Un hombre especializado en fragancias, capaz de distinguir 4 mil olores viaja por Latinoamérica en busca de los aromas de su próximo perfume.
Bogotá, 27 de agosto (EFE).- La cultura indígena en Perú, el oro de Colombia y la naturaleza que rodea al volcán Cotopaxi de Ecuador son algunos de los elementos explorados por el francés Marc Blaison, una de las «narices» más prodigiosas del mundo, en su travesía de inspiración por Latinoamérica para sus fragancias.
«Es cierto que cada país tiene su esencia. Y en Latinoamérica hay una dualidad única: es muy fecunda y sensual, pero también fresca y sencilla», dijo a EFE Blaison, cuya nariz es capaz de identificar más de 4 mil notas olfativas.
Este químico francés atribuye su talento más al entrenamiento que a la genética. «Uno puede ser sensible a los olores y los puede apreciar, pero para destacar se requiere entrenarse todos los días, como lo hace un músico o un deportista, usar las materias primas y ver la interacción entre ellas, lo que surge de mezclarlas».
«Para fusionar esos aromas se necesita, además, la creatividad de un artista, saber que cada ingrediente tiene un origen, una forma, un color y que no todos combinan», agregó al señalar la similitud de la perfumería con el campo del diseño y la moda.
Blaison tiene como fuentes principales de inspiración la naturaleza, la gastronomía y el arte y por eso ha centrado el ejercicio de creación en explorar países y culturas de diferentes regiones del mundo, lo que lo trajo a Latinoamérica.
«He viajado por casi toda América Latina, recientemente por la Sierra de Ecuador, por el volcán Cotopaxi. Es una forma de descubrir el país, la cultura y lo que buscamos en las fragancias», afirmó el creador al describir su visita a esa reserva ecuatoriana, caracterizada por un tupido bosque de pinos y especies de cipreses, abetos y fresnos, elementos que marcan parte de su paleta.
En el marco del recorrido por la región, Blaison concibió Ccori, que en quichua significa oro y para el que escudriñó los aromas en Perú y Colombia y visitó los museos de ese metal, eligiendo, finalmente, como materias primas la rosa, la flor de azahar y la orquídea.
«Esos poderosos aromas, que evocan riqueza y belleza, de cierta forma al fusionarlas podrían asemejar el aroma del oro», sostuvo el perfumista, Vicepresidente del centro de creación Cosmo Fragrances y quien cree que una nariz requiere también algo de «psicología» para comprender qué quiere el consumidor y anticiparse.
Para eso cuenta con una amplia paleta, como la de los pintores, pero con una base de cerca de 4 mil materias primas, que modifica según el objetivo de la fragancia y en la que predominan las notas orientales, cítricas, florales, herbales y maderosas.
Blaison, actualmente creador para la corporación Yanbal, comenzó como un joven perfumista hace 20 años en el sur de la Florida (EU).
Su capacidad de capturar 4 mil notas olfativas es «prodigiosa» si se tiene en cuenta que, según estudios de instituciones como la Universidad de Pittsburgh, la percepción del ser humano promedio se mueve apenas dentro de diez grupos básicos de olores: floral, leñoso, frutal, químico, mentolado, dulce, ahumado, cítrico, podrido y rancio.
«Básicamente, para proteger mi trabajo, trato de no contraer una gripe», bromea el perfumista, quien visitó Colombia para explicar sus experiencias creando fragancias durante más de 27 años producto de sus viajes por el mundo.
Entre ellas resaltó una fragancia para la que recorrió los principales destinos del paralelo 43, visitando Niza (Francia), San Sebastián (España) y Florencia (Italia), con el fin de extraer una esencia característica.