Ciudad de México, 27 de marzo (SinEmbargo).- Por su naturaleza, el arte callejero es temporal y, mientras existe, se encuentra permanentemente en riesgo. Ya sea que alguien pinte encima de una de estas piezas, la borre o la destruya sin mayores miramientos, el street art es producto de su espacio y tiempo. Siempre fugaz y efímero… Hasta ahora.
Es por eso que la colección Street Art de Google Art Project es una herramienta de conservación y registro que, de no existir, haría imposible el disfrute de creaciones que pueden disfrutarse en muros y calles ubicados a lo largo del mundo. La premisa es simple: conservar todo este acervo para generaciones futuras, y es posible gracias al respaldado de Google Cultural Institute (GCI).
Así, la misión de este proyecto es la de «preservar y democratizar» esta forma de arte por medio de la digitalización y las nuevas tecnologías, publicó Smithsonian Magazine.
Sin embargo, no se trata de un esfuerzo solitario por parte de los de Mountain View. Si bien la colección fue lanzada desde junio de 2014, Google se ha asociado hasta ahora con 55 más organizaciones de arte urbano y colectivos en 34 países para lanzar durante este mes, en la red, miles de imágenes adicionales, duplicando los archivos totales y traer a la colección más de 10 mil fotografías.
Una de estas asociaciones es la hecha con Filipino Street Art Project, que fue concebida como un esfuerzo documental y de organización de la comunidad en rápido crecimiento de la provincia de Cavite y de la región capital de Metro Manila, esta iniciativa documenta la evolución del arte urbano en esta región del mundo en la que Filipinas y Malasia son paraísos para murales callejeros.
Las nuevas imágenes expanden las oportunidades para que el cibernauta observe e interactúe con el arte callejero de todo el mundo. Así mismo, usando del mapa en el sitio, se puede viajar desde Los Angeles a Dubai con relativa facilidad, yendo de la obra con motivos políticos del artista callejero francotunecino eL Seed en Palestina a los murales de colores brillantes de Remed y Okuda en Miami.
Desde sus inicios en 2011, el GCI tuvo el objetivo de poner los «tesoros culturales del mundo» en línea con el fin de hacerlas piezas de museo, documentos y obras de arte accesibles a una audiencia global.
Por supuesto, existen algunas regiones en donde los artistas son más prolíficos o, bien, suelen invitar más a la creación de personas de otras partes del mundo. Para sorpresa de muchos, algunos de estos sitios no son precisamente las grandes urbes cosmopolitas que tantos asocian con las nuevas formas de expresión artística.
Tal es el caso de Túnez, que en un año se ha convertido en un punto de referencia para el street art, con artistas de todo el mundo arribando constantemente a esta pequeña nación del norte de África. allí, las villas se han convertido en galerías al aire libre, lo que ha resultado atractivo para turistas que llegan a esta parte del mundo a depositar su dinero durante su estancia. Resalta sobre todo la ciudad de Douz, también conocida como «la puerta de entrada al Sahara», que se ha convertido en un lugar especialmente vibrante gracias a la creatividad de los artistas callejeros que la utilizan de lienzo.
Las imágenes ayudan a preservar una forma de arte que en la mayoría de los casos es fugaz. Un ejemplo reciente de esto en América es el espacio mural icónico 5Pointz en Queens que se blanqueó durante una noche en noviembre de 2013. Aunque no se trató de algo inesperado (los nuevos planes de desarrollo habían estado en vigor durante meses) el cambio fue brusco, eso sin contar la cantidad de obras que se perdieron luego de una noche de pintura. Por otra parte, muchos entusiastas del street art manifestaron su enojo y decepción luego de que quedaran impedidos para ver estas obras de arte.
Hoy en día, los murales de 5Pointz están muy bien conservados en la colección (de la cual forman parte desde su debut en 2014), al igual que nuevas imágenes de la rápidamente cambiante mundo del arte callejero en ciudades como Los Ángeles, Buenos Aires y la Ciudad de México, por mencionar algunos. De otra manera, este acervo se habría perdido para siempre.