El Papa explicó que en su nueva encíclica exhortó a que el dinero, «en vez de invertirlo en el miedo, en la amenaza nuclear, química o biológica», se debe utilizar para «eliminar finalmente el hambre y para el desarrollo de los países más pobres.
Ciudad del Vaticano, 8 de octubre (EFE).- El Papa Francisco realizó hoy una nueva critica a un sistema económico «sin rostro humano» y destacó que el dinero «debe servir y no gobernar», en un discurso a los inspectores del Moneyval, que en estos días se encuentran en el Vaticano para comprobar el cumplimiento de los criterios de transparencia de las finanzas vaticanas.
«Jesús expulsó a los comerciantes del templo y enseñó que no se puede servir a Dios y a las riquezas», dijo Francisco en su discurso.
El Papa recordó que «la economía pierde su cara humana cuando no utiliza el dinero, pero necesita dinero» y exhortó a cambiar una forma de economía que no conduce al bien común porque «el dinero debe servir y no gobernar».
Recordó que el magisterio social de la Iglesia ya ha subrayado, como escribía Pio XI en su encíclica «Cuadragésimo año», «la falsedad del dogma neoliberal, según el cual el orden económico y el orden moral son tan dispares y extraños entre sí al otro, que el primero no dependería en modo alguno del segundo».
«Releyendo esta afirmación a la luz de los tiempos actuales, encontramos que la adoración del antiguo becerro de oro encontró una nueva y despiadada versión en el fetichismo de dinero y en la dictadura de una economía sin rostro sin un propósito verdaderamente humano», agregó.
Y destacó que «la especulación financiera con el dinero fácil como objetivo fundamental es normal que siga haciendo estragos».
«A veces, para acumular riqueza, no se presta atención a su origen, a actividades más o menos lícitas que lo originaron y la lógica de explotación que pueden someterse a ella. Así, sucede que en algunas zonas donde tocas dinero, te ensucias las manos de sangre de hermanos», lamentó.
También criticó que en otras ocasiones «se asignan recursos financieros para sembrar el terror, para afirmar la hegemonía del más fuerte, del más arrogante, de los que sin escrúpulos sacrifican la vida del hermano para afirmar su poder».
El Papa explicó que en su nueva encíclica «Fratelli Tutti» (Hermanos Todos) exhortó a que el dinero, «en vez de invertirlo en el miedo, en la amenaza nuclear, química o biológica», se debe utilizar para «eliminar finalmente el hambre y para el desarrollo de los países más pobres, para que sus habitantes no recurran a soluciones violentas o engañosas y no se ven obligados a abandonar sus países para buscar una vida más digna».
También explicó que las políticas de lucha contra el blanqueo de capitales y el terrorismo «son una herramienta para monitorear los flujos financieros, lo que le permite intervenir donde surgen tales actividades irregulares o, incluso, criminales».
Y que en aplicación de estos principios, la Ley del Vaticano ha adoptado, incluso recientemente, algunas medidas sobre transparencia en la gestión del dinero y para combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.