El cartón de Patricio que ilustra esta columna es utilizado con autorización expresa de su autor.
Regina Martínez, asesinada el 28 abril de 2012, se sentía espiada. Así se lo dijo a varios colegas; dos de ellos me lo han reconfirmado esta semana, a pregunta expresa.
Pocos crímenes tan crueles: la torturaron, la golpearon terriblemente. La lógica de la tortura, el patrón, le diría hasta al más pinche de los investigadores que los asesinos de la periodista querían información.
En la madrugada, poco antes del amanecer de ese día, Regina fue ahorcada. Encontraron su cuerpo (molido a golpes) en el baño porque una vecina avisó que los homicidas no se preocuparon en cerrar la puerta de su casa.
El Gobierno de Veracruz presentó a dos individuos como presuntos culpables. Habló de un “crimen pasional”. Pero los detenidos acusaron tortura y sus huellas dactilares, las muestras de sangre y el ADN no coincidieron. Ni su historia, en lo absoluto, checaba. La revista Proceso, para quien trabajaba Regina, dijo que NO creía en la investigación.
Nadie se tragó, pues, esa bolita de mierda disfrazada de chocolate Ferrero Rocher y al día de hoy, si uno le pregunta a los colegas periodistas de Veracruz, el gran sospechoso de este crimen es Javier Duarte de Ochoa, hoy preso en Guatemala. Y así lo decían, poco después del asesinato, los que estuvieron cerca de ella. Quienquiera por allá.
Hoy existen más datos y el más pinche de los investigadores podría atar sus propios cabos: la periodista se sentía espiada porque muy probablemente era espiada.
Regina investigaba los desvíos de dinero público en el Gobierno de Veracruz. Una de sus fuentes era Fernando Yunes Márquez, dicho por ella en corto y a veces citado en algunas notas.
Yunes Márquez, como su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, son y eran enemigos cantados de Javier Duarte. No sé si los Yunes son mejores o peores que Duarte, pero de que están enfrentados a muerte, lo están.
Duarte de Ochoa veía en ellos un verdadero peligro para sus aspiraciones, para su futuro en Panamá, Bahamas, Miami o Presidencia (uno nunca sabe). Los Yunes le atravesaban en los planes.
Y al menos Yunes Márquez hablaba con ella, con Regina. Era fuente.
El informe “El Estado de la vigilancia, fuera de control” de noviembre de 2016, realizado por la Red de Defensa de los Derechos Digitales (R3D) –los mismos de #GobiernoEspía–, coloca a la Fiscalía de Veracruz como la entidad pública mexicana que más vigilancia de ciudadanos realizó en los últimos años.
Sólo la Procuraduría General de la República (PGR), con los datos disponibles, le gana.
Miles de ciudadanos fueron espiados por Duarte. Miles. Eso dicen los datos duros.
Seguramente Regina Martínez se sentía espiada porque era espiada. Y seguramente la espiaban porque significaba un peligro para los planes de Duarte de Ochoa, que justo en esos años había emprendido una de las operaciones de saqueo de recursos públicos más descarada de la historia reciente en México.
Da escalofrío pensar que en el amanecer del 28 abril de 2012, Regina Martínez era escuchada mientras la torturaban. Y que quienes la escuchaban, no hicieron nada porque no quisieron o porque eran parte de lo mismo.
La ahorcaron, y es muy probable que en los minutos en los que ella intentaba jalar oxígeno, desesperada, debilitada por los golpes, una entidad pública mexicana estaba escuchando todo.
Eso dicen los datos reunidos. El más pinche de los investigadores podría, si quiere, atar sus propios cabos.
***
Rubén Espinosa, asesinado el 31 de julio de 2015 en la Ciudad de México, se sentía espiado. Así se lo dijo a varios colegas. Lo dijo públicamente.
Nadia Dominicque Vera Pérez, asesinada junto con Rubén, se sentía espiada. Y así lo dijo, también.
Los dos culpaban abiertamente a Javier Duarte de Ochoa de las amenazas que recibían.
Los dos dijeron que si algo les pasaba, volteáramos a ver a Duarte de Ochoa.
Y todos volteamos a ver a Duarte de Ochoa. Todos, excepto quienes debían: ni la inútil FEADLE de Ricardo Nájera Herrera, ni la inútil Procuraduría de Miguel Ángel Mancera.
–Acuérdate de lo que le pasó a Regina Martínez –le dijeron a Rubén mientras cubría, un 20 de noviembre, la madriza que Duarte ordenó ponerle a maestros y estudiantes porque protestaban.
Rubén, Nadia y Regina se sentían espiados porque muy probablemente eran espiados.
Y da escalofrío pensar que eran escuchados mientras los torturaban.
Y da escalofrío pensar que fueron asesinados mientras una entidad pública mexicana escuchaba todo.
