Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).- Actualmente basta con que algo en internet comience a ser compartido por las redes sociales y foros para que todo mundo sepa de su existencia. Ciertamente, el término “viral” se ha integrado a nuestro vocabulario con la misma facilidad que “meme”, “bot”, “like” y “tuit”. No importa el idioma del cibernauta, estas palabras son usadas con familiaridad en toda la red y, sirven, en gran medida para explicar la naturaleza de esta.
La viralidad es quizás el fenómeno que mejor describa a internet en estos tiempos. Un contenido gusta, luego éste se comparte sucesivamente en poco tiempo y, finalmente , se convierte en un éxito pudiendo encontrarse en prácticamente cada rincón de la red, hasta que otro contenido viral llama la atención de la multitud virtual y lo deja en el olvido. Así, una y otra vez.
Sin embargo, a pesar de que sea criticada por muchos, la mecánica de este comportamiento impulsado por los internautas también tiene sus ventajas. La principal de ellas, quizás, la facilidad de acceso que cualquier persona puede tiene a un contenido determinado con sólo conectarse. Lo que antes tardaba días y semanas en difundirse ahora ocurre en cuestión de segundos.
De acuerdo con Érick Fernández Saldaña, académico del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, «el ciclo de los acontecimientos noticiosos son cada vez más cortos, por lo que las audiencias y ciberaudiencias requieren contenidos más concretos, más numerosos a lo largo del día, provocando que estás tengan menos explicación y contextualización».
La volatilidad ha sido tema de muchas discusiones, pero se trata básicamente de la esencia detrás del contenido viral, y lo cierto que se está convirtiendo en el camino a seguir para muchos cineastas independientes. Sobre todo aquellos con ideas tan fantásticas que sin duda pueden aprovechar al 100 por ciento todos los efectos especiales existentes.
La ciencia ficción es uno de los géneros en los que es más difícil satisfacer a los aficionados. Muchas son las películas que se han quedado en sólo “buenas intenciones” y al final han decepcionado a más de uno. Se trata de un público complicado como suele ocurrir con todo fandom.
Por tal motivo, desde que los canales de video comenzaron a popularizarse en internet, también comenzaron a surgir propuestas independientes hechas por entusiastas de este género que deseaban hacer las cosas a su manera.
Hoy, YouTube, Vimeo y otros canales no sólo sirven ya para mostrar pobres parodias hechas por fans sacados de alguna reunión de cosplayers. Los mismos creadores también se han perfeccionado y aprovechan las facilidades que la red ahora brinda para darse a conocer.
A mediados de marzo pasado, el tráiler The Leviathan se convirtió en la sensación de geeks, al mostrar una historia impactante de ciencia ficción en casi cuatro minutos. El proyecto del director Ruairí Robinson se encontraba entonces en busca de financiación y el corto era una manera de mostrar lo que podría ocurrir si la convocatoria tenía éxito. Paraceía una encomienda difícil, pero en cuestión de días productor Simon Kinberg (X-Men: Days of Future Past, Cinderella) decidiera sumarse al proyecto como productor junto con el guionista y director Neill Blomkamp (productor con Kinberg de Elysium y Chappie), quien se apuntará como productor ejecutivo, dio a conocer Deadline .
Apenas transcurrió una semana para que se gestara un equipo formidable que amenaza con ir creciendo en los próximos meses, todo gracias al vídeo viral en internet que consiguió nada menos que dos millones de visitas a través de Vimeo y YouTube, números impresionantes tomando en cuenta que se trataba de un proyecto sin estudio que lo respaldara.
Pero el proyecto de Robinson no es el único que se ha apoyado en lo viral. El mismo caso ocurrió con Sundays, cortometraje dirigido Mischa Rozema en el que se muestra un mundo distópico en el que figura la destrucción de la ciudad de México como escenario principal.
Sundays –inicialmente proyectado para ser un corto– logró su financiación gracias a la plataforma de financiación en masa Kickstarter. Sin embargo, luego de que el video se convirtiera en viral dentro de la comunidad geek, llamó la atención de distintas productoras que se pelearon por el proyecto. Finalmente, fue Warner Bros. quien se quedó con los derechos y ahora se encuentra en desarrollo el plan de convertir el proyecto de Rozema en un largometraje.
El último caso, más concreto es el de Aurora, filme financiado gracias a una campaña en Kickstarter que verá la luz el próximo verano. El filme dirigido por Robert Kouba se centra Andrew, un joven que despierta 60 años después de un accidente de coche sólo para encontrarse a sí mismo perdido en un mundo distópico invadido por máquinas. El protagonista tiene que encontrar refugio en un lugar llamado Aurora, donde los humanos tienen que escapar del peligro constante.
Tanto Sundays como Aurora y The Leviathan se convierten en las más recientes adiciones a una tendencia cada vez mayor donde los cineastas emergentes deslumbran a los grandes estudios con cortometrajes que ofrecen conceptos y demuestran su capacidad de crear mundos.
Según publicó el sitio Cooking Ideas, la clave del éxito de un viral radica en «tener mucha suerte, porque lo cierto es que no hay una bala mágica que garantice el éxito: si la hubiera, viviríamos constantemente acribillados por ellas». Por tal motivo, después de lo viral queda la difícil tarea de crear algo memorable a partir de ello; algo que permanezca en la memoria colectiva más allá de los 15 minutos de fama digital de los que se han hecho millares de contenidos de este tipo.
No ha pasado demasiado tiempo desde que internet no era más que un asunto que le competía a solitarios y agorafóbicos “ñoños”. Sin embargo tampoco se trata de historia reciente. Explicar las complejidades detrás del contenido que se propaga a velocidades vertiginosas llevaría mucho tiempo y, como todos ahora saben, la red de redes no se caracteriza por ser paciente. No obstante, se pueden vaticinar más proyectos similares a los ya mencionados. Ahora sólo les resta hacerle frente a la competencia.
