En su discurso nocturno a la nación, el Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, afirmó que los acuerdos ofrecen «una oportunidad de evitar una catástrofe global: una hambruna que podría derivar en caos político en muchos países del mundo, en particular en los países que nos ayudan».
Además del incidente en Odesa, el Ejército ruso disparó el sábado una ronda de misiles contra un aeródromo en el centro de Ucrania y mató a al menos tres personas, mientras que las fuerzas de Kiev lanzaron proyectiles sobre cruces de ríos en una región del sur ocupada por las tropas de Moscú.
Los ataques a infraestructuras clave fueron una muestra de los renovados esfuerzos de ambos bandos para decantar la balanza del prolongado conflicto a su favor.
En la región central de Kirovohradska, 13 misiles rusos alcanzaron un aeródromo y una instalación ferroviaria. El Gobernador Andriy Raikovych indicó que a menos un soldado y dos guardas perdieron la vida. El Gobierno regional reportó que los ataques cerca de la ciudad de Kirovohrad dejaron otros 13 heridos.
En la región sureña de Jersón, que las tropas rusas tomaron poco después del inicio de la invasión, las fuerzas ucranianas que se preparan para una posible contraofensiva lanzaron proyectiles sobre cruces del Río Dnieper para tratar de cortar los suministros a los rusos.
Pese a los avances en ese frente, los combates no arreciaban en la región industrial del Donbás, en el este de Ucrania, donde los rusos tratan de realizar avances frente a una férrea resistencia ucraniana.
Las tropas del Kremlin también han enfrentado contraataques de Kiev, pero siguen controlando en gran medida la región de Jersón, justo al norte de la Península de Crimea que Moscú se anexionó en 2014.
A principios de semana, los ucranianos bombardearon el puente Antonivskyi, que cruza el Río Dnieper utilizando el sistema de lanzamisiles múltiple ligero, o HIMARS, proporcionado por Estados Unidos, dijo Kirill Stremousov, jefe adjunto del Gobierno regional nombrado por Rusia en Jersón.
En declaraciones a la agencia noticiosa estatal rusa Tass, Stremousov indicó que el único otro paso sobre el río, la represa de la central hidroeléctrica Kakhovka, también fue atacada por proyectiles lanzados con las armas enviadas por Washington, pero no sufrió daños.
Los HIMARS, que disparan cohetes guiados por GPS contra objetivos situados a una distancia de hasta 80 kilómetros (50 millas), lo que los sitúa fuera del alcance de la mayoría de los sistemas de artillería rusos, han mejorado notablemente la capacidad de ataque de Ucrania.
Además, las fuerzas ucranianas bombardearon un puente para autos sobre el Río Inhulets en la aldea de Darivka, dijo Stremousov a Tass, agregando que la infraestructura situada al este de la capital regional sufrió siete impactos pero seguía abierta al tránsito.
Desde abril, el Kremlin se ha centrado en la toma del Donbás, una región oriental mayoritariamente rusófona donde los separatistas prorrusos han declarado su independencia.
Sin embargo, el Ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, hizo hincapié el miércoles en que Moscú tiene previsto mantener el control de las otras zonas ocupadas por sus fuerzas durante la guerra.