¿Cómo te explicas que un país mate a su poeta nacional?

23/08/2015 - 12:03 am

¿Cómo te explicas que un país mate a su propio poeta nacional? La pregunta sonó como un trueno en medio de una entrevista que le hice hace unos años al escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya, sin exagerar una de las mejores plumas de la Latinoamérica contemporánea, con novelas formidables como El ascoLa diabla en el espejo y La sirvienta y el luchador, entre otras.

“El Salvador es bastante hostil para la literatura, porque pese a que ya no se tiene el mismo grado de animadversión que se tenía antes hacia todo lo literario, tanto la izquierda como la derecha despreciaban la literatura y a todo lo que tenía que ver con un escritor. ¡Por eso mataron a Roque Dalton (San Salvador, 1935 – cerca de Quezaltepeque, 1975)!”, explicaba Horacio, un hombre muy cercano a México, donde vivió durante varios años en los ’90.

De Roque Dalton solía hablar el chileno Roberto Bolaño (1950-2003) y de hecho En Los detectives salvajes, el entrañable García Madero roba de la Librería del Sótano un libro de poemas del trágico poeta salvadoreño, asesinado por sus compañeros de la guerrilla, quienes lo acusaron primero de ser agente de la CIA y luego de ser un espía al servicio de Fidel Castro.

Tenía apenas 40 años cuando su cadáver –con un tiro en la cabeza-fue abandonado en la selva a merced de las fieras, que lo despedazaron.

Es interesante ver la “evolución” de uno de sus asesinos, Joaquín Villalobos, ex integrante de la  Comisión Militar del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), quien terminó trabajando al servicio de la organización fascista salvadoreña ARENA, del Gobierno mexicano de Carlos Salinas de Gortari (persiguiendo zapatistas en la selva Lacandona) y del ex Presidente colombiano Álvaro Uribe en la lucha sangrienta contra el narcotráfico en dicho país sudamericano.

En 2010, Villalobos vino a México para hablar en Los Pinos ante el cuerpo diplomático y el gabinete del entonces Presidente Felipe Calderón y evaluar positivamente la que hoy sabemos fallida y devastadora Guerra del Narco. Nada mal para un traidor y homicida de su compañero de lucha, si se lo piensa con lógica.

Recordé a Dalton por un amigo argentino, decidido a pasar los meses que faltan para que en octubre se lleven a cabo las elecciones nacionales que terminarán con dos periodos de Gobierno de la Presidente Cristina Kirchner, mirando películas y evitando la televisión, nido de debates furiosos que los medios opositores libran con la esperanza de minar la figura de Daniel Scioli, el candidato que lidera las encuestas.

“Ya tengo una decisión tomada y no quiero enfermarme de los nervios escuchando las mentiras y sufriendo las operaciones de prensa. A Scioli le van a tirar con todo de acá a octubre”, decía mi amigo, quien en su nueva afición cinematográfica halló un documental dedicado al poeta argentino y guerrillero Paco Urondo (Santa Fe, 1930 – Guaymallén, Mendoza, 1976).

¡Paco Urondo! El gran poeta contemporáneo de Juan Gelman (1930-2014) –fueron muy amigos y compartieron la lucha política- que hoy se levanta como un mito desde la trágica y reciente historia sudamericana, donde se acuñó el concepto de desaparecidos que hoy ha renacido en México con furia inusitada y cifras que aumentan sin cesar.

Desaparecida está la hija primogénita de Paco: Claudia Urondo (1953-1976).

Desaparecida está su tercera esposa, Alicia Raboy (1948-1976), “levantada” por los militares en Mendoza, el fatídico día en que asesinaron a Paco, luego de que un ex compañero de militancia lo marcara en una cita, en una de las tantas delaciones surgidas de la tortura salvaje que la Junta encabezada por el ex Dictador Rafael Videla practicaba a mansalva.

LA PALABRA JUSTA

La palabra justa se llama la película dedicada al poeta del invencionismo, educado en torno a la revista Poesía Buenos Aires, fundada por Raúl Gustavo Aguirre (1927-1983).

El filme, dirigido por Daniel Desaloms, está completo y con buena calidad en YouTube. Conmueve y revela episodios ignorados de un escritor, dramaturgo y guionista de cine a quien no se le ha reconocido su valioso aporte a la literatura en español.

Precisamente, en el documental aparece el conocido intelectual Noé Jitrik, quien se lamenta por la elección política y de lucha armada elegida por Paco en una época donde había que pronunciarse de un lado o del otro de la militancia.

Se da a entender que el pase de las FAR a Montoneros y su férrea adhesión al combate le vinieron a Paco por sus convicciones, claro está, pero también como un acto de amor a su hija Claudia, una muchacha muy formada intelectualmente, llena de ideales y valiente a la hora de defenderlos.

“Cuando abandonó la vida intelectual,  dejé de verlo”, afirma Jitrik no sin cierta nostalgia y mal sabor de boca.

Uno de los momentos más estremecedores de la película es cuando se revelan los desencuentros que Urondo tuvo con la dirección de Montoneros, que lo juzgaba por su vida personal, entre otras cosas porque había abandonado a su compañera sentimental Lili Massaferro (1926), para comenzar a formar pareja con Alicia Raboy, 18 años más joven que él.

Era la época en que militancia política y vida personal conformaban una esfera unitaria y donde los actos íntimos eran evaluados por una lente pública y a menudo implacable.

En dicho contexto, Paco es “desplazado” hacia el interior de Argentina, como castigo a sus vaivenes amorosos. La película cuenta entre otras cosas que uno de los destinos adonde Urondo había pedido expresamente no ser trasladado era Mendoza, donde había vivido y mucha gente lo conocía.

La dirección de Montoneros ignoró su clamor y lo envió nomás a una muerte segura a Mendoza, lugar donde efectivamente fue asesinado.

¿Por qué no se rebeló y con ello salvó su vida?

¿Cómo hubieran sido los libros, los poemas, de un escritor brillante, si hubiera dado un paso al costado de la lucha política y hubiera dedicado todos sus esfuerzos y energías a la literatura?

Con prólogo de Juan Gelman, en 1998 se publicó la antología Poemas de batalla. Fue la época en que también se reeditó su novela Los pasos previos. En 2006, la editorial Adriana Hidalgo, publicó su Poesía Completa.

“Ya no soy/de aquí: apenas me siento una memoria/ de paso. Mi confianza se apoya en el profundo desprecio/ por este mundo desgraciado. Le daré/ la vida para que nada siga como está”, escribió Paco cuando en 1976 asumió la Junta Militar en Argentina.

En su país, donde los represores fueron juzgados y condenados a prisión, nada sigue como entonces, entre otras cosas, gracias a Paco Urondo.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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