Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).- El cáncer es la tercera causa de muerte entre los mexicanos con más de 78 mil decesos anuales y con una propensión a que en las próximas décadas uno de cada seis habitantes sea diagnosticado con dicha enfermedad, experta del sistema de salud público llama a la población a tomar responsabilidad y consciencia, pues de seguir la tendencia, «no va a haber sistema de salud que aguante».
En entrevista con SinEmbargo, la oncóloga médica Erika Ruiz García del Instituto Nacional de Cancerología (Incan) dice que «el sector salud tiene estrategias y programas, pero aquí yo creo que la mayor responsabilidad es del propio paciente porque hay gente que es muy cuidadosa en su salud y sí acude con el médico ante algún síntoma, pero el consejo para la población es que si después de un tratamiento de dos, tres meses este síntoma no se quita o empeora, o que busquen una segunda opinión o que pidan que les hagan estudios a más profundidad porque aunque es consciente de que hay algo anormal se confían, dejan pasar mucho tiempo”.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer celebrado hoy para crear conciencia sobre la afección que en 2012 cobró más de 8 millones de vidas a nivel mundial, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó una serie de datos en los que destaca que del total de defunciones en 2013 en el territorio mexicano, un 12.8 por ciento se debieron a algún tumor, de las cuales un 93.4 se debió a uno maligno, dejando las neoplastias o tumores, como la tercera causa de mortalidad.
En sus “Estadísticas a propósito del Día Mundial contra el Cáncer», el instituto diferenció las muertes y enfermedad entre la población menor de 20 años y la mayor, en donde el primer segmento registró como los cánceres de mayor incidencia los que afectan órganos hematopoyéticos (médula ósea, bazo y ganglios linfáticos). Después de estos, los hombres fueron atacados mayormente por tumores en el sistema linfático y tejidos afines, mientras que las mujeres se afectaron más por el de encéfalo y otras partes del sistema nervioso central.
En cuanto a mortalidad, en el año 2013, el 5.3 por ciento de la población de cero a 20 años murió por algún tumor, siendo 57.4 por ciento de éstos hombres y el restante 42.6 mujeres.
“En 2020 o 2025 las expectativa es que una de cada seis personas llegara a tener cáncer, lo cual es bastante impresionante. A nivel mundial hemos visto mayor incidencia, mayor número de casos y alguna causa que se pueda atribuir como tal no la hay porque el cáncer es multifactorial, habitualmente en América Latina, hay gente con edades más jóvenes con presencia de cáncer a diferencia de otras poblaciones como puede ser la población anglosajona o europea, caucásica”.
Señaló que las personas jóvenes está poniendo más atención a su salud, pues se ha observado que el cáncer de mama, colon o estómago se presentan más temprano que en países desarrollados, por lo que “parte del sistema de salud está viendo qué estrategias puede llevar con la gente joven porque el cáncer puede ser más agresivo que en los mayores”.
Conforme la población va envejeciendo su incidencia de cáncer aumenta «debido al efecto acumulado de la exposición a factores de riesgo y estilos de vida poco saludables, además de que los mecanismos de reparación celular pierden eficacia con la edad», escriben en el informe.
Por lo tanto los fallecimientos por tumores cancerígenos entre personas mayor a los 20 años significaron el 13.5 por ciento de las muertes totales en México, con una tendencia levemente mayor hacia las mujeres (51.1%) que en el 48.9 por ciento de los hombres.
Según el documento, en 2012, las principales neoplasias entre la población mexicana masculina de 20 años y más, se ubicaron en órganos digestivos (25.4%), en órganos genitales (11.5%) y en órganos hematopoyéticos (9.9%); mientras que en las mujeres de este mismo grupo de edad, en mama (30.8%); órganos genitales (16.5%) y órganos digestivos (13.8 por ciento).
En su Reporte Mundial del Cáncer publicado el año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una proyección, en la que en los próximos 2o años, los anuales casos de esta enfermedad a nivel mundial alcanzarán los 22 millones, es decir, un aumento en el 57 por ciento, en comparación con los 14 millones que se dieron en 2012, lo que significaría un inminente «desastre humanitario».
