Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo).- Suele ser un lugar común hablar de las diferencias entre hombres y mujeres, sobre todo cuando se trata de colores. entonces siempre surgen las típicas bromas y chistes en las que, invariablemente, los varones son más simples para distinguirlos (azul, rojo, verde, por ejemplo), mientras que las damas optan por tonalidades, digamos, más rebuscadas (durazno, chicle, salmón, etcétera). Sin embargo, detrás de todos estos estereotipos de género se esconde una verdad (o al menos así lo es en el caso de la vista), porque –en el caso de los colores– las mujeres tienen un vocabulario de color más amplio y elaborado que los hombres, según dio a conocer una reciente investigación.
Israel Abramov, del Brooklyn College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, por sus siglas en inglés), ha trabajado para averiguar si los cerebros de hombres y de las mujeres de alguna manera se conectan diferente cuando se trata de la percepción del color, según dio a conocer Sadie Steffens en «Lions Talk Science», un blog del Colegio de Medicina Milton S. Hershey de la Universidad Penn State.
Abramov preguntó a varios hombres y mujeres que seleccionaran el tono de un color y le asignar un porcentaje a las categorías de color rojo, amarillo, verde y azul. Los resultados mostraron que las mujeres eran más hábiles para distinguir entre gradaciones sutiles que los hombres. «Esta sensibilidad fue más evidente en el centro del espectro de color», escribió Steffens. «Con matices que eran principalmente de color amarillo o verde, las mujeres fueron capaces de distinguir pequeñas diferencias entre los colores que les parecían idénticos a los hombres. De hecho, Abramov encontró que eran necesarias longitudes de onda ligeramente más largas de luz para que los hombres vean las mismas tonalidades como las mujeres -tonalidades identificadas como naranja por las mujeres fueron vistas como más amarillas por los hombres».
Sin embargo, cuando se les mostraron barras claras y oscuras que oscilaban en una pantalla, los hombres resultaron mejores que las mujeres para ver las barras. Los hombres fueron más capaces de percibir los cambios en el brillo a través del espacio, una habilidad que resulta útil para la leer una letra en una tabla optométrica o el reconocimiento de un rostro. Este efecto se aumentó a medida que las barras se hacían más estrechas, lo que sugiere que los hombres son más sensibles a los detalles finos y al movimiento rápido que las mujeres.
Abramov piensa que la testosterona podría ser la culpable de esta diferencia. Los hombres tienen más receptores de testosterona que las mujeres, especialmente en las regiones visuales del cerebro, que podrían estar causando las diferencias de percepción. Aún así, el mecanismo biológico exacto aún no se ha descubierto. Por otra parte la comparación hombres-mujeres no en la que existe una diferencia en la percepción de color. Lo mismo ocurre con las personas mayores en comparación con personas más jóvenes. Así mismo, las personas que trabajan con colores (artistas y diseñadores, por ejemplo) tienen un vocabulario de colores mucho más enriquecido. De modo que la diferencia entre hombres y mujeres (al menos en lo que a colores se refiere) no puede ser biológica, sino cultural.
Mientras tanto, se siguen sondeando las profundidades del efecto del género en el color y su discusión siempre suele ser polémica. Tómese por ejemplo a Randall Munroe, creador del cómic en línea XKCD, quien encuestó a sus lectores y encontró dos cosas. Uno: todos se vuelven locos cuando se les pide nombrar colores, y dos: nadie puede deletrear fucsia.
