Héctor Villareal, director del CIEP, comentó que lo mejor que podría pasar a esta generación, la más vulnerable en la estrategia fiscal implementada hasta ahora, es que «se pongan las pilas» y exijan políticas públicas con perspectiva demográfica. «Hay una urgencia de política pública con perspectiva de género y también debe haber política pública con perspectiva etaria», dijo.
Por Laura Quintero
Ciudad de México, 26 de agosto (Economía Hoy).- La generación millennial, las personas nacidas entre 1980 y 1999 que tienen entre 20 y 39 años de edad, son quienes enfrentan una mayor desigualdad socioeconómica. Se emplean en un mercado laboral más precario y con menos seguridad social y al mismo tiempo son los responsables de sostener el sistema fiscal vigente pero, ¿quién lo sostendrá cuando lleguen a la vejez?
«Esta generación está pagando impuestos a cambio de muy malos servicios públicos, a parte, tienen que ahorrar para su pensión, están pagando las de otras generaciones y se emplean en un mercado laboral que tiene trabajos mucho más precarios, más inseguros y más volátiles», expuso Héctor Villareal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) a Economía Hoy.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), este sector representa más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA) y concentran a la mayor parte de los contribuyentes, pero debido al panorama laboral actual también representan más del 60 por ciento de la cifra de desempleo.
Un estudio encabezado por María Sol Corral, en el que participó la encuestadora De las Heras Demotecnia, Bitácora Social, la Universidad de Guadalajara, entre otros, reveló que los jóvenes que conforman esta generación anhelan lo mismo que sus padres cuando eran jóvenes: estudiar, casarse o vivir en pareja, obtener un empleo y hacer una carrera en él, tener hijos, contar con un seguro o una pensión, tener una vivienda propia, un auto. La única diferencia es que son conscientes de que el sistema económico y social, no juega a su favor.
Villareal explicó que los millennialls son quienes sostienen y sostendrán los servicios de seguridad para la generación de los baby boomers y la generación X (las de sus padres y sus abuelos). Pero para esta generación, y frente a las condiciones socioeconómicas que vive, tener hijos ya no es una prioridad, lo que complicará aún más el panorama para su vejez.
El especialista lamentó que la política pública que se hace en México no tiene una perspectiva demográfica y si no se hace algo al respecto este sistema y quienes ahora son jóvenes enfrentarán un escenario «muy adverso».
DESPLOMA TASA DE FECUNDIDAD
El director del CIEP comentó que existe la probabilidad de que la tasa de fecundidad, que actualmente en México es de 2.07, tenga un desplome importante.
«En siete u ocho años podría haber un desplome de la tasa de fecundidad y que está sea de 1.6 o 1.5, lo que va a pasar es que las generaciones abajo, en donde la generación Z, que contempla a quienes nacieron entre el año 2000 y el 2019, sería una especie de colchón, pero la generación alfa, las que nazcan a partir del 2020, sería muy chiquita comparado a lo que estamos acostumbrados en México», advirtió.
Explicó que la generación millennial enfrenta un escenario en el que los ingresos petroleros no son similares a los del periodo de 2003-2014. A esto se sumarán cambios fiscales y para cuando llegue la vejez millenial habrá otra estructura sociodemográfica que anticipa un panorama fiscal poco prometedor.
Los cambios en la demografía como el aumento en la esperanza de vida, la caída en la tasa de fecundidad, el incremento de las enfermedades crónico degenerativas, entre otras, somete a la juventud mexicana en una dinámica fiscal compleja debido a que entre menor sea menor la base de contribuyentes la presión fiscal será mayor.
Para la vejez de la mayor parte de la PEA actual habrá menos recursos para destinar a programas sociales y sectores como salud, educación, infraestructura, entre otros.
REVISAR TEMAS «SENSIBLES»
Sobre el tema del pago de pensiones, para el que se destinaron 984 mil 464 millones de pesos este año, este absorbió 17 por ciento del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) y representó 3.95 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero también redujo el espacio fiscal para el nuevo Gobierno.
El problema no sólo es lo que se paga por concepto de pensiones sino la desigualdad en ellas: cerca de 877 mil millones de pesos se distribuyen entre 5 millones de personas pensionadas, mientras que 107 mil millones de pesos se reparten entre 7.7 millones de personas ancianas y con discapacidad permanente.
«Se tienen que revisar cosas que no son agradables, si tú le metes retroactividad al sistema de pensiones, seguramente a alguien le va a doler, pero también es una barbaridad que las finanzas públicas estén destinadas a beneficiar a millón y medio de personas», aseveró Villareal.
Alejandra Macías Sánchez, investigadora del CIEP, argumentó que hay personas que reciben pensiones de hasta un millón de pesos al año que fueron otorgadas a través del Gobierno federal y para cubrirlas se han destinado menos recursos a sectores como educación o salud.
Héctor Villareal comentó que lo mejor que podría pasar a esta generación, la más vulnerable en la estrategia fiscal implementada hasta ahora, es que «se pongan las pilas» y exijan políticas públicas con perspectiva demográfica.
«Hay una urgencia de política pública con perspectiva de género y también debe haber política pública con perspectiva etaria», concluyó.