Lima, 23 oct (dpa) – El cardenal peruano Juan Luis Cipriani fue denunciado ante la Fiscalía por presunta complicidad en “violación de menores y omisión de denuncia”, anunció hoy la ONG Instituto de Defensa de los Derechos del Menor (IDDEREM), autora de la acción.
El IDDEREM especificó que los casos denunciados son los mismos reunidos en el libro “Mitad monjes, mitad soldados”, del periodista Pedro Salinas, que ha destapado uno de los peores escándalos de la historia del catolicismo en el Perú al desnudar abusos cometidos dentro del grupo católico ultraconservador Sodalicio de Vida Cristiana.
Según la denuncia, Cipriani, como moderador del Tribunal Eclesiástico, se abstuvo de actuar pese a que ya hace cuatro años las víctimas lo pusieron al tanto de lo que ocurría en el grupo dirigido por los laicos Luis Fernando Figari y Germán Doig, este último ya fallecido y ex candidato a la beatificación.
“Nada hizo el cardenal en todo este tiempo”, sostuvo el presidente del IDDEREM, Daniel Vega, respecto al arzobispo de Lima.
La ONG también denunció al procurador del Sodalicio, Enrique Elías Dupuy, y al presidente del Tribunal Eclesiástico, obispo Víctor Huapaya Quispe, quienes “se habrían coludido para buscar la impunidad y seguir promoviendo delitos similares contra cientos de indefensos estudiantes, niños y adolescentes”.
El jueves, el fiscal general, Pablo Sánchez, anunció que su institución ya investiga las denuncias contra los líderes del grupo, formado en 1971 por profesores y alumnos de colegios de la clase alta limeña.
Para especialistas, la posibilidad de que la Fiscalía formule una denuncia contra Figari queda abierta, con lo que se podría pedir su extradición desde Roma. El líder del Sodalicio está “recluido” en un departamento en el Vaticano como castigo por sus actos.
El libro de Salinas, considerado por él mismo como la punta del iceberg, reúne 30 testimonios de ex sodálites (nombre que se les da a los miembros del grupo), en su mayoría anónimos, que afirman haber recibido maltratos psicológicos y sexuales.
Aunque los casos se conocían desde años atrás, lo que derivó en el traslado de Figari y la cancelación del proceso para convertir a Doig en beato, todo se mantenía básicamente bajo silencio, hasta que Salinas, ex soládite y hoy uno de los periodistas más prestigiosos del Perú, publicó el libro esta semana.
El Sodalicio ha reconocido en dos comunicados la existencia de los abusos, los ha lamentado, ha presentado disculpas a las víctimas y ha asegurado que tiene disposición a colaborar para un eventual proceso a Figari por parte de la Justicia.
La posibilidad, sin embargo, tiene obstáculos, pues en el Perú la violación prescribe y lo hecho por Figari, Doig y otros jerarcas del Sodalicio ya pasó los tiempos establecidos.
Para amplios sectores de la opinión pública peruana, Figari, de 67 años, debe recibir un castigo de la Justicia. Aunque el Sodalicio habla de un confinamiento en el Vaticano, los datos de migración demuestran que el laico pasa largos períodos en Lima sin ninguna restricción.
