La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, aseguró que el objetivo militar de Rusia es el desmantelamiento de Ucrania a través de las anexiones de las regiones de Donbás, Jersón y Zaporiyia; así como de la designación de «funcionarios apoderados ilegítimos en las zonas controladas por Rusia».
Por Edith M. Lederer
NACIONES UNIDAS, 30 de julio (AP).— La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas afirmó el viernes que ya no debería haber duda de que Rusia tiene la intención de desmantelar Ucrania “y disolverla del mapa mundial por completo”.
Linda Thomas-Greenfield dijo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Washington está observando cada vez más indicios de que Rusia está sentando las bases para tratar de anexionarse las provincias de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania, y las regiones de Jersón y Zaporiyia, en el sur, incluyendo el nombramiento de “funcionarios apoderados ilegítimos en las zonas controladas por Rusia, con el objetivo de celebrar falsos referéndums o decretos para unirse a Rusia”.
El Ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov “ha llegado a afirmar que este es el objetivo de la guerra» del Kremlin, agregó.
Lavrov señaló el domingo durante una cumbre árabe celebrada en El Cairo que el objetivo de Moscú en Ucrania es liberar a su pueblo de un “gobierno inaceptable”.
Russia is tearing families apart.
It is sending children to remote regions away from their homes.
And it is forcibly replacing people’s passports and attempting to impose Russian identity over the national identity of Ukrainian citizens. pic.twitter.com/faX5X5VU4k
— Ambassador Linda Thomas-Greenfield (@USAmbUN) July 29, 2022
En una aparente sugerencia de que el objetivo bélico de su país va más allá de la región industrial del Donbás, formada por Donetsk y Luhansk, Lavrov dijo: “Ayudaremos al pueblo ucraniano a deshacerse del régimen, que es absolutamente antipopular y antihistórico».
El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, afirmó el viernes en el Consejo de Seguridad que “la desnazificación y la desmilitarización de Ucrania se llevará a cabo por completo”.
“Ya no debe haber más una amenaza de este tipo para el Donbás, ni para Rusia, ni para los territorios ucranianos liberados donde, por primera vez en varios años, la gente puede sentir finalmente que pueden vivir como quieren», indicó.
Polyansky advirtió también a las naciones que envían artillería de largo alcance y proyectiles MLRS tierra-tierra que están desplazando “la línea de seguridad provisional” aún más hacia el oeste, “y al hacerlo aclaran aún más las metas y objetivos de nuestra operación militar especial”.
Thomas-Greenfield criticó a los países que dicen que “la seguridad de una nación no debería producirse a expensas de la de otra”, preguntándoles cómo califican la invasión rusa de Ucrania. Aunque no nombró a ningún país, esta es una afirmación muy repetida por China, que su embajador adjunto ante el organismo internacional, ONU, Geng Shuang volvió a pronunciar el viernes.
La enviada estadounidense mencionó la existencia de evidencia sobre las crecientes atrocidades, como los supuestos bombardeos de escuelas y hospitales, “el asesinato de cooperantes y reporteros, los ataques a civiles que tratan de huir, la brutal ejecución» de residentes en Bucha, un suburbio de la capital ucraniana, Kiev, donde, según las autoridades locales, cientos de personas fueron asesinadas durante la ocupación rusa.
Según Thomas-Greenfield, hay pruebas de que las fuerzas rusas “han interrogado, detenido por la fuerza y deportado a unos cientos de miles de ciudadanos ucranianos, incluyendo menores, apartándolos de sus casas y enviándolos a regiones remotas del este”.
Casi dos millones de refugiados ucranianos han sido enviados a Rusia, según funcionarios ucranianos y rusos. Kiev presenta estos viajes como traslados forzosos a suelo enemigo, lo que se considera un crimen de guerra. Pero Moscú dice que se trata de evacuaciones humanitarias de víctimas de guerra que hablan ruso y están agradecidas por tener un nuevo hogar.