Antes del accidente nuclear de Chernobyl las poblaciones de mamíferos se reducían por la actividad del hombre; tras el abandono de la zona, la vida silvestre comenzó a recuperarse.
Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).– Un estudio recientemente publicado en la revista científica Current revela que a pesar del accidente nuclear de Chernobyl (1986), la población de la vida silvestre no se ha visto afectada, sino todo lo contrario: se detectó un aumento del número de mamíferos en la región. Esto, tras el distanciamiento del hombre.
El accidente de Chernobyl es uno de los más graves en la historia de la energía nuclear, y la radiación que liberó tuvo consecuencias devastadoras en la salud de la población humana expuesta. Después de evacuar a más de 116 mil personas de forma permanente de la llamada «zona de exclusión», la vida silvestre se mantuvo en el sector abandonado.
Tres décadas después, los estudiosos encontraron que los efectos de la radiación y las reducciones pronunciadas en las poblaciones de vida silvestre sucedieron en tasas muy inferiores como para considerar un impacto significativo:
«Nuestros datos empíricos a largo plazo no mostraron evidencia de una influencia negativa de la radiación sobre la abundancia de mamíferos. [De hecho] las abundancias relativas de los alces, corzos, ciervos rojos y jabalíes en la zona de exclusión de Chernobyl son similares a las de cuatro reservas naturales (no contaminadas) de la región. Y la población del lobo es siete veces mayor», señalaron en el estudio.
Durante una conferencia sobre el tema, Jim Smith, científico ambiental de la Universidad de Portsmouthin del Reino Unido y coautor del estudio, expresó que «no estamos diciendo que la radiación es buena para los animales, lo que estamos diciendo es que la presencia humana es peor […] Cuando se eliminan los seres humanos, la naturaleza florece, incluso en las secuelas del peor accidente nuclear del mundo», cita la revista Science.
Este estudio rechaza hipótesis anteriores que proponían que (1) la abundancia de mamíferos estaba correlacionada negativamente con los niveles de contaminación radioactiva, (2) que la densidad de los mismos era menor en la zona de Chernobyl en comparación con cuatro reservas naturales no contaminadas de Bielorrusia y (3) que la densidad de grandes mamíferos disminuyó en los primeros 10 años posteriores al accidente.
Así pues, los científicos encontraron aumento del número de especies y especificaron que la densidad de su población se había visto reducida antes del accidente debido a la caza, la agricultura y la silvicultura por lo que «no pueden separar los efectos probables positivos del abandono humano de la zona de exclusión de Chernobyl».
Aunque los autores reconocen que su estudio no aborda daños específicos en individuos (como lo han hecho otros estudios que aseguran que existieron daños para la vida silvestre tras el accidente), ellos consideran que la investigación «representa una evidencia única de la capacidad de recuperación de la fauna silvestre en la cara de la tensión crónica por radiación».
«Los resultados […] ayudarán a la sociedad a hacer un balance entre los impactos negativos para la vida silvestre que tienen origen en la mayor exposición crónica a radiación, y el alivio [de las presiones en los ecosistemas naturales] tras la eliminación de los seres humanos», concluye el artículo.