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El amago de Trump de no aceptar los resultados de la elección le genera críticas hasta en su partido

20/10/2016 - 1:24 am

Trump duda del sistema electoral de su país y  encuesta de CNN da como vencedora a Hillary Clinton con un 52 por ciento.

La Candidata a La Presidencia De Eu Por El Partido Demócrata Hillary Clinton Y Su Rival Del Partido Republicano Donald Trump Durante Su Debate En La Universidad De Nevada En Las Vegas Foto Efe
La Candidata a La Presidencia De Eu Por El Partido Demócrata Hillary Clinton Y Su Rival Del Partido Republicano Donald Trump Durante Su Debate En La Universidad De Nevada En Las Vegas Foto Efe

Washington, 20 oct (EFE).- El insólito rechazo del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, a confirmar si aceptará el resultado de unas elecciones «amañadas» marcó la pasada noche el tercer y último debate con su rival demócrata, Hillary Clinton.

Aunque ya había expresado en mítines y entrevistas sus dudas sobre la limpieza de los comicios, la teoría conspirativa de Trump resonó esta noche con enorme fuerza al esgrimirla frente a Clinton y ante millones de telespectadores que siguieron el careo, celebrado en Las Vegas (Nevada) en horario de máxima audiencia televisiva.

Preguntado por el moderador del choque dialéctico, Chris Wallace, de la cadena conservadora Fox News, sobre si acatará el veredicto de las urnas en los comicios del próximo 8 de noviembre en caso de que gane la ex secretaria de Estado, el magnate optó por el «suspense».

«Se lo diré en su momento. Voy a mantener el suspense», contestó el multimillonario neoyorquino, quien culpó a la prensa «corrupta» y «deshonesta» de haber «envenenado las mentes de los votantes», que participarán en unos comicios «amañados».

«Permítame responder a eso, porque eso es horrible», se apresuró a decir Clinton.

«Tenemos 240 años. Hemos celebrado elecciones libres y justas. Hemos aceptado los resultados cuando no nos han podido gustar y eso es lo que debería esperarse de alguien en el escenario de un debate durante unas elecciones generales», espetó la ex primera dama.

Trump soltó su «bomba» a menos de tres semanas de las elecciones, lastrado por sus recientes escándalos sexuales y en un momento en que todas las encuestas vaticinan un descalabro electoral del empresario de los hoteles y los casinos.

La sorprendente acusación del multimillonario, sin precedentes en un aspirante presidencial de un gran partido en la historia moderna de Estados Unidos, acaparó automáticamente las portadas de los medios y las tertulias políticas del país norteamericano.

«Es una noche muy triste para nuestro país. Es la primera vez en la historia de nuestro país que (un candidato) tiene tan poca fe en nuestras instituciones y nuestro pueblo», afirmó, visiblemente airado, el analista político Van Jones en la cadena CNN.

Desde el propio Partido Republicano, cuya cúpula ha perdido la paciencia con el impulsivo magnate y le ha retirado su apoyo, voces como la del respetado senador Lindsey Graham criticaron a Trump por sus infundadas alegaciones de manipulación en el sistema electoral.

«Como muchos estadounidenses, tengo confianza en nuestra democracia y nuestro sistema electoral. Durante este debate, el señor Trump está haciéndole al partido y al país un gran daño al seguir sugiriendo que el resultado de estas elecciones no está a su alcance y está ‘amañado’ en su contra», subrayó Graham.

«Si él pierde, no será porque el sistema esté ‘amañado’, sino porque él fracasó como candidato», concluyó el senador, quien compitió por la nominación presidencial con el empresario en las elecciones primarias republicanas.

Tanto revuelo causó el magnate, que su jefa de campaña, Kellyanne Conway, aseguró, tras el debate, que el aspirante republicano «aceptará» los resultados de las elecciones «porque las ganará».

Trump lanzó su órdago horas después de que su hija mayor, Ivanka, indicara también que su padre «hará lo correcto» y, gane o pierda, admitirá el resultado del próximo 8 de noviembre.

El multimillonario agitó el fantasma del fraude electoral en un debate de hora y media muy bronco en general, en el que ambos candidatos no se dieron la mano para saludarse ni al principio ni al final, cuando Trump incluso llamó a Clinton «mujer desagradable».

El careo también dejó otros momentos muy comentados, como cuando la ex Secretaria de Estado acusó al empresario de ser la «marioneta» del Presidente ruso, Vladímir Putin, a quien Trump ha elogiado en numerosas ocasiones.

Según una encuesta de la CNN hecha entre 547 votantes que vieron el debate, el 52 por ciento dio como vencedora a Clinton, frente al 39 por ciento que vio al magnate como ganador, aunque quizás el careo estuvo algo más igualado de lo que refleja ese sondeo.

A juicio de Aaron Kall, experto en debates electorales de la Universidad de Michigan, la aspirante demócrata ofreció esta noche, al igual que en los dos choques presidenciales anteriores, la imagen del candidato «más regular y equilibrado».

«Sintiendo que la victoria está en sus manos, Clinton hizo todo lo que pudo para llegar a los votantes republicanos y moderados, cuyo apoyo necesitará para un gobierno exitoso y la aprobación de su programa legislativo», explicó Kall.

A juicio del experto, poco puede trastocar ya el «sustancial liderazgo» de Hillary Clinton en las encuestas a nivel nacional y en estados indecisos clave, a menos que se cruce en su camino hacia la Casa Blanca un «gran suceso inesperado».

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