Joe Biden argumenta que eso ayudará a afrontar las «causas de raíz de la migración irregular» que provocó que en marzo las detenciones en la frontera con México alcanzaran su mayor nivel en 20 años.
Washington, 9 de abril (EFE).- El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este viernes al Congreso invertir 861 millones de dólares en Centroamérica para frenar la migración irregular, además de 10 mil millones para ayudar a refugiados y desplazados en todo el mundo.
En su propuesta inicial de presupuesto federal para el año fiscal 2022, un adelanto de la solicitud completa que la Casa Blanca desvelará en las próximas semanas, Biden requirió «revitalizar» la asistencia a Centroamérica, en un momento en el que se han disparado las llegadas de migrantes a la frontera sur de su país.
Los 861 millones de dólares incluidos en la propuesta son un «primer paso» para cumplir el plan de Biden de invertir cuatro mil millones de dólares en la región en un plazo de cuatro años, algo que prometió durante su campaña electoral, explicó la Casa Blanca en un documento oficial.
«Estos recursos ayudarán a Estados Unidos (…) a fortalecer la rendición de cuentas de los Gobiernos (centroamericanos) para que proporcionen más servicios y más seguridad, al coartar la corrupción endémica, prevenir la violencia, reducir la pobreza y expandir las oportunidades de desarrollo económico», indicó la Casa Blanca.
✅combat climate change
✅revitalize democratic values
✅address root causes of irregular migration from Central America
✅strengthen global health leadership
✅bolster humanitarian assistance
✅invest in a diverse and inclusive USAID staff overseas and domestically.— USAID (@USAID) April 9, 2021
Biden cree que eso ayudará a afrontar las «causas de raíz de la migración irregular» que provocó que en marzo las detenciones en la frontera con México alcanzaran su mayor nivel en 20 años, mientras se registraba un récord histórico en las llegadas de menores solos.
La iniciativa de Biden, que con toda seguridad será modificada por el Congreso antes de ser aprobada, incluye también fondos para reformar el sistema de asilo en Estados Unidos, erosionado bajo el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021).
En concreto, la Casa Blanca quiere destinar 891 millones de dólares a contratar 100 nuevos jueces de migración y equipos que les apoyen, para reducir el notable atraso a la hora de procesar las solicitudes de asilo de los migrantes que llegan al país.
Read more about the funding request in our latest fact sheet: https://t.co/z13pNTVKPk
— USAID (@USAID) April 9, 2021
Además, se enviarían 345 millones de dólares más al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, en inglés) para acelerar la resolución de casos de asilo y naturalización de migrantes que llevan años aparcados.
El proyecto de Biden incluye además «más de 10 mil millones de dólares en asistencia humanitaria para apoyar a poblaciones vulnerables en el extranjero, incluidos los refugiados, las víctimas de conflicto y otras personas desplazadas», según la Casa Blanca.
Biden ha propuesto que Estados Unidos admita a un máximo de 125 mil refugiados en el año fiscal 2022, que empieza en octubre, ocho veces más que el límite de 15 mil que impuso Trump, pero ha recibido críticas por no permitir que lleguen más desplazados al país durante sus primeros meses en el poder.
El documento divulgado este viernes no detalla cómo se distribuirían los fondos para los refugiados ni tampoco los 891 millones dedicados a Centroamérica, pero esas dudas se resolverán cuando la Casa Blanca publique en las próximas semanas su propuesta completa de presupuesto, explicó a Efe una fuente oficial.
En total, esta petición inicial -centrada en los gastos discrecionales y no obligatorios del Gobierno federal- solicita 1.5 billones de dólares para el próximo año fiscal, un aumento del 8.4 por ciento sobre los niveles aprobados por el Congreso para el periodo actual.
De ellos, 753 mil millones se dedicarán a gastos de defensa y otros 769 mil millones a partidas no relacionadas con el Pentágono, entre ellas la lucha contra la crisis climática, el refuerzo de la salud pública global y un aumento de más del 40 por ciento en el presupuesto del Departamento de Educación.