El amaranto es rico en proteínas, vitaminas, minerales, fibras dietéticas, grasas saludables y aminoácidos, razón por la que es considerado «el alimento del futuro». Se cultiva principalmente en la Ciudad de México, el Estado de México, Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Michoacán y Oaxaca. Sin embargo, como ha pasado con otros cultivos tradicionales en México –como el maíz y el frijol– productores de la semilla alertan que es poca o nula la atención que los gobiernos de la capital del país y federal le dan a su cultivo, por lo que hoy su siembra está en declive.
Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).– El amaranto, uno de los alimentos más nutritivos de México, registró una caída del 42 por ciento en su producción durante 2016. De acuerdo con datos del Anuario Estadístico de la Producción Agrícola, del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2015 rebasó las 8 mil 550 toneladas y para el año pasado apenas llegó a 4 mil 950.
En entrevista para SinEmbargo, Jonathan Rufino Huerta, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) en la Ciudad de México, acusó que la caída en la producción obedece principalmente a dos factores: La comercialización de amaranto proveniente de China y el nulo apoyo económico para los productores.
«La caída [de la producción] fue porque hubo una sobre demanda de amaranto chino y esa introducción a nuestro país desplomó los precios, al igual que la producción mexicana. El otro factor es el poco apoyo y nula atención que el Gobierno local y federal le han puesto a esta cadena productiva porque nuestra sociedad ve al amaranto como una golosina, como un dulce, cuando el amaranto es una proteína muy completa para la alimentación. También lo ven como sinónimo de pobreza», dijo.
El dirigente de la UNTA explicó que hasta hace un par de años, la tonelada de semilla mexicana costaba 16 mil pesos, mientras la proveniente del país asiático no rebasaba los 10 mil pesos. «Ese precio chino desplomó el de nosotros y ahora el nuestro se vende en 8 mil pesos la tonelada», lamentó. Actualmente, agregó, la tonelada de amaranto cuesta alrededor de 30 mil pesos y el chino se vende entre 22 y 25 mil pesos.
Además, criticó, los programas de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, de la CdMx, destina apoyos máximos de 50 mil pesos, cuando la cadena productiva tiene el fortalecimiento de la producción primaria que es donde se obtiene la semilla, después viene la transformación del amaranto en sus diferentes variedades donde se incluye el tostado, y finalmente la comercialización.
«Con apoyos de ese tamaño –de 50 mil pesos–, un productor puede hacer muy poco. En los federales puede haber apoyos de hasta 180 mil pesos», agregó.
De acuerdo con la Asociación Mexicana del Amaranto, no existen datos oficiales sobre exportaciones, derechos de importación, ni preferencias arancelarias sobre el alimento, ya que carece de posición arancelaria propia.
Por su parte, Raúl Hernández Garciadiego, director de Alternativas y Procesos de Participación Social AC, aseguró que la caída en la producción se debe a que en el cultivo del amaranto «se han cometido errores tras errores desde los años ochenta del siglo pasado, ya que algunos gobiernos se entusiasmaron tanto por producir», que dieron la orden de sembrar el cultivo en un exceso de hectáreas, por lo que se otorgaron estímulos y más gente se sumó a la producción, sin tomar en cuenta las necesidades y el comportamiento del mercado.
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Explicó que a la llegada de las cosechas no hubo suficiente mercado. «Es un ciclo de exceso de producción, luego falta de producción y exceso o falta de demanda lo que provoca los vaivenes de los precios desde la década de los 80. Una y otra vez se cometen los mismos errores por falta de visión de la cadena agroindustrial completa», criticó.
«No hay a quién venderlas, entonces se desploma el precio y hace que la gente pierda todo su esfuerzo y todo su trabajo. Afortunadamente el amaranto es el cultivo que más años puede conservarse sin que le caigan plagas y sin que pierda sus cualidades. Pero si no hay compradores, se desploman los precios, los campesinos se desaniman y al año siguiente no quieren volver a sembrar», puntualizó.
En el tema de los apoyos gubernamentales, enfatizó: «Hay modas de pronto, pero no hay un estímulo continúo, confiable. Si existiera un programa generalizado en el que los productores pudieran tener acceso a la mitad de los costos de producción, sería maravilloso porque la cosecha se podría vender a precios más accesibles porque en ocasiones la gente más pobre está imposibilitada para comprar».