***
Uno de los creadores del informe que reventó The New York Times la semana pasada (#GobiernoEspía) me contó esto: que los gobiernos estatales gastaron en los últimos años enormes cantidades de recursos públicos en sistemas de espionaje, y que vigilan a miles y miles de personas, a diario.
No sólo escuchan: tienen sus direcciones y con la geolocalización, pueden recrear sus hábitos.
Saben a quién le llamas.
Saben qué dices cuando hablas, incluso cuando tu teléfono está apagado.
Saben con quién te reúnes.
Saben con quién te escribes, por paquetería de mensajes o por correo.
Saben a dónde vas.
Saben cuándo te vuelves un peligro –finalmente para eso es el espionaje– para sus intereses.
Y si eres periodista, muy probablemente saben qué vas a publicar.
También me dijo, el coautor de ambos informes, que es muy probable que varios de los periodistas asesinados (él suma a Miroslava Breach) fueran escuchados por alguna entidad pública, federal o estatal, hasta el día en que murieron.
No tengo un testimonio directo de Javier Valdez, quizás porque nunca tocamos el tema, pero un colega me dice que también se sentía vigilado, que creía que tenían intervenido su teléfono.
Me reuní con este coautor del informe #GobiernoEspía y del anterior, “El Estado de la vigilancia, fuera de control”, porque a mi celular llegaron mensajes como los denunciados esta semana. Me dijo que muchos colegas y activistas tienen la misma sensación que yo: haber recibido mensajes para inyectarles el malware.
Y me dijo que es muy probable que el Gobierno espiara a muchos de los periodistas y activistas que luego resultaron asesinados.
Saco conclusiones nada más, con los datos que tengo. Y podría preguntar: Qué, ¿los espían y, cuando son incómodos, los matan? ¿Para eso es la vigilancia, para saber en qué momento uno deja de existir?
No acuso a nadie. Los datos que reúno aquí y allá, sin embargo, me dicen esto:
1. O es una casualidad bárbara que estos niveles de espionaje coincidan con la racha de asesinatos de periodistas y defensores, o,
2. De plano, hay más espionaje y más asesinatos porque el espionaje y los asesinatos son parte de lo mismo: porque se espía para matar.
Y sí, pueda que yo sea el peor de todos los investigadores (porque ni investigador soy), pero a eso me huele todo esto. Por desgracia.
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Por lo que leo y converso aquí y allá, no creo que se trate de una persona en particular, pero sí de personas muy específicas, las que están detrás del espionaje. Si hubiera una comisión no gubernamental e independiente que tuviera todas las facilidades para investigar, seguramente daría con culpables.
Sobre el mapa de los políticos, los contratos y las empresas que venden a los gobiernos el software para espionaje, caminan personas. En las oficinas de gobierno dedicadas a espiar, hay nombres y apellidos.
Meses atrás me marcó un periodista de Puebla para contarme que le habían dejado un sobre en su puerta. Dentro del sobre se detallaba (además de contener una “sábana” de nombres) a quiénes espiaba Rafael Moreno Valle, entonces Gobernador. Lo publicamos. Salió más. Seguimos publicando. No pasó nada.
Pero no es el único Gobernador (ahora ex Gobernador) que se ha visto metido en escándalos de escuchas. De Enrique Peña Nieto para abajo, son montones. Y nadie ha dado una sola explicación; no hay una investigación, ni mala, ni fea, ni seria, ni confiable.
Sería terrible saber que existen, por ejemplo, hasta las grabaciones de los asesinatos de periodistas o activistas, ¿por qué no? En estricto sentido, si pueden escuchar tus llamadas pueden también usar tu teléfono como micrófono y como cámara. A eso da acceso Pegasus, por ejemplo; esas garantías ofrecen NGO y Hacking Team, dos empresas dedicadas a venderle a los políticos mexicanos las herramientas para espiar ciudadanos.
Es terrible saber que con nuestro dinero se espía. Pero serían unos verdaderos HDSPM si se descubre que, además, con nuestro dinero se mata.
Esta actividad delincuencial , el espionaje, no se limita a los gobernadores. Va más arriba: hasta la Presidencia de la República. Desgraciadamente, todas las voces que se han escuchado pidiendo justicia y que se castigue a los responsables de cometer este ilícito, con el paso de muy pocos días quedarán reducidas a nada. Así es nuestro país, México, lugar en que estamos de la patada, pero raramente se castiga a los verdaderos y grandes culpables de la situación tan grave por la que pasamos.
Sr. Paez su columna resulta increiblemente real pero espeluznante, es decir, el solo hecho de pensar que espiaron para matar a los perodistas y que tal vez los escuchaban morir es digno de un cuento de terror.
No me queda duda alguna que los gobiernos (desde EPN para bajo) pasaran a la historia como lo peor de lo peor, todos los dias pienso que ya tocamos fondo que ya no puede haber mas y vea cada dia nos despertamos con algo peor y todavia nos falta mas de un año….
Aunque parezca muy críptico, las conclusiones son bastante acertadas luego de analizar fríamente.
