México

Moreno Valle metió al PRD hasta consejeros; no quiere Los Pinos, sino esposa Gobernadora, acusan

25/05/2017 - 12:05 am

El ex Gobernador de Puebla, el panista Rafael Moreno Valle Rosas, tiene un pie dentro del Partido de la Revolución Democrática en Puebla desde hace muchos años y hoy, que ve que su aspiración presidencial para 2018 se aleja en el Partido Acción Nacional, busca apoderarse plenamente del Sol Azteca en esa entidad para impulsar la candidatura de su esposa Martha Erika Alonso Hidalgo a la gubernatura del estado en 2018, acusaron directivos del Comité Ejecutivo Estatal perredista.

Su principal operador, afirman, es el hoy Diputado federal perredista Luis Maldonado Venegas, quien es ex priista como el propio Moreno Valle y quien fuera Secretario de Educación y luego de Gobierno en el sexenio del panista en Puebla.

Moreno Valle, además, tiene el respaldo de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, líderes de la corriente perredista Nueva Izquierda, con quienes hizo coalición para su candidatura al Gobierno de Puebla, y con la que fue mandatario del estado del 1 de febrero de 2011 al 31 de enero de 2017.

Ciudad de México, 25 de mayo (SinEmbargo).– El ex Gobernador panista de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, hace años que puso “el pie” en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Ahora, dice la dirigencia estatal del Sol Azteca en aquella entidad, con sus aspiraciones presidenciales reducidas, Moreno Valle Rosas busca apoderarse completamente del Comité Ejecutivo Estatal perredista para impulsar a su esposa, Martha Erika Alonso Hidalgo, como candidata de una coalición izquierda-derecha al Gobierno del estado en 2018.

La injerencia de Rafael Moreno Valle en el perredismo de la entidad, dice Socorro Quezada Tiempo, presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de PRD poblano, inició desde que se convirtió en candidato al Gobierno de ese estado por parte de una coalición entre estos dos partidos más Convergencia –ahora Movimiento Ciudadano (MC)– y Nueva Alianza (Panal), en 2010.

A partir de entonces, agrega la dirigente, el panista ha promovido el ingreso de personajes “afines a él” a las filas del perredismo y a cargos clave en el servicio público.

El principal operador “morenovallista”, de acuerdo con Quezada Tiempo, es el hoy Diputado federal perredista Luis Maldonado Venegas, también ex priista veracruzano que incluso fue secretario general adjunto del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor en 2000 y, en 2009, dirigente nacional del Partido Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano.

Moreno Valle y Maldonado Venegas, de acuerdo con datos oficiales, coincidieron primero como diputados federales en la LIX legislatura, de 2003 a 2006, y luego en la LX, entre 2006 y 2009, cuando ambos fueron senadores.

En 2011, al ganar el Gobierno del estado, Moreno Valle nombró a Maldonado Secretario de Educación Pública del estado y, en 2013, Secretario General de Gobierno; posición desde la cual tuvo que responder, en 2014, por el desalojo policiaco de manifestantes en el poblado de San Bernardino Chalchihuapan, que terminó con un menor asesinado.

Ese mismo año, y luego de contar con el apoyo sobre todo de la corriente perredista Nueva Izquierda –fundada por el ex dirigente nacional, Jesús Ortega Martínez–, Maldonado Venegas fue aceptado en el Partido del Sol Azteca, entonces dirigido por Jesús Zambrano Girjalva, y a cuyo comité Ejecutivo Nacional llegó en 2015 como coordinador de Enlace Estratégico.

El PRD también enlistó a Maldonado Venegas ese 2015 como candidato a Diputado por el principio de representación nacional y, una vez en la Cámara, fue nombrado presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Otro político que es parte del equipo de Moreno Valle y que terminó en las filas del perredismo, por el cual fue diputado local, de acuerdo con la dirigencia estatal del Sol Azteca, es Antonio Gali López, hijo del actual mandatario panista Antonio Gali Fayad y, como éste, parte del gabinete del ex Gobernador, quien concluyó su administración el 31 de enero pasado.

Y, otro, identifica la dirigente, es Carlos Martínez Amador, también ex Diputado local priista, ex Diputado local perredista y ahora director general de los Colegios de Bachilleres del Estado de Puebla.

Si bien en un inicio la intención de la injerencia “morenovallista” en el perredismo era fortalecer su aspiración presidencial en 2018, el objetivo ahora, afirma Quezada, es imponer a su esposa como candidata de otra coalición para la elección por el Gobierno del estado el próximo año.

