A sólo unos días de alcanzar lo 91 años de edad (el próximo 12 de septiembre), el Palacio de Bellas Artes le rinde homenaje a la gran actriz de la Época de Oro del cine mexicano: Silvia Pinal. Desde este recinto se recuerdan las siete décadas de trabajo de la pionera del teatro de comedia musical arriba del escenario y enfrente de las cámaras del cine y la televisión.
Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).–La Diva del Cine de Oro Mexicano, Silvia Pinal, fue homenajeada desde Palacio de Bellas Artes este lunes donde a sus 90 años de edad, se recordó su trayectoria ante su familia, amigos, colegas y autoridades culturales.
«Me siento tan emocionada en este momento. Me siento llena de cosas. La gente que siento que me quiere, el teatro que lo amo», dijo Silvia Pinal arriba del escenario por su homenaje.
La actriz, que llegó en silla de ruedas en compañía de su hija Alejandra Guzmán, fue recibida entre aplausos que no pararon durante toda la ceremonia.
Durante una ceremonia inaugurada por la actriz Diana Bracho, que ha compartido en múltiples ocasiones escena con Pinal, se recordó la carrera de la pionera del teatro musical en México que encontró en el cine el punto fulminante al protagonizar grandes piezas cinematográficas como Viridiana (1961), del director español Luis Buñuel, que le valió la Palma de Oro en Cannes.
«Ser una actriz es saber aprender todo los días. Hay que estudiar, hay que estar al día. Uno no puede dormirse en sus laureles, o sea que uno tiene que tener lo mejor, estar preparado, dar el dolor de pecho en el momento que se necesite. Estar al día», fueron las palabras que emanaron de una grabación de la actriz durante la ceremonia mientras en la pantalla se proyectaban imágenes de sus cintas.
«Me gusta disfrutar la vida y todo lo que tengo. Yo trabajo todos los días”, agregó.
Repasar la relación de Silvia con Buñuel fue la primera sesión en la que se reflexionó durante este homenaje en el que participaron los críticos de cine Leonardo García Tao y José Antonio Valdés Peña.
«Yo soy fan de Silvia Pinal, mi padre también lo era. Es una admiración heredada. Uno ve su trayectoria y carrera y ve que es una mujer talentosa. Es una prodigiosa la carrera de Silvia Pinal. Una mujer muy sensual», comentó García Tao.
Para José Antonio Silvia “una actriz todo terreno. […] Silvia va más allá, canta baila, hace drama, es una fatale del cine negro”.
“Siempre se dice que qué suerte Silvia Pinal de trabajar tres veces con Luis Buñuel, pero también que suerte tuvo Buñuel de trabajar tres con Silvia Pinal. Él encontró una actriz perfecta para sus tres caracterizaciones en Viridiana, El Ángel Exterminador y Simón del desierto”, destacó García Tao.
Su hija Silvia Pasquel fue la primera en hablar. Subió al escenario para recordar ante el público sus primeros pasos de la actuación y hacer todo un recorrido en que compartió escena con los grandes como Pedro Infante y Germán Valdés «Tin tan».
«Me siento muy contenta. Una noche de remembranza y reconocimiento a la ‘Gran Diva del Cine’, mi madre, la gran Silvia Pinal”, pronunció.
La parte musical del homenaje arrancó con una pieza presidida por su nieta Stephanie Salas a la que le seguirían Alan Estrada, Fela Domínguez y Bianca Marroquín, que le dedicó unas palabras:
«Querida Silvia en nombre de todas las mujeres que se dedican al teatro musical, gracias por el ejemplo de disciplina y compañerismo, por todo lo que contagias y por toda tu inagotable vitalidad», resaltó.
Los actores Angélica Aragón, Roberto D’Amico, Alberto Estrella, el director Francisco Franco Alba, Gabriela de la Garza, el crítico Álvaro Cueva, María Rojo dedicaron unas palabras durante el homenaje a la actriz sobre sí quehacer artístico.
UNA VIDA EN LA ACTUACIÓN
La actriz mexicana Silvia Pinal, la última actriz de la Época de Oro del cine mexicano (1933-1964), nació en Guaymas, Sonora, un 12 de septiembre de 1931.