Es lo mismo, dicen los expertos, que ha pasado con otros cultivos tradicionales en México, como el maíz y el frijol, que han sido prácticamente abandonados por el Gobierno federal, desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, primero con Estados Unidos y luego con Canadá.
EL ALIMENTO DEL FUTURO
El amaranto, señala en su página oficial la organización El Poder del Consumidor, es considerado el «alimento del futuro» por su alto valor nutrimental y su facilidad para ser cultivado, ya que la planta es capaz de sobrevivir en condiciones de alta temperatura y poca agua. Además, tiene propiedades similares a las de la leche y cuenta con el doble de proteínas que el arroz.
Por si fuera poco, el alimento que se aprovecha desde hace aproximadamente 7 mil años, fue designado por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos como «El mejor alimento de origen vegetal para consumo humano». Es rico en proteínas, vitaminas, minerales, fibras dietéticas, grasas saludables y aminoácidos.
Ante este panorama, Rufino Huerta hizo un llamado a los Gobiernos federal y local a que «asuman su papel para que las características nutrimentales del producto sean difundidas en función de la sociedad; eso crearía un amplio mercado local y fortalecería la producción. Si no hay demanda, no hay producción».
«Queremos que se venda en las tiendas, como las papas Sabritas, pero que la sociedad sepa cuáles son los beneficios de consumir amaranto», agregó.
Mientras tanto, Hernández Garciadiego indicó que los problemas de nutrición en México podrían aminorarse si el consumo de dicho alimento se impulsa.
«Vivimos dos infiernos en México: El de la desnutrición y el del sobrepeso. Es importante recuperar la dieta de la triada de amaranto, frijol y maíz, alimentos mexicanos porque combina todos los aminoácidos esenciales para el organismo», afirmó.
SE PRODUCE EN DIVERSAS PARTES DE MÉXICO
Como dato curioso, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca, y Alimentación (Sagarpa) plantea que «con el volumen de la producción mexicana de amaranto se podría repartir una ‘alegría’, dulce típico mexicano, a cada uno de los 4.6 millones de niños del Estado de México». Es cultivado principalmente en la Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Michoacán y Oaxaca, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
En 2015, el mayor productor de amaranto fue Tlaxcala, estado que aportó 56 por ciento del volumen nacional, con 4 mil 795 toneladas; siguió Puebla, con 2 mil 234; después el Estado de México, con mil 061; la capital del país, con 150, y el resto se obtuvo en Morelos, Oaxaca, Guanajuato y San Luis Potosí, durante los meses de enero, febrero, octubre, noviembre y diciembre.
Sin embargo, Hernández Garciadiego aseguró que la Sagarpa «no tiene ni idea en realidad» de en qué entidades y en qué cantidades se está sembrando el amaranto. «Las cifras hay que tomarlas con cautela porque no son 100 por ciento confiables, son apenas una aproximación», dijo.
Además, el pseudocereal tradicional mexicano, señala el Atlas Agroalimentario 2016, de la Sagarpa, es exportado a nueve países, principalmente a Estados Unidos, seguido por Italia, Canadá y Chile.
La Conabio destaca que los amarantos se han adaptado y diversificado en ambientes modificados, principalmente en terrenos agrícolas, donde se han domesticado especies y variantes para producción de grano:
-El amaranto, huautli o alegría de México (Amaranthus hypochondriacus) con sus razas azteca, mercado, mixteco, Nepal y picos.
-El amaranto, huautli o alegría de México y Centroamérica (A. cruentus) con sus razas sudamericana, mexicana, guatemalteca y africana.
-El kiwicha, milmi o sangorache (A. caudatus) en los Andes de Sudamérica.
En la India es conocido como rajgira, que significa «semilla rey»; ramdana, «semilla enviada por Dios» y es utilizado para la elaboración de dulces similares a la «alegría». Asimismo, fue uno de los principales cultivos de la época prehispánica, ya que era utilizado para la alimentación, además de fungir como la planta ceremonial de mayor relevancia entre los aztecas.