El Fiscal de distrito del Bronx, en Nueva York, explicó que la niña estuvo agonizando durante tres horas antes de perder la vida.
Los Ángeles, 30 de junio (La Opinión).– Julissia Batties era el nombre de una niña de siete años que era víctima de violencia por parte de su propia madre y su medio hermano.
Si bien la abuela paterna Yolanda Davis luchó por obtener la custodia de la menor, las autoridades optaron por la madre, Navasia Jones, de 35 años, para cuidarla pese a sus antecedentes de maltrato.
En agosto de 2021 llegó la peor noticia de todas, la infante había muerto tras ser víctima de múltiples agresiones y abusos sexuales en un período corto a manos de su mamá y hermano.
El Fiscal de distrito del Bronx, en Nueva York, Darcel D. Clark, explicó que la niña estuvo agonizando durante tres horas antes de perder la vida. Estaba mal herida y su madre no llamó al 911 hasta que un familiar le dijo que lo hiciera. Los paramédicos, una vez que llegaron, confirmaron que la menor no tenía pulso ni signos vitales.
Los acusados dieron a conocer que la niña se había caído de las escaleras y se había golpeado con varios objetos; sin embargo, la autopsia de ley desmintió lo dicho por los familiares y aseguró que había muerto por un traumatismo contundente en el estómago, mismo que le desgarró los órganos internos.
Además, arrojó que fue sodomizada y que su cuerpo tenía signos de abuso sexual. El hermano Paul Fine Jr. confirmó que había abusado de ella y que su mamá lo había encubierto.
Después de 11 largos meses, por fin fueron aprehendidos. Están detenidos ahora, sin derecho a fianza, acusados por asesinato, homicidio involuntario y por poner en peligro el bienestar de un niño. En el caso del joven, quien también enfrenta cargos por abuso sexual, deberá comparecer el 5 de julio, mientras que la madre el 12 de septiembre.
“Estoy extremadamente feliz por este arresto. Finalmente puedo comenzar el proceso de curación. Tomó casi un año entero, pero está aquí y estoy listo para que este proceso continúe (…) La extraño todos los días. La extraño todo el tiempo. Soy su voz y nunca me voy a callar”, dijo al NY Post el padre de la menor, Julius Batties.