El modelo creado por los investigadores revela que priorizar a las personas de riesgo tiene un «efecto marginal» en los números de muertes, pero no implica mejores significativas en el control de la pandemia.
Madrid, 20 de enero (Europa Press).- Investigadores del Instituto de la Escuela de Ingeniería Tandon de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) han desarrollado un nuevo modelo que muestra «pocos beneficios» al priorizar a las personas de alto riesgo para la vacunación contra la COVID-19.
En su trabajo, publicado en la revista científica Advanced Theory and Simulations, el equipo entrena su sistema en la ciudad de New Rochelle, situada en el condado de Westchester en el Estado de Nueva York, donde se produjo uno de los primeros brotes registrados en Estados Unidos.
El sistema replica, geográfica y demográficamente, la estructura de la ciudad obtenida de las estadísticas del censo de Estados Unidos y superpone una representación de alta resolución, tanto temporal como espacial, de la epidemia a nivel individual, considerando tanto las localizaciones físicas como las características únicas de las comunidades, como las tendencias de comportamiento humano o los patrones de movilidad local.
Entre los hallazgos del estudio, sugieren que dar prioridad a la vacunación de los individuos de alto riesgo «sólo tiene un efecto marginal en el número de muertes por COVID-19». Según los investigadores, para obtener mejoras significativas, una fracción muy grande de la población de la ciudad debería, de hecho, ser vacunada.
Además, de acuerdo a sus resultados, los beneficios de las medidas restrictivas aplicadas durante la primera ola, como el confinamiento domiciliario estricto, superan con creces los de cualquiera de estos escenarios de vacunación selectiva. Incluso con una vacuna disponible, el distanciamiento social, las mascarillas y las restricciones de movilidad seguirán siendo herramientas clave para luchar contra COVID-19.