Consumo excesivo de sal modifica el cerebro; provoca hipertensión

03/02/2015 - 12:00 am

Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).- El consumo excesivo de sal puede modificar los mecanismos del cerebro que impiden que se eleve la presión arterial, lo que podría explicar su relación con la hipertensión a largo plazo, de acuerdo con un nuevo estudio de científicos de la Universidad McGill en Canadá.

El estudio llevado a cabo en roedores comprobó que el consumo continuo y alto de este condimento puede alterar el hipotálamo, la parte del cerebro que entre sus propiedades tiene la regulación de la presión arterial, la reproducción, la respuesta ante el estrés y el metabolismo.

La sal entonces hace que se libere en exceso la vasopresina, una hormona antidiurética, que provoca el aumento en la presión sanguínea.

«Hemos visto en ratas que un consumo continuado y elevado de sal en la dieta provoca un cambio bioquímico en las neuronas que liberan vasopresina en la circulación sanguínea», escribe en el documento publicado en la revista Neuron, el equipo encabezado por el neurocientífico Charles Bourque.

Los expertos de la Facultad de Medicina de dicha universidad dijeron que esto provoca a largo plazo una «reprogramación» del cerebro, pues en personas que no suelen comer este compuesto en grandes cantidades, cuando la presión arterial se eleva, los barorreceptores (terminaciones nerviosas situadas de la arteria aorta) envían señales a las neuronas que producen la vasopresina para que dejen de liberarla y así regular el organismo, sin embargo, tras la ingesta prolongada y excesiva de sal, este mecanismo de protección se estropea, explica la neurocientífica Pilar Quijada en ABC.

Los hallazgos de esta investigación son relevantes pues pese a que ya se conocía la relación entre la sal y la hipertensión, no se conocía cuáles eran los mecanismos que intervenían o el porqué de ello.

No obstante, al haber sido probado en roedores, todavía queda la duda de si este mismo efecto desregulador ocurre en los humanos, por lo que se requiere mayor investigación para conocer también cómo podría revertirse el efecto.

A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la hipertensión arterial causa la muerte de 7.5 millones de personas y representan 12.8 por ciento del total de las muertes, además, señala que uno de cada tres adultos tiene la presión alta, lo que puede provocar complicaciones como la insuficiencia cardiaca, enfermedad vascular periférica, insuficiencia renal, retinopatía y discapacidad visual.

En México, la prevalencia de presión arterial alta, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, tomando en cuenta los criterios establecidos para la población de 20 años y más, es de 33.3 en hombres y 30.8 en mujeres de cada 100 personas de este grupo de edad y sexo.

Tan adictiva como la cocaína

Foto Shutterstock
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Anteriormente, neurobiólogos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos y la de Melbourne, en Australia, demostraron en un estudio también realizado en ratones, que los deseos por consumir sal activan las mismas zonas cerebrales que regulan la adicción por drogas como la cocaína y heroína.

Los científicos Wolfgang Liedtke y Derek Denton de dichas instituciones, provocaron las condiciones para que los roedores sintieran deseos de consumir algo salado, como suministrarles la hormona del estrés llamado ACTH o retirarles este compuesto por un tiempo.

Por medio de imágenes cerebrales notaron que cuando los ratones que se mantuvieron abstemios tomaron agua salada, los patrones de regulación genética estimulados por el gusto por ese sabor se activaron antes de que el alimento hubiera pasado del estómago al torrente sanguíneo.

“El apetito por el sodio es un instinto saludable. La adicción por la heroína es una enfermedad que puede matar a un ser humano. Para pasar de un instinto saludable a una enfermedad, deben ocurrir otras cosas dentro del cerebro”, escribieron los autores en el documento publicado a inicios del año pasado en la revista de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos.

Explicaron que el consumo de estas tipo de drogas o de sal produce cambios en algunas células nerviosas del hipotálamo, lo que provoca un aumento del tamaño y cantidad de las neuronas , además de los neurostransmisores dopamina y orexina, relacionados con la adicción y el placer.

en Sinembargo al Aire

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