Economía

Aunque en la salud existe una gran participación de las mujeres, es un sector donde también se mantienen las estructuras de desigualdad en la mayoría de las ocupaciones: tanto en percepciones salariales, como en la distribución de la participación, siendo puestos directivos la ocupación donde se encuentra la mayor brecha. 

Ciudad de México, 28 de junio (SinEmbargo).- En México, más del 90 por ciento de los enfermos son cuidados por mujeres con puestos en enfermería –donde ocupan un 35.26 por ciento de estas plazas– pero sólo un 6 por ciento de las profesionales de la salud están en puestos directivos y de decisión.

El personal de salud femenino también enfrenta una brecha salarial promedio de hasta el 18.5 por ciento en 6 de siete tipos de empleo dentro del sector.

Según el estudio El sector salud: un ambiente disparejo para las mujeres, publicado por la organización México, ¿Cómo vamos?, aún cuando en los últimos dos años hubo un incremento del 59.6 por ciento en el personal de salud –tanto en el sector público como el privado– debido a la pandemia de COVID-19, y de que son las mujeres quienes conforman dos terceras partes de las personas ocupadas en este sector, enfrentan varias desigualdades por razón de género.

Como contexto, el informe explicó que ante la crisis de salud crítica que se vivió en 2020 y 2021, el personal sanitario pasó de 2 millones 374 mil 488 personas ocupadas (ámbito público como en el privado) en 2019, a 3 millones 136 mil 966 en 2020 y para 2021 ya eran 3 millones 790 mil 214, según datos recabados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

En cuanto al número de personas ocupadas según su género, las mujeres representaron dos tercios del personal ocupado en el sector salud, tanto en 2019 (67.7 por ciento), 2020 (67.5 por ciento) y en 2021 (65.7 por ciento); mientras que la proporción de hombres en el sector ha crecido ligeramente durante el mismo periodo, pues el porcentaje de hombres subió en 2 puntos porcentuales entre 2019 y 2021, los cuales surgieron principalmente de puestos médicos y directivos.

En el sector salud, las mujeres representan dos tercios del personal ocupado. Gráfico: Sin Embargo. Visualización: DATA Gif Maker.

Pese a que hay una mayor proporción femenina, una de las primeras disparidades que recabó el informe se encontró en los rangos de edad. Con base en éstos, hasta el segundo año de la pandemia de coronavirus el 74.4 por ciento del personal ocupado en el sector salud se concentra en un rango de entre 20 y 49 años; al interior de este porcentaje, un 25.1 por ciento de las personas ocupadas en el sector salud tiene entre 20 a 29 años, 27.1 por ciento tiene entre 30 y 39 años, y 22.2 por ciento tiene entre 40 y 49 años.

Sólo 16.1 por ciento de la población ocupada en el sector tiene entre 50 y 59 años; sin embargo, los grupos más reducidos se encuentran en la población de entre 15 y 19 años, que representó 1.3 por ciento del total y el 8.3 por ciento de las personas ocupadas en el grupo de edad de 60 años o más.

Sobre los datos presentados por edad, el estudio destacó que se encuentra un sesgo de género muy marcado entre las personas de 60 años o más, con una presencia de más del doble de hombres (13.2 por ciento) que de mujeres (5.8 por ciento) en ese rango de edad.

En contra parte, en el resto de los grupos de edad, hay una mayor proporción de mujeres, lo cual da cuenta de que «las mujeres ocupadas en el sector salud tienden a ser más jóvenes que sus contrapartes masculinas, lo cual es un indicador de que las mujeres abandonan la profesión a lo largo de su vida, y que quedan rezagadas de las posiciones de mayor jerarquía en el sector».

En cuanto a la jerarquización de los puestos de trabajo, el reporte de México, ¿Cómo vamos? desglosó que en el sector salud hay una estructura jerárquica vertical, «donde el rol de los puestos directivos o de toma de decisiones es de suma importancia en las dinámicas internas, especialmente en las laborales del lugar de trabajo».

Por ello, en el análisis hecho se dio cuenta de cuántas mujeres se desempeñan como directivas, médicas tratantes en clínicas u hospitales, médicas independientes, personal de enfermería, ingenieras, profesoras, trabajadoras operativas y trabajadoras de oficina.

Las mujeres profesionales de la salud de la tercera edad son las que tienen menor participación en su mercado laboral. Foto: Captura de pantalla, El sector salud: un ambiente disparejo para las mujeres.