Silvia tomó el apellido Pinal de su padrastro Luis G. Pinal, un periodista y político que se casó con su madre María Luisa Hidalgo Aguilar. Su verdadero padre Moisés Pasquel, director de orquesta de estación radiofónica mexicana XEW, no la reconoció hasta de Silvia tenía ya once años de edad.
El acercamiento con el arte de Silvia fue desde temprana edad. Ella deseaba hacer del arte su profesión, pero impedida por su padrastro terminó por estudiar mecanografía. Sin embargo, se empeño por estudiar también ópera, disciplina en la que no cosechó frutos.
Después de que su belleza fuera descubierta en el concurso Princesa Estudiantil de México, Silvia fue motivada para tomar cursos de actuación en Bellas Artes bajo la dirección de grandes maestros como Carlos Pellicer, Salvador Novo y Xavier Villaurrutia.
Silvia grabó algunas comedias radiofónicas en la XEQ, a la par comenzó a ser más teatro. Un sueño de cristal fue la primera puesta que protagonizó, y poco después saltó al cine con Bamba (1949), junto Carmen Montejo.
Poco a poco, Silvia se hizo notar por su talento. El cine ya no soltó y le dio grandes aciertos en los que se encuentran Un extraño en la escalera (1954), Un rincón cerca del cielo (1952), El inocente (1955) o La mujer que yo perdí (1949).
Referencia aparte merecen las tres películas que filmó bajo las órdenes del cineasta español Luis Buñuel, Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1964), mismas películas que la actriz describió como lo más «maravilloso» de su carrera que la consagró.
«Trabajar con Buñuel fue maravilloso, fue la consagración de mi carrera en el cine», dijo la actriz a la agencia Efe en 2016. «El momento más culminante de mi carrera fue cuando me dieron la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes en 1961 (por su actuación en Viridiana)», dijo.
En la escena política mexicana, Pinal también fue Diputada federal y asambleísta de la Ciudad de México, siempre por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
«Participar en la política ha sido algo maravilloso; son experiencias que no tengo cómo pagarle a la vida porque haber sido diputada, asambleísta, senadora fue un regalo de Dios porque ser senadora es un premio para los políticos, un premio a la gente que ayuda», contó en una conferencia en el Palacio de Minería cuando presentó su libro Esta soy yo.
En 384 páginas, la última gran diva de espectáculo mexicano desgranó su vida para sus seguidores en todas sus facetas, ahí mismo explicó por qué no se fue a la «Meca del cine», Hollywood, pues ella fincó las primeras piedras para la comedia musical en el país.
«Yo ya estaba empezando a trabajar en el teatro, actuando en la obra Ring, ring, llama el amor (1958) -primera comedia musical que se hizo en México- con mucho éxito, y la había hecho Judy Holliday en Estados Unidos, y el representante de Holliday vino a verme a la Ciudad de México y después de ver la función entró a decirme que si quería irme a Los Ángeles, Estados Unidos», relató.
Pinal dijo que no le costó trabajo decidir. «Yo ya tenía mi nombre en México, estaba actuando, haciendo teatro y películas. Era una buena oportunidad pero la verdad no quise; estaba yo muy a gusto y sigo muy a gusto. Alguna vez me pregunté, pero creo que hice lo mejor: quedarme aquí», expuso.
LA DINASTÍA PINAL
Su vida personal ha sido turbulenta. Estuvo casada con el actor cubano Rafael Banquells (1947-1952), con el empresario Gustavo Alatriste (1961-1967), con el mexicano-venezolano Enrique Guzmán (1967-1976) y con Tulio Hernández Gómez (1982-1995).
De esos matrimonios nacieron la actriz Sylvia Pasquel, la cantante Alejandra Guzmán, su hermano Luis Enrique, y Viridiana Alatriste, quien falleció en un accidente automovilístico a corta edad.
La primera actriz creó una familia llena de talentos, pues sus hijas, nietas y bisnietas han continuado con su legado en diferentes áreas.