El artista grafitero Said Dokins y el colectivo Lapiztola realizan un mural de 50 metros en los muros del taller Okupa Visual, en Oaxaca, para clamar por la aparición de los 43 de Ayotzinapa
Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).- Que determinar si hubo o no normalistas en el quinto camión no nos quite el foco de atención verdadera: nos faltan 43 y todavía los esperamos vivos, tal cual se los llevaron.
Esa es la consigna de los cientos de organizaciones de derechos humanos, colectivos de artistas y líderes de opinión que no abandonarán la lucha por verdad y justicia en uno de los crímenes de estado más cruentos e inexplicables de los últimos años en México.
A un día de otra conmemoración por aquellos estudiantes que perdieron la vida en La Matanza de Tlatelolco, con la presencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Iguala, las palabras de Rosario Ibarra dan testimonio a una gestión artística y militante que dan rostro a los 43 de Ayotzinapa en Oaxaca.
“Saldrás de cualquier lugar, en cualquier parte, a recibirme y abrazarme, y recuperaré en ese abrazo, todos los soles que me han robado”.
“El abrazo ausente. Soles robados” es un mural realizado por el colectivo de esténcil Lapiztola y el artista visual y calígrafo Said Dokins el 26 de septiembre en los muros del taller Okupa Visual, ubicado en la calle de Melchor Ocampo y la Noria, en el centro de Oaxaca.
El abrazo ausente es un abrazo a esa persona que no está, que fue desaparecida y que aún su madre, hermana o amigos esperan encontrar.
La iniciativa artística se plegó así a lo que fue llamada “La marcha de la dignidad”, convocada por familiares de los normalistas en el Zócalo capitalino del Distrito Federal para conmemorar el año de desaparición de los estudiantes, en la que participaron más de cien mil personas.
El mural tiene más de 50 metros cuadrados y según su autor intenta hacer un paralelismo entre la represión a los movimientos políticos durante la Guerra Sucia de los ’70 y ’80 –citando la lucha del Comité Eureka-, por parte del entonces Presidente Luis Echeverría, con el actual mandatario Enrique Peña Nieto y su responsabilidad en “la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas, de la brutal violencia y represión en Tlatlaya y de múltiples homicidios y violaciones a Derechos Humanos durante su mandato”. Se trata de las palabras que Rosario Ibarra, líder del Comité Eureka (Comité Pro-Defensa de Presos Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México) encontró en un viejo periódico de Colombia, pensadas y escritas por algún desaparecido imaginando su libertad.
El artista también comentó la preocupación que existe de que varios murales sean borrados: “hay una serie de amenazas, multas por parte del Municipio para borrar los murales ubicados en el centro de la ciudad, esto me parece preocupante ya que cada una de estas intervenciones responde a momentos específicos de la historia de la ciudad, del país y son parte ya de la identidad del lugar”, dijo Said Dokins.
¿QUIÉN ES SAID DOKINS?
Said Dokins nació en la ciudad de México en 1983. Estudió Artes Visuales y Filosofía y Letras en la UNAM. Recientemente cursó el seminario Zonas de Disturbio, dirigido por Mariana Botey y Cuauhtémoc Medina en el MUAC. Se dedica al arte en espacio público, investigación y prácticas de graffiti, performance, instalación, intervención y videoarte.
Su proyecto reciente es la curaduría de la muestra internacional Intersticios Urbanos, llevada a cabo en el Centro Cultural de España, de agosto a octubre.
“La orientación de mi trabajo se dirige a la reflexión de nuestra sociedad con respecto a su historia, el símbolo de la muerte en relación al conflicto de poder, destrucción, supervivencia y discursos explicativos del mundo como mecanismos de control de regímenes impuestos; problemas muy antiguos que se reflejan en nuestra situación actual”, explica el artista en su blog.
“En mi creación cotidiana, la urbe es mi principal foco de acción, pues encuentro en la calle infinidad de niveles y mecanismos de operar y relacionarme con las personas; me valgo de diversos modos de hacer como graffiti, caligrafía, performance, instalación, intervención y videoarte”, afirma.
“El territorio urbano me ha tragado y siempre he vivido en grandes ciudades, a pesar de que conozco la calle, todo el tiempo me sorprende la cantidad de manchas y colores que veo en la ciudad, los conflictos y las penurias, la actitud defensiva de los que aquí vivimos, la multitud y la disfuncionalidad de la ciudad”, agrega.
Lapiztola es un colectivo de arte en espacio público conformado por Roberto Vega J., Rosario Martínez y Yankel Balderas -diseñadores y arquitecto., surgido en el 2006 cuando se generó una revuelta política y social en Oaxaca.
Los miembros del colectivo explican que este levantamiento dio pie para armar un movimiento de grafica social en la ciudad, donde propios y extraños aportaban obra callejera en protesta por el descontento de lo que pasaba en ese momento.
“Cuando tenemos oportunidad de trabajar en la calle queremos que la pieza que pintamos sea como un grito en la pared, manejando el arte urbano en cierto sentido como protesta, intentando hacer un diálogo visual con la sociedad, usando como soporte técnico, el esténcil y la serigrafía, creando módulos o tapices impresos para después si es posible intervenirlos y lograr así una gráfica urbana, que logre darle un carácter personal al espacio”, informan.