La postura de Trump es totalmente contraria a la del gobierno del presidente Barack Obama, que impuso sanciones económicas a Rusia por anexarse el territorio ucraniano hace dos años.

Naciones Unidas tampoco desea que los países reconozcan a Crimea como parte de Rusia, y algunos republicanos de alto rango han hecho una firme defensa de Crimea contra lo que describen como una agresión rusa.

En una entrevista transmitida el domingo por la cadena ABC, Trump insinuó que los habitantes de Crimea preferirían ser parte de Rusia.

Sin embargo, Estados Unidos no ha reconocido la legitimidad de los referéndums efectuados por Rusia en Crimea y considera que carecieron de transparencia.

Trump también dijo que no participó en la elaboración de la plataforma política del Partido Republicano que suavizó el apoyo a brindar asistencia a Ucrania.

Aunque la plataforma no es prorrusa, los partidarios de Trump impidieron que se agregara una referencia a proveer armas a Ucrania.

En el pasado, el director de la campaña de Trump, el estratega político Paul Manafort, cabildeó a favor de Viktor Yanukovyuch, expresidente de Ucrania y partidario del mandatario ruso Vladimir Putin.

Manafort descartó que él o alguien más del equipo de campaña de Trump hubieran impulsado los cambios en la plataforma política republicana.

En respuesta a otras preguntas sobre las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, Trump refutó las insinuaciones de que tiene un tipo de relación con Putin con quien —dijo— ni se ha reunido ni conversado por teléfono.

A la pregunta de por qué había dicho muchas veces antes que tenía una relación con Putin, Trump señaló que no comprende qué significa «tener una relación».