Autoridades sanitarias de Estados Unidos acaban de autorizar la administración de una segunda dosis de refuerzo contra la COVID, ¿por qué?, ¿quiénes necesitarían esta segunda dosis? Aquí lo explicamos.
Por Lauran Neergaard
Los Ángeles, 31 de marzo (AP).- Muchos estadounidenses ya pueden recibir una segunda dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19, pero es difícil saber quién necesita realmente una ahora y quién podría esperar.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó una segunda dosis de refuerzo de las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna para las personas de 50 años en adelante, así como para algunos jóvenes con sistemas inmunitarios muy debilitados. Forma parte de una iniciativa para adelantarse a un posible rebrote de coronavirus.
En un momento en que los casos de COVID-19 se encuentran en niveles bajos en Estados Unidos, es fácil ignorar las recomendaciones para acudir por una segunda dosis de refuerzo, o para que aquellos que no están vacunados o no cuentan con el refuerzo se pongan al corriente, dijo la doctora Erica Johnson, especialista en enfermedades infecciosas de la Junta Estadounidense de Medicina Interna.
Su recomendación: Si usted está indeciso, aproveche esta pausa para hablar con su médico sobre el grado de protección que realmente tiene, y el que necesita.
¿QUIÉN ES ELEGIBLE PARA UNA SEGUNDA DOSIS DE REFUERZO?
Cualquier persona de 50 años o más puede recibir la dosis extra, siempre y cuando hayan pasado al menos cuatro meses desde que recibió su última vacuna. También pueden hacerlo las personas con inmunodepresión grave -por ejemplo, las personas que han recibido trasplantes de órganos-, a partir de los 12 años de edad.
Los adultos pueden elegir la vacuna de Pfizer o la de Moderna, pero Pfizer es la única opción para los niños.
¿QUÉ PASA CON QUIENES RECIBIERON LA VACUNA DE JOHNSON & JOHNSON?
Los adultos que recibieron la dosis única de J&J ya eran elegibles para recibir un refuerzo de cualquier vacuna, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que solamente algunos de ellos reciban otro refuerzo.
Un nuevo estudio encontró que una segunda dosis de la vacuna de Moderna o Pfizer ofrece mayor protección que una segunda dosis de J&J. Así que el consejo es que cualquiera que haya recibido una segunda dosis de J&J ahora puede elegir una dosis de la vacuna de Moderna o de Pfizer.
No obstante, si ya tenían uno de esos otros refuerzos, los CDC dicen que sólo quienes cumplan con los criterios más recientes —edad o sistema inmunitario débil— califican para otro.
¿QUÉ FUE LO QUE MOTIVÓ LA DECISIÓN?
Las vacunas siguen ofreciendo una protección fuerte para no padecer síntomas graves y la muerte, pero su efectividad contra infecciones moderadas disminuye meses después. Las inyecciones tampoco funcionan tan bien contra las nuevas variantes —por ejemplo, la súper contagiosa Ómicron— que como lo hacían en la primera etapa de su aplicación.
Es por ello que las autoridades sanitarias han pedido a todas las personas de 12 años en adelante, sin importar su estado de salud, que acudan por su dosis de refuerzo para tener una mayor protección contra la Ómicron. Sólo la mitad de aquellos que son elegibles han recibido su refuerzo.
En un momento en que un pariente de Ómicron está provocando repuntes de casos en otros países, las autoridades están nerviosas de que Estados Unidos sea el siguiente, ante lo cual han tomado medidas para ofrecer una protección adicional a los más vulnerables.
¿CUÁL ES LA EVIDENCIA QUE RESPALDA APLICAR OTRO REFUERZO?
Muchos científicos dicen que la evidencia es limitada, y dejan que las autoridades de salud pública actúen a discreción.
Durante el brote causado por Ómicron en Estados Unidos, dos dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna más una dosis de refuerzo tuvieron un 94 por ciento de efectividad para evitar la muerte y la necesidad de un respirador, de acuerdo con un estudio reciente de los CDC. Esa protección fue menor —del 74 por ciento— en las personas con inmunodepresión, aunque la mayoría no había recibido la tercera dosis recomendada.
Israel empezó a ofrecer una segunda dosis de refuerzo a las personas mayores de 60 años durante el repunte provocado por Ómicron. Resultados preliminares publicados en Internet la semana pasada muestran que hubo menos fallecimientos entre las personas que eligieron otro refuerzo en comparación con las que se saltaron la cuarta dosis.
La FDA decidió fijar el límite de edad a los 50 años en lugar de a los 60 debido a que es cuando enfermedades crónicas como las cardiopatías o la diabetes se vuelven más comunes, lo que hace que las personas sean más vulnerables a desarrollar síntomas graves de la COVID-19.
¿QUIÉN REALMENTE NECESITA UNA SEGUNDA DOSIS DE REFUERZO?
Los CDC dicen que una nueva dosis de refuerzo es opcional, pero que los que probablemente se beneficien más son los que sean más vulnerables a desarrollar una enfermedad grave, incluyendo los mayores de 65 años y las personas en su década de 50 que padecen diversos problemas de salud.
¿CUÁNDO DEBERÍA RECIBIRLA?
Nuevamente, los expertos tienen opiniones diferentes, en parte debido a que no está claro qué tanto durarán los beneficios adicionales.
“En realidad, nunca podemos saber a la perfección cuándo será la próxima oleada, o cuándo alguien podría infectarse», dijo Johnson, que atiende a pacientes en el Centro Médico Bayview de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. “Para estar lo más preparados que sea posible, creo que todo el mundo debe estar lo más al día que pueda con sus vacunas”.
Otra dosis ahora podría tener sentido para las personas mayores y las inmunodeprimidas, pero “hay menos urgencia en una persona por lo demás sana”, comentó E. John Wherry, inmunólogo de la Universidad de Pensilvania.
Con 50 años de edad, Wherry dijo que está lo suficientemente sano para ver si los casos suben lo suficiente para que sea necesario recibir otra dosis de refuerzo, pero señaló que preferiría esperar hasta el otoño. Eso debido a que dejar pasar más tiempo entre vacunas permite que la respuesta del sistema inmunitario madure y se fortalezca.