El Festival Internacional de Cine Guanajuato reconoció la trayectoria de la actriz Blanca Guerra y la productora Mónica Lozano, mujeres que se han abierto un lugar dentro de la industria cinematográfica en México.
San Miguel de Allende, Guanajuato, 26 de julio (SinEmbargo).- La actriz Blanca Guerra y la productora Mónica Lozano fueron homenajeadas en el marco del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) en su edición número 25 que se lleva a cabo en la ciudad de San Miguel de Allende.
La Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, dirigida por Mitzuko Villanueva, en alianza con el festival de cine otorgaron la Cruz de Plata y el premio Musa, reconocimientos con el que año con año celebran la trayectoria de mujeres que han ayudado a cambiar los aspectos industriales, comerciales y artísticos del cine con su trabajo.
«Es un proyecto cerca de mi corazón de muchos años. La idea de reunirnos dentro de la industria cinematográfica nace en Guanajuato, hace 21 años por la necesidad de hacer working, de comunicar nuestros proyectos, de buscar apoyos, de buscar igualdad en esta industria. Creo que México debe estar orgulloso de este camino, de estos 21 años, porque hoy en día es uno de los países con índices más altos en el mundo del cine en tener dentro de la dirección son más el 55 por ciento sin directoras mujeres y adentro de la producción son el 65 por ciento», destacó Sarah Hoch, directora del GIFF durante el homenaje.
Blanca Guerra, actriz que encontró su amor a la actuación gracias al teatro ha recorrido también la televisión y el cine con gran éxito entregando personajes inolvidables.
En el cine, Blanca ha actuado para cintas como Perro callejero, El imperio de la fortuna, Días difíciles, Santa sangre, Principio y fin, Un embrujo, Danzón, En medio de la nada, Salón México y Su alteza serenísima, por mencionar algunas.
«Cuando me invitan a este reconocimiento tomo consciencia de lo afortunada que he sido, de a todo lo que me ha llevado esta carrera que han sido muchas gratificaciones, un montón de gente maravillosa con la que me he topado, con la que he crecido, me han llevado a ser lo que soy ahora con los proyectos que me he desempañado, los personajes de los que me he vestido y los que he prestado todo mi sueño», destacó la actriz conmovida a las lágrimas por su reconocimiento.
Guerra, que también a brillado en televisión por con producciones como Lo que el cielo no perdona, Al filo de la muerte, Si Dios me quita la vida, Velo de novia, Alma de hierro y Abismo de pasión, reflexionó sobre el avance de las mujeres dentro de la industria audiovisual, un camino que reconoce ha crecido, pero del que aún hay mucho por recorrer.
«Creo que sí es evidente que las mujeres han logrado un posicionamiento importante dentro de la industria cinematográfica, y no sólo en la cinematográfica, sino en la cultural de este país en todas las áreas. Hay muchas presencia femenina muy talentosa que ha demostrado que puede eso y más», reflexionó.
Mónica Lozano también viajó hasta este pueblo mágico para recibir sus reconocimientos. Desde uno de los auditorios del Centro Cultural Ignacio Ramírez “El Nigromante”, la productora fue homenajeada por su gran trayectoria en la que suma con más de con 70 créditos en cintas mexicanas.
«Todos saben que mi entrada al mundo del cine fue una casualidad, pero ¿acaso no son casualidad todas las cosas que pasan? El guión estaba escrito sin yo saberlo», sentenció.
Lozano, que ha participado desde el años 2000 en películas como Amores Perros de Alejandro González Iñárritu, Ciudades oscuras, Nicotina, Voces inocentes, Arráncame la vida, Presunto culpable, Colosio: el asesinato, No se aceptan devoluciones, Las oscuras primaveras, ¿Qué culpa tiene el niño?, Sueño en otro idioma y El diablo entre las piernas de Arturo Ripstein, reflexionó el camino para los mujeres dentro de una industria tan demandante como la audiovisual cuando se es madre:
«Cuando eres el sostén de tu casa es muy difícil conciliar el mundo familiar y profesional, pero siempre lo que me ha movido es apoyarlos [a sus hijos] a cumplir sus sueños, sean felices y sean un ejemplo de tenacidad. Compromiso, dedicación y amor a sus hijos e hijas. Hoy cómo me gustaría que a este dilema no se tuvieran que enfrentar nuevas generaciones de mujeres, que los roles sean verdaderamente compartidos».
Mónica, que tuvo sus inicios en la Secretaría de Desarrollo Social y Cultural del Gobierno de Ciudad de México, encontró en el cine su camino que la ha llevado hasta dirigir la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
«Tuve que aprender a moverme dentro de un mundo conformado por hombres en un año que no estaba acostumbrado a ver mujeres en los principales puestos públicos, esa experiencia para mí lo fue todo, de ella aprendí a mandarme con un perfil discreto, a escuchar todas las visiones desde un punto de vista, aprender a conciliar y generar acciones concretas, para que agilizar las trabas con las que el sistema estaba acostumbrada a operar», culminó.
