Chistopher Watts anteriormente llamó a la prensa para declarar como desaparecidas a su esposa e hijas por lo que las autoridades correspondientes comenzaron a buscarlas, esta semana las hallaron sumergidas en petróleo crudo en uno de los perforadores donde trabajó Watts.
Frederick (Colorado, EU), 18 agosto (AP).- Los cadáveres de dos niñas pequeñas estuvieron sumergidos en petróleo crudo durante cuatro días antes que las autoridades los encontraran, de acuerdo con los documentos presentados a la corte por un abogado que defiende al padre de las menores ante las acusaciones de que fue él quien mató a las dos niñas y a su esposa embarazada. Las niñas aparentemente fueron estranguladas.
La moción presentada el viernes por el abogado de Christopher Watts, James Merson, también solicitó que fueran tomadas muestras de ADN de los cuellos de las menores. La petición menciona a un experto que cree que el petróleo no eliminaría el ADN y que es posible obtener muestras «después de la estrangulación».
Las autoridades anunciaron por separado que la oficina forense del condado Weld realizó las autopsias el viernes y confirmó que se trata de los cadáveres de Shanann, de 34 años, Bella, de cuatro, y Celeste Watts, de tres.
La policía no dio información sobre un motivo de los crímenes ni de la manera en que fallecieron la madre y sus dos hijas. Las autoridades planean hacer más pruebas a fin de determinar la causa de sus muertes.
Richard Eikelenboom, el experto citado por el abogado de Watts, también recomendó tomar muestras de ADN de las manos de las niñas y de las manos y uñas de la madre. Eikelenboom ha testificado en varios juicios criminales de renombre, con frecuencia respecto a cuestiones sobre el llamado “ADN por tocamiento”, cuando pequeñas muestras de material genético quedan depositadas en una superficie.
Después de que desaparecieron su esposa embarazada y sus dos hijas, Christopher Watts habló con reporteros desde su casa en Colorado para lamentarse de lo mucho que las extrañaba.
Se prevé que las autoridades presenten cargos formalmente el lunes contra Watts, un trabajador de la industria del petróleo y el gas. Los investigadores sospechan que él dejó los cadáveres de su esposa e hijas en una propiedad de su empleador.
La policía indicó que la madre, Shanann, fue hallada muerta en una propiedad de Anadarko Petroleum, uno de los perforadores de petróleo y gas más grandes del estado, donde Christopher Watts trabajó como operador. Los investigadores encontraron los cadáveres de sus hijas el jueves cerca del lugar.
Watts fue despedido de su empleo el miércoles, el mismo día en que fue arrestado. El hombre no respondió a las preguntas de los reporteros cuando fue escoltado hacia la corte el jueves.
Merson, el abogado de Watts a través de la Oficina de Defensores Públicos del estado de Colorado, salió de la sala del tribunal después de la audiencia del jueves sin hacer comentarios ante los medios. Tampoco respondió varios mensajes en que The Associated Press buscaba declaraciones.
La casa de dos niveles de la familia se encuentra justo en las afueras de Frederick, un pequeño poblado en las planicies del norte de Denver.
Según una declaración de protección por bancarrota presentada en junio de 2015, Christopher Watts había conseguido un trabajo seis meses antes como operador de Anadarko, y los talones de pago indican que su salario anual era de unos 612 mil 500 dólares. Shanann Watts trabajaba en un centro de llamadas en un hospital infantil en ese momento, ganando alrededor de 18 dólares por hora. Ese ingreso era mayor cuando trabajaba por las tardes, fines de semana o turnos extras.
La pareja tenía un ingreso combinado de 90 mil 000 dólares anuales en 2014, pero también tenían decenas de miles de dólares en deudas de tarjetas de crédito, junto con algunos préstamos estudiantiles y cuentas médicas, por un total de 70 mil 000 dólares, además de una hipoteca considerable.
Drew reportó desde Raleigh, Carolina del Norte. Los periodistas de The Associated Press James Anderson, Colleen Slevin y Thomas Peipert en Denver, Courtney Bonnell y Michelle A. Monroe en Phoenix y Jennifer Farrar en Nueva York colaboraron para este despacho.