Al menos 7 mil 705 personas se encuentran desaparecidas en el Estado de México, de las cuales, 4 mil 142 son hombres y 3 mil 553 son mujeres, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) al corte del 17 de julio de 2020.
Ciudad de México, 20 julio (SinEmbargo).– Miguel Ángel Romero Magaña, de 39 años, desapareció el 6 de marzo de 2020 cuando hizo un trabajo de mudanza del municipio de Nezahualcóyotl (Estado de México) a Guanajuato.
La camioneta que manejaba el padre de familia fue localizada en la carretera federal hacia Guanajuato, cerca de la comandancia conocida como Palo Alto en el municipio de San Vicente Chicoloapan, Estado de México.
La familia del hombre denunció que las autoridades mexiquenses tienen estancadas las investigaciones, pues con el pretexto de la COVID-19 no se han hecho varias diligencias ni los suficientes peritajes a la camioneta encontrada.
“El funcionario que nos atiende no se mueve para nada. No vemos ninguna intención de su parte para que localicen a mi esposo”, dijo Gabriela Torreblanca Cardosa, esposa de Miguel, en entrevista con SinEmbargo.
Al menos 7 mil 705 personas se encuentran desaparecidas en el Estado de México, de las cuales, 4 mil 142 son hombres y 3 mil 553 son mujeres, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) al corte del 17 de julio de 2020. Tan sólo en el municipio de Nezahualcóyotl desaparecieron al menos 175 personas, todas del sexo masculino.
En lo que va del año en el Estado de México han desaparecido 109 personas: 64 hombres y 45 mujeres.
LA DESAPARICIÓN
Miguel Ángel Romero Magaña tiene tres hijos y estaba a una semana de cumplir 40 años de edad cuando desapareció. Gabriela Torreblanca, su esposa, platicó que tenía un año de trabajar con su cuñado en un negocio de mudanzas en el Estado de México.
La última vez que Gabriela habló con su esposo fue a las 13:00 horas del pasado 6 de marzo, Miguel estaba en su trabajo. Una hora después, a las dos de la tarde, llegó un joven al establecimiento y solicitó un servicio de mudanza.
“El muchacho se presentó, pidió la mudanza y pagó 500 pesos de anticipo, pero el esposo de mi cuñada no tiene la costumbre de solicitar informes detallados a los clientes ni la credencial INE. Cuando alguien pide un servicio, él maneja costos y lugar de traslado, pero nada más”, narró Gabriela.
Al cuñado de Miguel y los que estaban en la oficina les llamó la atención que el cliente “llevaba mucha ropa”, pero no dieron mayor importancia.
“Mi cuñado le dijo a mi esposo que se trataba de un servicio sencillo: recoger unas cosas y que después se regresara a la oficina en Loma Bonita”, agregó la entrevistada.
Miguel Ángel salió junto con el consumidor a realizar la mudanza, pero jamás regresó.
Gabriela no notó la ausencia de su esposo hasta el día siguiente, cuando su hija quería hablar con él y no lo podían localizar. La mujer aclaró que no se percató el mismo día debido a que estaban separados en ese momento.
La hija y ella le marcaron en varias ocasiones, pero el teléfono las mandaba a buzón, situación atípica, según recuerda la mujer. “Yo empecé a sentir algo raro, como un presentimiento; él nunca nos mandaba a buzón, sólo cuando está muy enojado, pero esa ocasión era diferente”.
Momentos después, la hermana de Miguel le notificó la desaparición.
Gabriela relató que su cuñada y su concuño notaron que algo estaba mal cuando dieron las 8 de la noche y Miguel aún no llegaba del servicio de mudanza. La pareja rastreó el GPS de la unidad y bloquearon el interruptor de seguridad.
Los familiares de Miguel acudieron al lugar donde estaba la unidad para las mudanzas y la encontraron abandonada.
“La camioneta estaba casi en Guanajuato, en un área cercana a la zona de huachicoleo […] Estaba parada, vacía, sin nada. Ni siquiera estaba desvalijada, pero Miguel no estaba ahí”, platicó la esposa.
Los allegados al hombre comenzaron una intensa búsqueda, incluso acudieron al domicilio en donde se solicitó la mudanza, pero no encontraron nada. El inmueble estaba abandonado.
“Mi cuñada junto con su esposo y unos amigos fueron a esa casa los primeros días en cuanto desapareció, se metieron y no encontraron absolutamente nada”, agregó.
Los familiares acudieron a las autoridades mexiquenses para interponer la denuncia por la desaparición, pero hasta el momento son nulos los avances, denunció Gabriela.
“Yo lo que he visto es que el licenciado que lleva el caso no nos dice nada. Cuando yo le llamé por teléfono para preguntar sobre la investigación y del reporte sobre las sábanas telefónicas, no me quiso decir nada y que solo le daría avances a mi cuñada, pero a mi cuñada tampoco le dijo nada”, dijo.
La mujer detalló que encontraron colillas de cigarro en el asiento de copiloto de la camioneta, lo que indica que alguien más conducía el vehículo porque Miguel no fuma. Sin embargo, las autoridades no les han confirmado si realizaron los peritajes para encontrar huellas o rastros hemáticos en la unidad. La familia está convencida que tales pruebas no se realizaron.
El intento por obtener videos de la zona donde fue visto por última vez o de donde se encontró la camioneta también se desvaneció. De acuerdo con Gabriela, las cámaras de seguridad no aportaron nada.
«Unas porque de plano no estaban funcionando y en otros casos porque supuestamente las personas que monitorean y controlan las cámaras no estaban trabajando debido a la contingencia por el coronavirus y para cuando ya empezaran a trabajar, las imágenes captadas seguramente ya no iban a estar, pues se borran a determinado tiempo. Eso nos dijo el licenciado que lleva el caso”, abundó.
Gabriela comentó que la familia comenzó a ahorrar para ir personalmente a Guanajuato a realizar la búsqueda porque el asesor jurídico que les asignaron y el funcionario que las atiende les han dicho que no tiene jurisdicción para indagar en otro estado.
“Estamos juntando dinero para ir a Guanajuato a tratar de visitar hospitales y SEMEFOS, lo mismo que hemos hecho aquí”, narró.
La familiar de la víctima insistió en que no ven disponibilidad ni interés de las autoridades en investigar el caso, pues han usado de pretexto el coronavirus para no entregar avances.
“El licenciado ha dicho que ha estado enfermo y que limitaron las labores por lo del COVID-19, pero personas que hemos consultado me han dicho que él debió haber avanzado mucho más, independientemente del coronavirus», señaló.
Los allegados y familiares de Miguel han indagado por su cuenta para tratar de conocer lo sucedido. Gabriela destacó que incluso la información que obtienen la han entregado a las autoridades y ni aun así avanzan.
“Nosotros hemos tratado de presentar todo con los recursos que por nuestra cuenta hemos obtenido para que el encargado de la investigación tenga todo lo que necesite de información, pero con él no vemos el avance”, dijo.
Y añadió: “se ve claramente que el licenciado no tiene la motivación para investigar realmente y podernos dar algún informe más certero”.
Gabriela Torreblanca clamó por una investigación certera, profesional y científica que ayude a esclarecer el paradero de Miguel y regresarlo a casa. Además, solicitó a la ciudadanía apoyo en caso de tener información que aporte a la búsqueda del caso.