Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).- En el espacio hay miles de objetos en movimiento que, tarde o temprano, pueden llegar a convertirse en un peligro potencial para la vida en la Tierra. Científicos de todo el mundo tratan de plantear soluciones para contrarrestarlos. Sin embargo, dado que las alternativas parecen sacadas de una película de acción, no está de más prepararse para un desastre inevitable, por lo que realizan simulaciones por computadoras en las que «bombardean» la Tierra para crear estrategias preventivas.
De acuerdo con el Laboratorio Planetario y Lunar (LPL) de la Universidad de Arizona, nuestro mundo ha presentado arriba de tres millones de cráteres de impacto de más de un kilómetro de diámetro a lo largo de la historia. La cara llena de cráteres de la Luna es un mudo testimonio de la frecuencia de impactos de asteroides en el Sistema Solar y nos muestran que la Tierra misma es difícilmente inmune a ello.
Pero, si un asteroide fuera visto dirigiéndose hacia la Tierra, ¿qué podría hacer la humanidad al respecto?
Además de utilizar las naves espaciales para la investigación científica de los asteroides la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) ha estado considerando el uso de misiones espaciales para la evaluación del peligro de los asteroides durante casi dos décadas.
«El riesgo de impacto de asteroides es bajo, pero las consecuencias potenciales para nuestra sociedad puede ser muy grave. Pequeños cuerpos están chocando continuamente con la Tierra, pero la gran mayoría son muy pequeños y no representan una amenaza a la actividad humana. Por otra parte, los impactos más grandes son raros, pero, cuando si se producen, podrían conducir a una catástrofe natural», publicó la agencia europea en un comunicado.
La Misión de Impacto de Asteroides (AIM,en inglés) es una pequeña misión de la ESA con la oportunidad para explorar y poner a prueba las tecnologías para futuras misiones y al mismo tiempo realiza investigaciones científicas sobre un asteroide binario y aborda el tema de la defensa planetaria.
Al mismo tiempo, en Italia los asteroides son un desafío planteado a los equipos en la Conferencia de Defensa Planetaria (PDC), que se celebra actualmente y tiene como objeto evitar que nuestro planeta sea impactado.
A lo largo de cinco días, los asistentes a la conferencia desarrollan un escenario de asteroides que, en términos reales, duraría unos siete años. El ejercicio se inició con el avistamiento del asteroide 2015 PDC, el hipotético devastador de mundos en esta simulación que puede seguirse en línea.
Cada día de la conferencia corresponde al paso del tiempo y más información en el escenario hipotético del asteroide. En la simulación, el 2015 PDC se trata de un trozo de roca espacial que mide 1.2 kilómetros de ancho, el cual liberaría una energía equivalente a 2.25 megatones en un impacto destructivo que en tierra devastaría todo en un radio de 32 kilómetros, mientras que en el océano desencadenaría una tsunami de hasta seis metros de alto.
Por tal motivo los equipos en Italia tratan de desviar el curso de esta muerte inminente que se dirige hacia la Tierra.
«Tenemos unos 500 objetos cercanos a la Tierra (NEO, en inglés) identificados que podrían, en un plazo de 100 años, tocar eventualmente el planeta, aunque la probabilidad es muy débil, en algunos casos de uno sobre un millón», dijo Detlef Koschny, jefe de sector NEO en la ESA, quien agregó que en caso de peligro real hay dos soluciones factibles contempladas.
Así, el llamado «accidente de circulación cósmica» y una explosión nuclear son las alternativas que se barajan. La primera consiste en un vehículo que choque contra el objeto y a fuerza de empujarlo poco a poco, conseguir desviarlo de la Tierra. Por su parte, la explosión nuclear implica disparar contra el asteroide.
Se trata de planes arriesgados, sobre todo tomando en cuenta lo difícil que es apuntar a un objeto espacial que viaja a 10 km por segundo o, bien, lanzarle otro objeto a la misma velocidad para interceptarlo. Sin embargo, para eso se realizan reuniones como el PDC en donde –además de buscar soluciones– se plantean escenarios mediante juegos que consisten en simular una crisis por un posible impacto de asteroide en la Tierra, con tres personas que juegan el papel de responsables políticos, sus consejeros científicos, representantes de las poblaciones amenazadas y la prensa.