Aunque la organización autora del estudio recalca que al momento de hablar de brechas de sexo por tipo de puesto, «es importante recordar que la configuración del mercado laboral en el sector salud es preponderantemente femenina» –ya que hasta 2021 7 de cada 10 personas ocupadas (65.66 por ciento) fueron mujeres y 3 de cada 10 (34.34 por ciento) hombres–, la distribución no se mantiene por tipo de puesto. Los contrastes más fuertes se encuentran en el personal de enfermería, donde casi el 80 por ciento son mujeres, y en los puestos directivos, donde alrededor del 50 por ciento de los puestos están ocupados por mujeres.

«Lejos de sugerir una representación equilibrada de las mujeres en posiciones directivas, dado que la mayor parte del personal ocupado en el sector salud son mujeres, encontrar una paridad artificial en el segmento de posiciones directivas sólo da cuenta de las barreras que las mujeres enfrentan para incrementar su presencia en la toma de decisiones dentro del sector», se lee en el informe.

Es decir, la primera lectura de datos (distribución por sexo) revela altos porcentajes de mujeres en cada uno de los posibles puestos de trabajo dentro del sector: un 63.26 por ciento en las trabajadoras operativas, 67.14 por ciento en trabajadoras de oficina, 50.86 por ciento de mujeres en puestos directivos, 58.8 por ciento de mujeres profesoras en el sector, 79.15 por ciento de personal de enfermería, 57.08 por ciento de médicas independientes, 54.73 por ciento de médicas tratantes en clínicas y un 62.47 por ciento de mujeres ingenieras en la salud. Pero al detallar los datos por distribución según el tipo de puesto, los datos cambian:

-Personal de enfermería: 17.76 por ciento hombres, 35.26 por ciento mujeres.

-Trabajadores de oficina: 17.34 por ciento hombres, 18.54 por ciento mujeres.

-Trabajadores operativos: 18.03 por ciento hombres, 16.24 por ciento mujeres.

-Médicos: 19.96 por ciento hombres, 12.63 por ciento mujeres.

-Médicos independientes: 13.26 por ciento hombres, 9.23 por ciento mujeres.

-Puestos directivos: 11.13 por ciento hombres, 6.03 por ciento mujeres.

-Ingenieros: 1.7 por ciento hombres, 1.48 por ciento mujeres.

-Profesores: 0.81 por ciento hombres, 0.61 por ciento mujeres.

Aunque las mujeres son la mayor parte del personal de salud, la mayoría se concentra en puestos de enfermería y sólo el 6 por ciento de ellas tienen acceso a puestos directivos. Foto: Captura de pantalla, El sector salud: un ambiente disparejo para las mujeres.

De todas las mujeres ocupadas en el sector salud, 35 por ciento se concentra en la enfermería. En términos relativos, es más del doble del porcentaje de los hombres en esta ocupación; en médicas se concentra 20 por ciento de los hombres ocupados del sector, mientras que se concentra únicamente 12.6 por ciento de las mujeres, es decir, una brecha de más de 7 puntos porcentuales. En puestos directivos, también se observa esta brecha, ya que en esta ocupación se concentra 11.1 por ciento de los hombres en el sector, mientras que sólo hay un 6.03 por ciento de las mujeres, «casi el doble de hombres en términos relativos en esta ocupación».

Además, dentro de las posiciones directivas, las remuneraciones promedio de las mujeres son menores. En los puestos formales de salud, los hombres directivos ganan 18.33 por ciento más que las mujeres en posiciones similares. Mientras que un hombre en puesto directivo gana alrededor de 19 mil 647 pesos mensuales, el salario de una mujer en un puesto igual es de 16 mil 046 pesos. En los puestos de ingeniería la diferencia salarial es de 14 mil 638 (hombres) y 11 mil 060 pesos (mujeres), una brecha por encima de los 20 puntos porcentuales. En el caso de los puestos de medicina se percibe una brecha de salarios de poco más del 17.3 por ciento, ya que para ellos el pago mensual es de 15 mil 143 pesos mientras que para ellas es de 12 mil 518 pesos por el mismo cargo.

Las diferencias entre los sueldos de hombres y mujeres en los puestos como trabajadores operativos, de oficina y médicas y médicos independientes es de 28.65 por ciento, 15.6 por ciento y 11.85 por ciento, respectivamente. Una vez más, sólo en la enfermería las mujeres tienen una ventaja incluso salarial, ya que mientras el promedio para ellas es de 10 mil 497 pesos, para ellos es de 9 mil 848 por el mismo trabajo.

La brecha salarial general en el sector salud por razón de sexo es del 18.5 por ciento. Foto: Captura de pantalla, El sector salud: un ambiente disparejo para las mujeres.