“Él quiere apoderarse completamente de la dirigencia estatal del PRD, para lo que les conviene, que sería hacer a su señora esposa candidata de una posible coalición y también, ¿por qué no?, Gobernadora de este estado, y continuar gobernando este estado”, dijo Quezada en entrevista.

Esto, especifica, una vez que sus aspiraciones presidenciales han enfrentado la “guerra interna” del panismo, donde avanzan las candidaturas de Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y del propio dirigente nacional actual, Ricardo Anaya Cortés.

“Afortunadamente no le dan las cuentas; no le llega a la primera posición que tiene Margarita Zavala en ese partido; durante seis años, los panistas se hicieron a un lado; pero, una vez que Moreno Valle deja de ser Gobernador, regresan a Puebla y están dando una batalla férrea para detener su avance como candidato de la Presidencia”, dice Quezada.

Más apoyo tiene Moreno Valle entre los perredistas de su equipo. Martínez Amador, por ejemplo, ha sido identificado en denuncias consignadas en diversos reportes de prensa como uno de los impulsores de un proceso de afiliación masiva de trabajadores de esa institución educativa que, presionados por la renovación de sus contratos, terminaron inscritos en el PRD.

“Trabajadores del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Cobaep) sí fueron afiliados al Partido de la Revolución Democrática (PRD), según se advierte en una primera comparación de su padrón de militantes con la nómina de esa institución educativa”, reportó el periódico estatal e-consulta.

“Los documentos a los que tuvo acceso e-consulta exhiben que trabajadores del Cobaep ya aparecen en las filas del PRD, afiliados en los últimos meses por Nueva Izquierda, grupo afín al gobernador Rafael Moreno Valle, y que disputa el control del partido con el FIP, sector perredista liderado por el senador Luis Miguel Barbosa”, agregó el reporte, de noviembre de 2016, cuando Martínez Amador era secretario general del PRD en Puebla.

El resultado fue un aumento de 90 mil a 230 mil presuntos nuevos militantes perredistas en el estado en menos de tres años; población, dice Quezada, con la que el “morenovallismo” considera quedarse con la dirigencia estatal del PRD, a renovarse en noviembre próximo.

Esta “militancia”, sin embargo, precisa, no forma parte de la estructura activa del partido, formada por unos 30 mil ciudadanos de los que un 16 o 20 por ciento pueden operar a favor de Moreno Valle.

UN GOBIERNO CON SALDO NEGATIVO

El saldo del Gobierno de Moreno Valle en Puebla, que terminó el 31 de enero pasado, incluye fenómenos delictivos como el asesinato de mujeres que, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Derechos Sociales y Reproductivos, es de hasta 250 casos en los últimos cinco años; 82 de ellos, o un 32.8 por ciento, tan sólo el año pasado.

También, una deuda pública que si bien ante la Secretaría de Hacienda registraba sólo 8 mil 608 millones de pesos, en realidad, como reportó en agosto la Auditoría Superior de la Federación, fue de 24 mil millones de pesos.

Otro delito que si bien cobró notoriedad nacional este 2017 pero que creció en Puebla en los últimos años es el del robo de combustible; problemática en la que participan personas con armas de uso exclusivo del Ejército Mexicano y que se ha extendido por diferentes municipios de la entidad.

Delito, dice Quezada, que no fue combatido por Moreno Valle con la fuerza con la que, en cambio, dice, actuó en contra de sus opositores políticos.

Y es en ese contexto, afirma Quezada, se dio incluso la detención del alcalde perredista de Atzitzintla, José Isaías Velázquez Reyes, integrante de la corriente Frente Izquierda Progresista y acusado por la Fiscalía Estatal de haber entregado a un grupo de detenidos a la delincuencia organizada que después los asesinó.

Acusaciones que, de acuerdo con la perredista, se están desvaneciendo en el proceso judicial.

“Hemos sido agraviados como perredistas, esas son las consecuencias (de la coalición con el PAN)”, dice.

“Empezó desde 2010, y fue con todas las corrientes, con Héctor Bautista [de Alternativa Democrática Nacional], Jesús Ortega [Nueva Izquierda], Miguel Barbosa [del Frente de Izquierda Progresista]; con todas las corrientes del partido empezó y los permitieron. Cuando yo busqué a Andrés Manuel López Obrador para tratar de evitarlo, alguien que nos apoyara, él no pudo simplemente nunca recibirme para contener esta coalición con el pan en 2010, y se lavó las manos, se dio la vuelta y dijo que era un asunto que ustedes tienen que resolver. [A Alejandra Barrales, actual dirigente nacional del PRD] no le interesa más que la Ciudad de México”, agrega.

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