La vida actual conlleva un uso constante y, en ocasiones, indiscriminado de las tecnologías. Lo anterior puede afectar en gran medida a nuestra salud visual, por lo que un experto explica cuáles son las recomendaciones para proteger nuestra vista de las pantallas.
Madrid, 27 de marzo (Europa Press).- Los confinamientos derivados de la pandemia de COVID-19 y el uso cada vez más frecuente de las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria constituyen una combinación que está afectando de lleno a uno de nuestros sentidos más valiosos, la vista.
«Con la pandemia, pasamos menos tiempo al aire libre y más horas frente a las pantallas. Nuestros ojos están preparados para adaptarse a nuevas necesidades visuales, pero las condiciones de visualización a las que estamos sometiéndolos desde hace dos años no están resultando inocuas para su salud», asevera el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.
Además de la aparición de problemas recientes como la denominada fatiga visual digital, otros trastornos más clásicos, como la miopía, no dejan de aumentar su incidencia. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha alertado de que la mitad de la población mundial puede llegar a ser miope en el año 2050.
Como explica el experto de Cinfa, «la miopía se debe a un defecto de enfoque por el que las imágenes de los objetos lejanos no se forman en la retina sino por delante de ésta». «En consecuencia, existe visión borrosa de lo lejano aunque de cerca se sigue viendo con claridad», añade al respecto.
MÁS TIEMPO EN CASA Y TELETRABAJANDO
La frecuencia de este problema está aumentando a un ritmo acelerado, sobre todo entre niños y adolescentes, que son quienes más han integrado las nuevas tecnologías en sus actividades del día a día y, a su vez, quienes más han visto mermado su tiempo en el exterior y de exposición a la luz del sol.
«Los más pequeños se ponen diariamente frente a la pantalla, tanto para una rutina académica como para relacionarse con sus amigos, entretenerse en las redes sociales, ver videos o jugar. Así, la vista se fuerza de una forma excesiva y prolongada a una distancia demasiado próxima de un objeto que, para colmo, emite luz y no presenta el mismo grado de contraste que la imagen sobre papel, por ejemplo. En cambio, estar al aire libre conlleva mirar de forma natural a objetos más lejanos, con la consiguiente relajación del ojo. Por eso, el sobresfuerzo ocular de los niños y jóvenes se ha agravado en los dos últimos años, debido a la pandemia y los confinamientos, que los han mantenido más tiempo en casa», resume el doctor Maset.
En la población adulta también parece estar produciéndose un aumento de síntomas visuales, como visión borrosa, sequedad ocular o fatiga ocular, relacionados con el uso prolongado de las pantallas. «La generalización del teletrabajo en condiciones no siempre ideales, el recurso cada vez más frecuente a las videoconferencias y videollamadas en el ámbito laboral y personal respectivamente, así como el aumento del tiempo que los adultos dedicamos a las pantallas para entretenernos o informarnos están también pasando factura a nuestra vista», explica el experto de Cinfa.
Por este motivo, es necesario que tanto los niños y jóvenes como los adultos redoblemos en esta época los esfuerzos para cuidar nuestra visión. «Cada vez hay más evidencias de que la práctica de actividades al aire libre durante la infancia reduce la incidencia de la miopía y ralentiza su progresión. También es muy importante controlar el tiempo que nuestros hijos e hijas dedican a las pantallas, así como asegurarnos de que realizan las debidas pausas para descansar la vista. Y, en casa, es primordial que el puesto de trabajo o de estudio reúna las características adecuadas de iluminación ambiental, humedad y ergonomía visual que ahorre a nuestros ojos esfuerzos innecesarios», añade el doctor Maset.
DIEZ CONSEJOS
1. No te quedes en casa. Aumenta el número de actividades que realizas en el exterior en tu día a día. Este consejo es especialmente importante en el caso de los niños y adolescentes, que deberían permanecer al aire libre al menos una o dos horas diarias.
2. Reduce el tiempo que dedicas a las pantallas. El trabajo o los deberes nos obligan a menudo al uso constante de los monitores, pero sí podemos controlar el que tiempo de ocio que dedicamos nosotros y nuestra familia al móvil, la tableta o la televisión.
3. Cuida la iluminación en tu entorno de trabajo. Sea en casa o en la oficina, la luz debe estar concentrada en la zona de estudio o lectura, pero el resto del espacio no debe quedar a oscuras. Si la iluminación natural no es suficiente, puedes complementarla con lámparas. Y es muy importante que no pases tiempo leyendo el móvil a oscuras justo antes de dormir.
4. No trabajes frente a una ventana. La luz que penetre a través de ella puede hacer difícil la adaptación ocular al brillo de la pantalla.
5. Mantén textos y pantallas a unos cuarenta centímetros. La mejor distancia para leer es la que hay, aproximadamente, entre el codo y el puño. Cuando leas, debes mantener los antebrazos apoyados sobre el plano de trabajo y, cuando mires la pantalla del ordenador, tus ojos han de formar con ella un ángulo de noventa grados.
6. Trabaja con un monitor en buenas condiciones. Su imagen debe ser nítida y no emitir destellos, parpadear o vibrar. Si es posible, usa un filtro o protector de pantalla y ajusta el brillo del monitor para rebajar su intensidad.
7. Realiza descansos periódicos. Se debe descansar la visión durante dos minutos cada media hora. No dediques esa pausa a mirar tu móvil, sino a hacer ejercicios como girar los ojos de arriba abajo y de derecha a izquierda o a enfocar objetos lejanos para relajar la acomodación.
8. Parpadea con frecuencia. Es muy importante acordarse de parpadear con frecuencia mientras trabajas y/o estudias, ya que una visión próxima que requiere concentración inhibe el parpadeo. Este es un mecanismo natural de secreción lagrimal y limpieza de la superficie ocular.
9. Hidrata tus ojos. Si aun parpadeando a menudo sufres sequedad ocular, puedes recurrir a soluciones individuales de lágrima artificial. Y, por supuesto, bebe mucha agua a lo largo del día. Incluso, refrescarse el rostro con agua fría puede ser muy útil.
10. Revisa tu vista cada año y medio o dos años. Este estudio oftalmológico debe llevarse también a cabo en el momento en que notes fatiga visual, dolores de cabeza, modificaciones en la visión de lejos o de cerca o que disminuye el rendimiento en los estudios o el trabajo.