Las protestas que ha orquestado el cártel de los Caballeros Templarios (CT) en distintos puntos de Michoacán son una forma de distracción para que las fuerzas federales se concentren en las manifestaciones y que el grupo delictivo pueda movilizar la droga que trafica a otros lugares del país, señala la firma de inteligencia Stratfor.
«Las fuerzas federales han estado atacando a los Caballeros Templarios, así como a La Familia Michoacana, y el aumento de la presencia militar dificulta las actividades de contrabando de los Caballeros Templarios, el grupo ha reportado tener dificultades para recibir los envíos de precursores de metanfetaminas y mover el producto terminado al norte de la frontera para generar ingresos», dice la firma de inteligencia.
El pasado 13 de julio se llevó a cabo una protesta en Apatzingán en la que los lugareños exigían a través de pancartas, que las fuerzas federales salieran de la entidad y que dejaran en paz a los Caballeros Templarios pues la organización era quien los protegía y velaba por su seguridad.
Días después de la marcha, reseña Stratfor, tres grabaciones de conversaciones telefónicas fueron dadas a conocer por la prensa local. En ellas, un líder del cártel daba instrucciones a su interlocutor para que todos los residentes y dueños de los negocios en Apatzingán participaran en la marcha. El líder advirtió que aquellos que no asistieran serían acreedores «una multa», señala la firma el informe.
Para Stratfor, tanto la protestas como la difusión de las grabaciones tienen dos motivos: «Primero, hay una gran posibilidad de que la presencia de la prensa mexicana haya convertido la marcha en el evento de lanzamiento de una campaña de propaganda en Michoacán que presione a las fuerzas federales a irse. Otra posible motivo es distraer a las autoridades».
El texto sugiere que si las fuerzas federales se concentran o ponen atención en una manifestación es posible que la organización criminal se movilice con mayor facilidad para traficar la droga.
«En una de las conversaciones grabadas, aparentemente un jefe ordenó a un subordinado a movilizar a cientos de personas en Apatzingán y realizar la marcha de inmediato. Cuando el subalterno dijo que los arreglos ya se habían hecho, el jefe accedió a que se continuara con una operación de tráfico de drogas», publica.
Stratfor reitera su tesis: «No podemos determinar el desarrollo de todos los hechos, pero una protesta bien publicitada podría ser una forma efectiva de asegurar que la mayor parte de las fuerzas federales en el estado se concentran en – o sean removidas a – un área en particular de Michoacán».