La organización recalcó que aunque en términos general las cifras de aporte de las mujeres suele verse «más grande», al desagregar las percepciones promedio por persona por tipo de ocupación dentro del sector salud se ubica que los hombres tienen una mayor percepción salarial que las mujeres. «En los puestos directivos, donde la magnitud de la brecha es mayor en promedio, por cada 100 pesos que un hombre gana, las mujeres ganan 81.67».

«Al desagregar la masa salarial por sexo, es natural encontrar que la masa salarial de las mujeres es considerablemente superior a la de los hombres debido a la configuración del sector [66 por ciento del personal ocupado son mujeres y 34 por ciento son hombres]. Además, existen incrementos considerables en la masa salarial en 2020 y 2021. […] Sin embargo, en el desglose se pueden observar las disparidades».

INFORMALIDAD EN LA SALUD, MÁS ALTA EN MUJERES

De acuerdo con el documento, el fenómeno de la informalidad se observa en mayor medida entre las mujeres. Hasta el cuarto trimestre de 2021, la tasa de informalidad en general, a nivel nacional, fue de 54.8 por ciento para las mujeres y de 49.1 por ciento para hombres. Para el sector salud,  se encontró que la tasa de informalidad de los hombres es de 19.1 por ciento, mientras que para las mujeres fue de 24.5 por ciento, lo que refleja una diferencia de más de 5 puntos porcentuales, «en línea con la brecha absoluta de la totalidad del mercado laboral en nuestro país».

Al observar los términos relativos, la brecha de informalidad dentro del sector salud es 2.4 veces mayor (28.3 por ciento más informalidad en mujeres que en hombres) que la brecha de informalidad en el mercado en general (11.6 por ciento más informalidad en mujeres que en hombres). Es decir, la informalidad es menor para hombres y mujeres en el sector salud que en el mercado laboral completo (excluyendo al sector agrícola), pero la brecha de informalidad por sexo es 2.4 veces mayor en el sector salud que en el resto del mercado laboral.

Pese a que la informalidad de las mujeres empleadas dentro del sector salud ha ido disminuyendo, este comportamiento no ha sido lineal. Si bien la tasa de informalidad en el sector  es significativamente más alta para el sexo femenino que para el masculino, a lo largo del tiempo la informalidad en hombres se ha mantenido casi constante. En contraste, la informalidad para las mujeres disminuyó en 2020, pero en 2021 volvió a aumentar, aunque no regresó a niveles prepandemia. En ese sentido, el reporte atribuye la disminución de la informalidad en el primer año de la pandemia a la contratación masiva en hospitales y clínicas públicas y privadas por COVID-19.

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Además, la informalidad afecta de manera distinta en cuestión de género, sino que también tiene un efecto diferenciado según el tipo de puesto que tienen las personas. Los puestos directivos tienen la proporción más alta de empleos formales, con 89.7 por ciento; le siguen los puestos de ingeniería con 84.2 por ciento de empleos formales y el personal de enfermería con 82 por ciento. Por su parte, el porcentaje de formalidad para el personal de oficina es de 79.9 por ciento y el personal médico de 78.1 por ciento. Fuera de éstos, el estudio destacó que hay una caída de casi 10 puntos porcentuales en el nivel de formalidad de los empleos, pues el porcentaje para quienes tienen puestos operativos es de 68.4 por ciento, seguido de las personas que fungen como médicas independientes con 65.3 por ciento. El tipo de puesto que reporta el menor nivel de formalidad en el sector de salud es el de profesoras y profesores, con sólo el 52.3 por ciento de empleos formales, debido a que son muy pocos los hombres que ejercen la labor de profesor en el sector salud y, de entre ellos, sólo el 9 por ciento cuentan con un empleo formal.

En la comparación de los niveles de formalidad tanto por tipo de puesto, como por género, se reveló que hay distintos patrones de comportamiento. Por un lado, hay dos tipos de puestos donde el nivel de formalidad del empleo es significativamente más alto para mujeres que para hombres: puestos directivos y profesoras. En los puestos directivos, el porcentaje de empleos formales de las mujeres es seis puntos porcentuales más alto que el de los hombres (92.8 por ciento contra 86.5 por ciento), mientras que en profesores la diferencia es de 72 puntos porcentuales –esto último debido a la cantidad tan reducida de hombres que son profesores dentro del sector–.

