La alimentación es uno de los factores que más puede influir en la aparición del acné, aparte de los factores hormonales característicos de la adolescencia y la limpieza e higiene de la piel.
Madrid, 21 de noviembre (EuropaPress).- A pesar de que hay mucha gente que cree que es un mito, los alimentos que se ingieren pueden ser un factor muy influyente en la aparición o no de acné. Y no sólo algunos alimentos concretos, como el chocolate, sino todo el patrón dietético en conjunto.
«La alimentación es uno de los factores que más puede influir en la aparición del acné, aparte de los factores hormonales característicos de la adolescencia y la limpieza e higiene de la piel. Nuestro patrón dietético, sin duda, puede influir muchísimo más en la salud de la piel y en la aparición del acné», confirma en una entrevista con EuropaPress la secretaria científica de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), la dietista-nutricionista Andrea Calderón.
En este contexto, la experta no se refiere únicamente a la ingesta de grasa. «Relacionar el aumento de la ingesta de grasa con más grasa en la piel es una afirmación muy simplista y realmente no sucede así. Depende de la calidad de la grasa ingerida, del perfil graso total y de otros muchos factores, como la ingesta de azúcares, vegetales suficientes o una hidratación correcta», insiste Calderón.
Es decir, algunas grasas no se relacionan con mayor acné. «La grasa de calidad como el aceite de oliva virgen, grasa procedente naturalmente de pescado azul, aguacate y frutos secos no se relaciona con mayor acné», precisa la experta, que sí menciona grasas de peor calidad, como las refinadas procedentes de las galletas, precocinados, salsas, bollería o comida rápida como factor predisponente al acné.
El consumo excesivo de alimentos altos en azúcares añadidos, harinas blancas o refinadas y lácteos también se relacionan con mayor presencia de acné, aunque, «por supuesto, también tiene que ver la predisposición de cada uno o la etapa fisiológica en la que se encuentre», insiste la secretaria científica de la SEDCA.
En cuanto al azúcar, lo primero que recomienda Calderón es reducir el que añadimos conscientemente a los alimentos, como al café o al yogur. «Pero también, y casi más importante, reducir el azúcar que ya viene adicionado en los productos de nuestro día a día: galletas azucaradas, cereales de desayuno azucarados, yogures de sabores o salsas con azúcar, cuyo consumo diario aumenta muchísimo más la ingesta total de azúcar de nuestra dieta», agrega la experta.
En referencia a las harinas blancas o refinadas, la secretaria científica de la SEDCA recuerda que su consumo es «muy elevado» en la dieta occidental. Por ejemplo, pan blanco a diario en desayuno y en las comidas, pasta blanca y galletas y cereales no integrales ni de grano entero. La recomendación en este sentido es sustituir estos alimentos con otros «de mayor interés nutricional, por ejemplo: cambiar pasta por legumbres, cambiar tanto cereal por fruta y frutos secos o no meter pan en todas las comidas», aconseja la experta.
Por último, los lácteos relacionados con el acné son la leche y los quesos más curados. «No significa que el consumo directo de lácteos produzca más acné», avisa Calderón, pero «en personas con mayor predisposición al acné es recomendable que reduzcan su consumo si tomaban a menudo mucha leche o demasiado queso todos los días».
La razón es que los lácteos contienen «precursores hormonales que pueden aumentar la tendencia, pero en ningún caso debe confundirse con que la leche esté hormonada, porque no lleva adicionada ningún tipo de hormona», explica la dietista-nutricionista.
Además, «como dato curioso, aunque todavía no está del todo claro, parece que la leche desnatada promueve más la aparición de acné que la entera. En cambio, el yogur, por su procesado, no se asocia con más acné», agrega Calderón.
TAMBIÉN OCURRE AL CONTRARIO: LA DIETA PUEDE REDUCIR EL ACNÉ
La otra cara de la moneda la constituye una dieta que pueda reducir el riesgo de acné. «Así como la alimentación puede predisponer fácilmente al acné, también puede reducir su riesgo siempre que sigamos un patrón dietético saludable», asegura la secretaria científica de la SEDCA.
Así, «parece que una dieta rica en vegetales, frutas, verduras y hortalizas todos los días y en todas las comidas reduce el riesgo de acné y proporciona multitud de antioxidantes que favorecen una mayor salud de la piel», zanja Calderón, que añade una vida saludable en general a la ecuación: descanso adecuado y suficiente, control del estrés, una vida activa y practicar ejercicio físico. Todo ello «ayudará a reducir el riesgo de la aparición del acné», según la experta.
«En definitiva, reducir la ingesta de productos procesados de baja calidad nutricional como los mencionados, y el aumento del consumo de alimentos base de nuestra dieta, como fruta y verdura, legumbres, semillas y frutos secos es la clave para el control del acné. Siempre junto a unos hábitos de vida saludables de actividad física y descanso adecuado», resume Calderón.