Autoridades estatales llevaron a cabo la destrucción de estos vehículos blindados de forma artesanal que presuntamente fueron utilizados por grupos criminales para la comisión de delitos.
Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).- La Fiscalía General de la República (FGR) destruyó este domingo 23 vehículos blindados denominados «monstruos«, presuntamente utilizados por personas pertenecientes al crimen organizado en Tamaulipas.
Los «monstruos», con blindaje artesanal, estarían relacionados con 13 expedientes elaborados en el periodo de marzo a junio del año en curso.
A través de la Fiscalía Especializada de Control Regional (FECOR), y en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se llevó a cabo la demolición en cumplimiento al Programa Destino de Bienes y Objetos del Delito, dispuesto en el Código Nacional de Procedimientos Penales.
La destrucción se llevó a cabo en las instalaciones de la Fiscalía General de la República, ubicada en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
Para el desarrollo de las diligencias, se contó con la presencia del Ministerio Público de la Federación (MPF), quien coordinó el evento de identificación.
También asistieron autoridades militares, peritos oficiales y personas del Órgano Interno de Control (OIC) de la FGR, quien verificó que el procedimiento se llevara a cabo en los términos de la norma aplicable.
Los cárteles del narcotráfico en el país usan estos «monstruos» blindados artesanalmente para proteger sus cargamentos de droga de grupos rivales, de acuerdo con el Ejército mexicano.
La mayoría son camiones pesados que han sido blindados en talleres clandestinos, principalmente en Tamaulipas. Algunos de ellos tienen capacidad para llevar a bordo 12 tiradores.
El nombre de “monstruos” se debe a su aspecto siniestro y a que se desplazan de noche, hora en la que sólo resaltan sus luces, simulando unos ojos que ruidosamente avanzan por oscuros senderos para proteger y escoltar en rutas de trasiego de narcóticos.
Una de las rutas más conocidas para trasladar drogas desde Centroamérica es un solitario camino sin pavimentar que comienza en la Laguna Madre del Golfo de México y llega hasta el pueblo de San Fernando, Tamaulipas.