Por otro lado, están los cuatro tipos de puesto donde hay un amplio margen de empleos formales en favor de los hombres: trabajadores de oficina (donde el porcentaje de hombres con empleo formal es de 92.9 por ciento contra el 84.7 por ciento de las mujeres), personal médico (80.7 por ciento de formalidad en hombres, contra 75.9 por ciento en mujeres), trabajadores operativas (75.1 por ciento en hombres, contra 64.5 por ciento en mujeres) y médicos independientes (73.2 por ciento en hombres, contra sólo 59.3 por ciento en mujeres). En los dos tipos de puesto restantes, ingeniería y enfermería, el nivel de empleos formales es muy similar tanto en hombres como en mujeres.

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«En México, el empleo informal se relaciona con menores ingresos a corto y largo plazo, así como desprotección en cuanto a seguridad social y menores prestaciones, incluyendo el acceso a guarderías y ahorro para el retiro, y en prácticamente cualquier sector está más presente entre mujeres que entre hombres», recalca el estudio.

INTERRUPCIÓN PROFESIONAL POR LABORES DOMÉSTICAS

El informe que elaboró México, ¿Cómo vamos? atribuye parte de las brechas por sexo para un mismo tipo de trabajo a las horas que las mujeres pueden dedicar a su carrera profesional a la luz del mayor número de horas que dedican a labores domésticas no remuneradas, a discriminación por sexo, a la maternidad (ya que que se piden años de trayectoria para ascender, pero algunas mujeres no cumplen con ellos ya que interrumpen sus carreras durante sus años de maternidad), entre otras razones.

«A pesar incluso del aumento de mujeres con mayor nivel de especialización en los últimos años, lo cierto es que no sólo hay menor número de mujeres en posiciones directivas en el sector salud, sino que además incluso entre las que cuentan con una posición de esa índole, ganan considerablemente menos que sus pares masculinos».

Además de la brecha salarial y de la baja presencia de mujeres en posiciones de toma de decisión, también se identifica una brecha muy significativa en el trabajo del hogar y de cuidados no remunerados entre hombres y mujeres ocupados en el sector salud. Los hombres ocupados en actividades del sector salud destinan en promedio 6.5 horas semanales –menos de un día laboral completo– al trabajo del hogar y de cuidados; mientras que las mujeres dedican alrededor de 18.8 horas semanales, lo que se traduce a que las mujeres del sector salud no sólo trabajan una jornada laboral completa, también realizan el equivalente a media jornada laboral de trabajo del hogar no pagado.

Enfocados en el personal de enfermería, que es donde se concentra el mayor número de mujeres, destinan alrededor de 40 horas semanales a su trabajo remunerado y la mitad de éste tiempo al trabajo del hogar y de cuidados (trabajo no remunerado). En comparación, sus pares masculinos destinan 41 horas semanales a sus empleos y sólo 6 horas en una semana a las labores del hogar. Foto: Captura de pantalla, El sector salud: un ambiente disparejo para las mujeres.

En parte esto también se refleja en el número de horas que se dedican al trabajo formal. En el mercado laboral completo se observa una brecha de 7 horas semanales entre hombres y mujeres en el trabajo remunerado, en el sector salud esta brecha por sexo se reduce considerablemente a 2 horas, entre hombres y mujeres. En la observación del tiempo dedicado al trabajo por tipo de puesto se observan diferencias similares a la general, con excepción del personal médico independiente cuya brecha es de casi 8 horas semanales. En esta línea, la organización autora del informe sostiene que hay una posible explicación de esto en la tasa de informalidad laboral, ya que es considerablemente más alta para las médicas independientes que sus contrapartes masculinas, por lo que los tiempos de su jornada laboral tienden a reducirse. «A lo anterior, se suman las horas de trabajo no remunerado que las mujeres en el sector salud dedican, dejándoles menor tiempo disponible para el trabajo remunerado».

Finalmente, en el informe se insistió en que México debe trabajar en los retos más grandes del mercado laboral, que son reducir la informalidad y aumentar la participación laboral de las mujeres, y si bien éstos no se encuentran en «estado crítico» en el sector salud, en comparación con el mercado laboral en general, es necesario hacer que las brechas se disminuyan. «Es necesario entonces impulsar políticas (más allá de las cuotas de género) que busquen incrementar la participación de las mujeres en este tipo de ocupaciones. Para ello es necesario impulsar los rezagos legislativos en materia laboral, sobre todo aquellos relacionados con cuidados, como la ampliación de licencias de paternidad y el sistema nacional de cuidados».

Valeria González Cervantes

Es feminista y Comunicóloga por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una gran afición por la lectura de ficción. Comenzó su carrera en La Hora Nacional.

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