Genovés fue reconocido internacionalmente por sus pinturas de multitudes en perspectivas aéreas. Durante la dictadura reflejó en ellas la tensión en las calles, los ametrallamientos y las persecuciones.
Madrid, 15 mayo (ElDiario.es).- El pintor Juan Genovés (València, 1930), conocido artista del arte contemporáneo, ha muerto este viernes por causas naturales a los 89 años, según ha confirmado la galería Marlborough. Es el autor del famoso cuadro «El abrazo» (1976), un símbolo de la Transición por su llamada a la reconciliación entre los españoles. La obra nació en la clandestinidad y pasó casi 30 años en los sótanos del Museo Reina Sofía, pero desde 2016 se exhibe en las paredes del Congreso de los Diputados.
Con unas dimensiones de 151 por 201 centímetros, la pintura, que sirvió de base para el monumento madrileño en memoria de los abogados asesinados en la calle Atocha en 1977, muestra a un grupo de personas, casi todas de espaldas, en el momento de abrazarse.
Genovés lo empezó a pintar en 1973 y unos meses después de la muerte de Franco, la Junta Democrática, que entonces se reunía de forma clandestina, lo eligió para ilustrar un cartel que pedía la amnistía de los presos políticos.
«Yo lo pinté pero no me pertenece, pertenece a toda la gente que lo hizo suyo por medio de ese cartel», señaló en 2016 Genovés en declaraciones a EFE. «El cartel se multiplicó por toda la geografía, se agotaron las copias y hoy muchos lo guardan en su casa como trofeo».
COMPROMISO Y DENUNCIA SOCIAL
Artista comprometido, Genovés fue reconocido internacionalmente por sus pinturas de multitudes en perspectivas aéreas. Durante la dictadura reflejó en ellas la tensión en las calles, los ametrallamientos y las persecuciones y después ha seguido explorando a través de esas figuras la fragilidad del ser humano.
Se formó en la Escuela de Bellas Artes de València y participó en colectivos muy significativos en el mundo pictórico español de postguerra como Los Siete (1949), el Grupo Parpallós (1956) y Hondo (1960). En este último grupo, desarrolló una pintura de carácter expresionista y provocador.
En la década de los sesenta incrementa su relación con los movimientos de oposición al régimen franquista e inicia dos temas pictóricos característicos en su obra: el «individuo solo» y la «multitud». Esta última propuesta aparecerá cargada de un realismo político de fuerte denuncia social.
En los años ochenta inició un nuevo periodo muy ligado al paisaje urbano, que se ha denominado «espacios de la soledad». Los últimos años su obra ha dado un giro hacia la investigación del movimiento estático en la pintura, la multitud se ha convertido en la referencia para hablar del problema de la pintura y el ritmo visual.
UNOS NIÑOS ABRAZÁNDOSE
El pintor aseguró que la imagen de «El abrazo» le vino a la mente viendo a unos niños abrazarse a la salida del colegio. Lo que entonces no imaginaba es que por esa imagen acabaría pasando una semana en un calabozo, por propaganda ilegal.
Cuando salió, se encontró con que su galería, Marlborough, había vendido el cuadro a un coleccionista extranjero. Gracias las gestiones del Gobierno de Adolfo Suárez, la obra pudo ser recuperada.
El cuadro volvió a España y se instaló en el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), antes de pasar, en 1988, al Reina Sofía, en cuyos almacenes ha permanecido casi tres décadas, saliendo puntualmente para exposiciones temporales.