La tarde del domingo, muchos estaban en misa a eso de las cinco de la tarde cuando se empezó a escuchar el ruido estruendoso de la corriente de agua que bajaba por el río Cutío; había caído una tromba de media hora allá en lo alto, por el Cerro Huertas, a unos 13 kilómetros hacia arriba, cuyo caudal arrastró con todo en el Barrio Negro, Pirinditas y el cruce la Primero de Mayo.
Peribán, Michoacán, 26 de octubre (Provincia/SinEmbargo).- Poco a poco se van armando las historias que cada persona y cada familia pasó por la creciente que bajó desde el cerro de Tancítaro, en Peribán, Michoacán, y que a su paso se llevó todo lo que encontró. Hasta la noche de este martes, el reporte era de ocho personas fallecidas y cuatro desaparecidas, además de que aparecieron sanas y salvas una joven madre y su bebé de 10 meses de edad.
La tarde del domingo, muchos estaban en misa a eso de las cinco de la tarde cuando se empezó a escuchar el ruido estruendoso de la corriente de agua que bajaba por el río Cutío; había caído una tromba de media hora allá en lo alto, por el Cerro Huertas, a unos 13 kilómetros hacia arriba, cuyo caudal arrastró con todo en el Barrio Negro, Pirinditas y el cruce la Primero de Mayo.
La mañana del domingo, había llegado el matrimonio formado por Justo y Alma, con sus tres hijos, Daniel Itzel y Vanesa, de 10, 8 y 3 años, de allá de Tancítaro, donde Justo trabajaba como ranchero en una huerta de aguacate. Llegaron a casa de los padres de Alma, la señora Consuelo y José García, apodado «El Peregrino», estaban de visita, cuando la corriente los arrastró y hasta anoche no los encontraban.
Pero ya había un aviso 22 días antes, durante una tormenta, la creciente arrastró ramas, troncos y basura, de todo lo que lanzan a la barranca, principalmente los huerteros.
La joven señora Alejandra Sánchez Torrero, de 17 años de edad y su bebé Lucero Sánchez de 10 meses de nacida, lograron ponerse a salvo; narró la joven que al ver que el río crecía y el ruido era aterrador, tomó a su niña en brazos y corrió hacia lo alto, hasta llegar a una huerta y en una cocinita se refugió; ahí pasó la noche y hasta el día siguiente regresó. No sabía que estaba en la lista de desaparecidos.
Miguel Ángel Pérez Romero, de 39 años de edad, se desempeñaba como reparador de teléfonos celulares, tenía un local ahí por el auditorio municipal y se dirigía a su domicilio en la calle Primero de Mayo a bordo de su automóvil color blanco, cuando al pasar el vado del río, fue arrastrado por la corriente; su cuerpo fue localizado la tarde de este martes por el rumbo de los Chorros del Varal, en el municipio de Los Reyes, distante 20 kilómetros aproximadamente.
Una verdadera tragedia es la que ha vivido la señora Esperanza Álvarez, quien le pidió apoyo al Gobernador Silvano Aureoles en su primera visita el lunes; cinco miembros de su familia desaparecieron; dos hijos y tres nietos.
De los cinco, han sido localizados los cuerpos sin vida de sus dos hijos, José Alberto y Javier Torrero Álvarez, de 27 y 25 años de edad, así como el de un niño de nombre Brayan Alberto Torrero Carrillo, de 4 años de edad.
Estos tres ataúdes eran llevados en hombros a una misa de cuerpo presente a la iglesia de Peribán en medio de una gran multitud que lanzaba globos blancos al cielo y escuchaba unas lastimosas notas musicales de la banda; poco comentaban, pues también poco había que contar de esta tragedia. A su paso, se encontraron con el Gobernador Silvano Aureoles, en su segundo día de visita, quien los acompañó en su dolor.
El ejecutivo estatal acompañado de la alcaldesa Dora Belén Sánchez Orozco, visitaron y recorrieron de nuevo la zona de desastre, donde decenas, tal vez cientos de voluntarios y personal de los tres niveles de gobierno, continúan con las labores de búsqueda y cuantificación de daños, se calcula que al menos 20 automóviles fueron arrastrados y unas cien viviendas dañadas.
Se trabaja día y noche, pero la maquinaria pesada requiere de combustible que escasea cada vez más; los vecinos apoyan con la comida y agua. Los centros de acopio apoyan, además de los damnificados, a los brigadistas.