En sus datos más actualizados, la misma organización calcula de las 8.2 millones de muertes registradas en 2012, de seguirse la tendencia el número aumentará hasta los 13 millones de fallecimientos al año.
En el año en que la OMS publicó dichos números, informó que el cáncer diagnosticado con mayor frecuencia fue el de pulmón (un 13 por ciento del total), seguido del de mama, con 1.17 millones y el colorectal, con 9.7 millones de casos.
Asimismo, los más letales fueron los de pulmón, hígado y estómago.
No es cuestión de suerte: OMS
A inicios de este año se publicó en la revista Science un estudio elaborado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, en el que se asegura que dos tercios del total de casos de cáncer son causados por mutaciones aleatorias producidas durante la división de células sanas.
Estos hallazgos dejaban en manos de la herencia y los factores ambientales sólo a un tercio de los 14 millones de casos nuevos reportados cada año, según la OMS, los demás, podrían ser simple cuestión de suerte, dijeron sus autores.
En respuesta a ello, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que se proclamó en «fuerte desacuerdo» con las conclusiones y mencionan que de malinterpretarse el mensaje de los doctores Cristian Tomasetti y Bert Vogelstein, de favorecer la detección temprana en lugar de la prevención, «podría tener serias consecuencias negativas tanto para la investigación del cáncer como para las perspectivas de salud pública».
Expertos de la IARC señalaron ahí una «grave contradicción con el amplio cuerpo de evidencia epidemiológica, así como una serie de limitaciones metodológicas y sesgos en el análisis presentado en el informe.
«Ya sabíamos que para que un individuo a desarrollar un tipo de cáncer hay un elemento de azar, pero esto tiene poco que decir sobre el nivel de riesgo de cáncer en una población. Concluir que ‘mala suerte’ es la principal causa de cáncer sería engañoso y puede perjudicar los esfuerzos para identificar las causas de la enfermedad y efectivamente prevenirlo», dijo en el posicionamiento el director de la IAR, el Dr. Christopher Wild.
Aunque la Agencia acepta que el número de divisiones celulares aumenta el riesgo de mutación, y por lo tanto de cáncer, la mayoría de los tumores más comunes están fuertemente relacionados con exposiciones ambientales y de estilo de vida, haciéndolos así prevenibles. Distintas instituciones, entre ellas la Secretaría de Salud mexicana y la misma OMS, han señalado que hasta un 40 por ciento de los cánceres pueden prevenirse mediante hábitos más saludables y la mejora de los mecanismos de detección.
Por esta causa, en octubre del año pasado la instancia de la ONU dedicada a la salud, a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer publicó un dodecálogo con consejos para reducir el riesgo de padecer esta afección, el llamado Código Europeo Contra el Cáncer es una iniciativa para informar a la gente a cerca de las acciones que pueden llevar a cabo ellos y su familia para prevenirse de una de las cinco principales causas de muerte en el mundo, que en un 30 por ciento de los decesos se debe a cinco factores de riesgo comportamentales y alimentarios: índice de masa corporal elevado, consumo insuficiente de frutas y verduras, falta de actividad física y consumo de tabaco y alcohol.
Entre los cambios que se incluyen en este código están no fumar ni consumir tabaco en ninguna de sus formas , tomar acciones para tener un peso sano, ser físicamente activo y limitar el tiempo en que se está sentado, entre otras.
Qué hace México
El documento del Inegi cita el perfil por país que en 2014 (Cancer Country Profiles) lanzó la OMS en donde menciona que México cuenta ya con políticas públicas encaminadas a la reducción de los factores de riesgo de diversos tipos de cáncer, como es la prevención primaria para reducir el consumo del tabaco, legislaciones para prohibir su uso en espacios públicos como restaurantes, oficinas y escuelas, así como impuestos al mismo. También se dispone de estrategias implementadas para el combate a la obesidad, otras enfocadas a la promoción de la actividad física en todas las edades y la disminución del consumo de alcohol.