El gobierno comete un doble delito: usan recursos públicos para espiar a periodistas, y de paso son los autores intelectuales de esos asesinatos. Con Duarte no queda la menor duda posible de que así fue. Y los casos de Valdez y de Breach me llevan a pensar lo mismo.
¿Que me dicen de las amenzas de muerte en contra de Héctor Suárez por ejemplo? Obviamente también lo tienen en la mira y está siendo espiado. Por que ellos tienen en la mira a todo periodista crítico, activista social o bien un opositor que represente un peligro para sus oscuros intereses.
Lo peor es que EPN dijo públicamente que habrán represalias a quienes acusan al gobierno de espionaje. O sea todo un patán dictador autoritario.
A estas alturas de la decadencia crónica de México, no me sorprende que ellos escucharon la tortura de los periodistas a quienes claramente enviaron matar.
En el caso de la Narvarte creo que si hay en este momento datos y resultados es por la investigación que Mancera ordeno se hiciera, y que si este terrible asesinato hubiera ocurrido en la época Lopez-Ebrard siquiera hubiera salido a la luz publica
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que amargado esta persona que escribe, que flojera terminar de leer este tipo de columnas que solo hablan cosas negativas y tan agresivo, peleado con la vida y llevarse entre las patas a todo el que quieraa, que al caso mancera
Y tú que estúpido eres y que inconsciente. Vives en un mundo de fantasía, telenovelas y futbol. A ver cuando te alcanza la realidad. IGNORANTE.
El que se acostumbre a las malas mañas es porque así le han educado y nadie puede dar lo que no tiene .
Honradez , honestidad , transparencia , lealtad, humildad , justicia , son palabras que no está en el diccionario de nuestro actual hibirrno
Si MAM no fuera el jefe de gobierno les puedo apostar que no habría investigación del asesinato de estos chicos es mas nunca nos hubiéramos enterado de este asesinado
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afortunadamente mancera ya esta trabajando para que los periodistas puedan trabajar con mayor proteccion, y esperemos que con ayuda de la conago esto se aplique en todo el pais
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Don Alejandro: Como siempre mi admiración y mi respeto. Abrazo fuerte
Y de donde obtenia informacion Yunes Marquez para darsela a Regina Martinez, si ni cargo público tenia en ese momento ese hijo de Yunes Linares.
Buenos días señor Varela, acabo de terminar de leer su artículo, tiene usted razón en demasiados puntos, el gobierno mexicano y en general la mayoría de los gobiernos en el mundo cuentan con algún sistema de “monitoreo” interno, sinembargo un puñado que se pueden contar con los dedos de una mano son los más sofisticados y EU es el peor literalmente son las SS de Hittler y no es una alusión simplemente, literalmente la CIA y la NSA fueron en realidad proyectos de control estatal traidos por los “científicos” nazis “rescatados” durante la infame operación “Paper Clip”, la NASA fue fundada por Von Braun ingeniero en jefe de las SS y consentido de Himmler, el proyecto de los cohetes Saturno y de las pruebas con las primeras V2 capturadas se llevo bajo la supervisión de un equipo enteramente formado por cientificos nazis, los ingenieros de los EU no sabían como armar los fusibles infrarrojos de los detonadores de las primeras armas nucleares, fueron los nazis quienes les enseñaron y muchos líderes políticos y militares consiguieron una admistía permanente, claro trabajando para EU.
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Le estoy contando esto porque a México le tienen preparada la misma receta que cuando se dividieron Yugoslavía, por eso las carcajadas y paparruchas de Trump con eso de venderle petroleo a México, ya lo tienen todo y el gobierno Méxicano, parece haber claudicado, la pregunta es ¿cuando le piensan decir al pueblo de México la verdad que no hay un futuro para ellos más que el de una colonia estilo África?. Se robaron todo, sacaron agua hasta secar el pozo, los políticos y varias personas de la élite mexicana ya están sacando a sus familias del país, los EU se posicionan y afilan garras y colmillos, los Europeos esperan también que sacan de tal carnicería cual hienas esperan arrebatarle la presa al león y los sionistas Israelís sueñan en cuentas alegres de cuantos “Goyim” mexicanos les tocan…
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Que tenga una buena semana señor Varela.
el destino de México es verdaderamente terrible si antes estaba en manos de ladrones, curruptos y asesinos ahora estara en manos de verdaderos monstruos por que la élite mexicana no pudo prever que todo tiene un límite:
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” Mi destino ya no está en las estrellas, porque he roto la alianza Caldea al busca poder sobre los Zonei. He pisado la luna y ésta ya no ejerce más poder sobre mí. Las líneas de mi vida han sido borradas por mi vagar en el Yermo, encima de las letras escritas en los cielos por los dioses. Incluso ahora puedo oír a los lobos aullando en las montañas, tal y como lo hicieran esa fatídica noche, invocan mi nombre y los nombres de otros. Temo por mi carne, pero más aún por mí espíritu.”
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H.P Lovecraft.