Respecto a la inmunización, la vacuna contra el virus del papiloma humano que actualmente forma parte de la cartilla nacional de vacunación, al igual que la vacuna contra la hepatitis B. Dicho documento menciona que desde el primer nivel de salud del sector público se realizan exámenes de citología cervical y mastografías para la detección temprana del cáncer de mama, el cual es el de mayor impacto entre las mujeres de 20 años y más, mientras que los tratamientos de radio y quimioterapia están disponibles en este mismo sector.
“El sector salud está avaluando o haciendo campañas de promoción, así como los diversos medios en los cuales se hace énfasis en la gente que no es que se pueda evitar un cáncer, pero sí hay medidas con las cuales se puede detectar más a tiempo y por lo tanto este paciente volverse un sobreviviente, es decir, que se cure. Sabemos por estadísticas a nivel mundial, que una mujer de cada ocho va a tener cáncer de mama en su vida, son cifras que a lo mejor no se pueden quitar, pero tenemos que trabajar como en países desarrollados en donde las tendencias son de hacer exámenes y escrutinios cuando todavía no está un cáncer avanzado, o sea tratar de detectarlo a tiempo, dice Ruiz.
De seguirse la tendencia mencionada por la oncóloga de que dentro de unos años uno de cada seis mexicanos, (médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social han proyectado que sería uno por cada tres), padecerá cáncer, el sistema de salud mexicano tanto público como privado, que de por sí deja fuera de la cobertura al 21.5 por ciento de la población, es decir unos 25.2 millones, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), estará preparado para satisfacer las exigencias de la población, la doctora dice: “No va a haber nunca sistema de salud que aguante si la población no hace algo al respecto, a nivel mundial, no sólo en México”.
“No es toda la responsabilidad del sector salud, la responsabilidad también es del paciente. Si bien es cierto que de cada 100 pacientes, cinco de ellos su causa del cáncer es hereditario, pero los otro 95 pacientes es multifactorial, sin embargo a nivel mundial hay estrategias para tratar de cambiar hábitos y de esta forma reducir la probabilidad del cáncer y todos conocemos esos hábitos, entre ellos está el hacer ejercicio, el comer de forma más sana, disminuir las grasas y todo esto la población lo conoce, lo importante es qué tan comprometida está la población en seguir estos principios”, continúa la doctora Erika Ruiz.
“El mundo en general tiene sus sistemas de salud pero si la población no hace algo esto se va a disparar a nivel mundial no solamente en México”, e insiste, “mo es el sistema de salud, es que tenemos que concientizar a la gente de cuidarse correctamente y de tomar las comisiones adecuadas para disminuir o detectarse un cáncer temprano. Porque el problema no es detectar el cáncer, es que en México se detecta en étapas avanzadas, a diferencia de otros países donde se detecta en etapas tempranas. No es el sistema de salud, es la gente que se tiene que responsabilizar por cuidar su organismo y acudir a un médico cuando empieza con un síntoma y no dejarse pasar hasta que ya no es curable, y entonces sí ningún sistema de salud a nivel mundial va a poder apoyar esto, hay que concientizar a la gente”.
Sin embargo no todo luce mal en el panorama, la oncóloga señala que el país se encuentra en una transición, pues hace 10 años la mayor parte de los diagnósticos de cáncer se realizaban en etapas avanzadas, y ahora, aunque aún no se está en la etapa temprana, sí en intermedia. Lo cual además favorece la reducción de costos de tratamiento.
«Antes el cáncer era como un tabú, nadie quería acudir al médico, pensaban que era un castigo de Dios, muchas cosas alrededor, o no dejaban que se revisaran a las mujeres, y todo esto está cambiando, al cabo de los últimos 10, 15 años, esta tendencia está cambiando por eso es que de encontrarse los pacientes en una etapa cuatro donde hay metástasis ahora ya se encuentran en una etapa tres, la idea es que se siga concientizando y luego se encuentre en una etapa dos o uno”.
“El problema no es tener cáncer, lo importante es detectarlo más tempranamente para que la persona se pueda curar», concluye la experta.